25 años, y por fin se puede decir que Marco van Ginkel apunta alto. Le ha costado, nunca es fácil rendir en la élite, pero tras varios contratiempos y algún que otro paso atrás, el centrocampista holandés vuelve a sentirse importante y a ser determinante en un equipo.

Inicios

El 1 de diciembre de 1992 llega al mundo Marco van Ginke,l en la ciudad holandesa de Amersfoort. Desde muy joven empieza a dar patadas a un balón, gracias, en gran parte, a su padre, Alex van Ginkel, que fue delantero del Utrecht en la década de los 80. Con el sueño de convertirse en futbolista profesional como su padre, con siete años se apunta a las filas del modesto De Valleivogels. No tardó en mostrar un rendimiento superior al del resto de sus compañeros y plantear el dilema de su estancamiento si continuaba en un contexto donde no podía explotar todo su margen de mejora.

Con el objetivo de continuar con su progresión, tomó la decisión de hacer las maletas y coger rumbo a Arnhem, ciudad del Vitesse. En las categorías inferiores, descubrió que tenía talento para cumplir su sueño, pero faltaba encontrarle su lugar: ese era el centro del campo. Con sus características, se convertiría en un centrocampista total, capaz tanto de asistir a sus compañeros como de anotar goles.

Año tras año fue avanzando en las categorías de la cantera del club, y aún sin alcanzar la mayoría de edad se estrenó con la primera plantilla en partido oficial. Por el contrario, la situación del primer equipo no acompañaba a su desarrollo. Inestabilidad institucional, rendimiento deportivo pésimo, etc. fueron algunos de los contratiempos a los que el bueno de Marco van Ginkel tuvo que enfrentarse para triunfar en la élite del fútbol holandés.

Tras una primera campaña de adaptación al máximo nivel en la que alternó la titularidad con el banquillo, la temporada siguiente le sirvió para consolidarse en el once inicial de la mano de John Van den Brom, convirtiéndose en uno de los líderes del conjunto de Arnhem. Con la marcha de su valedor rumbo al Anderlecht en el mercado estival, surgieron algunas dudas sobre Van Ginkel pero el joven centrocampista se encargó de disiparlas todas a base de goles y asistencias.

Fichaje por el Chelsea y primeras cesiones

Llega a Londres con todo el entusiasmo que supone fichar por uno de los grandes de Inglaterra y de Europa. Sin embargo, las cosas comienzan a torcerse desde el principio. Una rotura del ligamento cruzado a finales de septiembre le hace perderse prácticamente toda la temporada (177 días en el dique seco). Su vuelta en marzo es un simple espejismo, ya que no acabaría de recuperarse del todo para competir.

Van Ginkel con la camiseta del Chelsea. / Foto: chelseafc.com
Van Ginkel con la camiseta del Chelsea. / Foto: chelseafc.com

Llega el verano y con él, el mercado de traspasos. Sin sitio en el centro del campo “blue”, decide salir cedido a otro gigante de Europa, el AC Milan, donde tampoco cuajó. Tras una temporada gris en la Serie A, en la que solo consiguió anotar un gol en 17 partidos, Van Ginkel vuelve a Inglaterra, pero esta vez a otra ciudad, Stoke-on-Trent. Su nuevo club sería el Stoke City, pero no por mucho tiempo. En enero decide abandonar su cesión en el conjunto inglés para recalar (también en calidad de cedido) en el PSV Eindhoven. Vuelta a su país para volver a ser el futbolista que apuntaba.

Van Ginkel durante un encuentro con el AC Milan. / Foto: Getty Images
Van Ginkel durante un encuentro con el AC Milan. / Foto: Getty Images

La oportunidad de Eindhoven

La vuelta a Holanda pareció ser la mejor opción. Con cinco meses por delante y la posibilidad de ganar el campeonato liguero con el PSV, Van Ginkel mostró su mejor nivel. Ocho goles en trece partidos lo dictaminan. A final de temporada, se alzó con la Eredivisie y volvió a Londres. Una lesión de rodilla lo tuvo parado dos meses, pero tras recuperarse, volvió a Eindhoven como cedido.

Tras disputar parte de la 2015-16, el centrocampista holandés ha decidido seguir en el conjunto dirigido por Phillip Cocu, donde se ha convertido en un pilar importantísimo en el centro del campo. Con el “10” a la espalda, comanda las labores de su equipo con paso firme en lo alto de la tabla. Lleva siete goles en 14 partidos. Su cesión en el PSV finaliza esta temporada, después volverá al Chelsea, club con el que tiene contrato hasta 2020.

La “Oranje”

Su evolución en las categorías inferiores del Vitesse no pasó desadvertida para los técnicos de la federación holandesa, que lo convocaron para sus selecciones inferiores desde la categoría sub-15. Vestir la ‘oranje’ fue un premio para una trayectoria fulgurante con destino Eredivisie. También participó en el Campeonato de Europa sub-21 de Israel.

No fue hasta el 14 de noviembre de 2012, cuando hizo su debut con la selección absoluta. Fue en un Holanda vs Alemania amistoso en el Amsterdam Arena, que quedó 0-0.

Marco van Ginkel con la Selección holandesa. / Foto: psv.nl
Marco van Ginkel con la Selección holandesa. / Foto: psv.nl

Cualidades

Destaca principalmente por su capacidad para interpretar el juego y asomarse al ataque desde segunda línea. A pesar de no ser mediapunta, demuestra una tremenda facilidad parar moverse y llegar a las inmediaciones del área rival. Aparece libre de marca y eso le permite finalizar muchas jugadas, ya sea con la pierna derecha, la izquierda o de cabeza. Goles de todos los colores con un denominador común, la sorpresa como aspecto decisivo.

A su altura y corpulencia (1'86m), algo que ha ido desarrollando a lo largo de su carrera, se le suma una larga zancada que potencia la verticalidad de su juego.

Es un centrocampista comodín, versátil y completo tanto ofensiva como defensivamente. Es un gran complemento, perfecto para ubicar dentro de un 4-3-3 clásico, tanto como volante/interior (su posición idónea) como pivote. Se orienta bien en la recepción, juega sencillo y contribuye a dar fluidez a la circulación de balón. Ataca bien los espacios y aprovecha la espalda de los zagueros para demostrar su llegada. Certero en el golpeo, también se asocia muy bien con el lateral que tenga más cercano.