La Major League Soccer ha comenzado a rodar en este 2018 y una de las primeras citas que marca el inicio es el MLS SuperDraft. Pero antes de ello, los jugadores que podrán ser seleccionados, realizaran una serie de pruebas ante los ojos de varios entrenadores, el adidas MLS Player Combine.

Estas jóvenes promesas se enfrentarán a serie de pruebas futbolísticas y de madurez en la que tendrán que demostrar sus aptitudes para rendir en un club de alto nivel. Aunque lo más significativo de estas sesiones son los partidos que se disputarán entre los cuatro equipos que se formen, en donde realmente podrán mostrar su rendimiento.

En este año, el fútbol español ha batido un récord de participación en el MLS Player Combine, con cuatro jugadores. Esto habla del buen concepto que se tiene en Estados Unidos del fútbol español y de lo bien que se trabajan en las categorías inferiores.

Este es el caso del centrocampista Pol Calvet Planellas, que sólo le bastó un año en el fútbol universitario para demostrar sus aptitudes y capacidades para jugar en el soccer estadounidense al máximo nivel. A diferencia que muchos jugadores que cumplen un ciclo completo en la NCAA, su importancia para los Pittsburgh Panthers en este año ha sido suficiente para convencer a los entrenadores que eligen a los invitados a este evento.

Pol Calvet, de 23 años, se formó en el fútbol base catalán que tan buenos resultados lleva dando en los últimos años. Comenzó jugando en la desaparecida Fundació Ferran Martorell hasta que esta cediese sus equipos al UE Sant Andreu, en donde sólo permaneció una temporada.

Durante varias temporadas formó parte de 'La Masia'

Fue entonces cuando apareció su mejor oportunidad, incorporándose al FC Barcelona en la categoría Infantil en 2008. En sus primeros años en ‘La Masia’ destacaba por encima de sus compañeros como un poderoso centrocampista, hasta que en el 2013 le llegó su mejor oportunidad. Debutó en el FC Barcelona ‘B’ en un partido ante la SD Huesca de la Liga 2.

En su primera temporada completa con el filial azulgrana apenas tuvo continuidad, ya una molestia en los isquitibiales le obligó a pasar por el quirófano y estar seis meses de baja. Sólo fueron 10 partidos los que vistió la camiseta blaugrana. En la siguiente temporada, con el tiempo de recuperación cumplido, empezó a entrar poco a poco en la dinámica de equipo, pero antes de finalizar la temporada, tuvo que pasar de nuevo por el quirófano a causa de los isquiotibiales.

En el verano de 2015 rescindió su contrato con el FC Barcelona para pasar a incorporarse a las filas de RCD de la Coruña ‘B’. En el conjunto ‘blanquiazul’ logró superar sus problemas con las lesiones y con continuidad en los partidos disputados, logró volver a mostrar su nivel de juego. En total fueron 19 partidos, uno más que en dos temporadas con su antiguo club. En esta etapa consiguió también anotar cinco goles.

A principios del pasado año, el futbolista dejó el filial coruñés para volver al fútbol catalán, firmando por el UE Llagostera. Sólo estuvo media temporada en el equipo, ya que en el verano, aceptó una oferta para marcar al soccer estadounidense, uniéndose a la Universidad de Pittsburgh, para jugar en la NCAA.

 

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Con los Panthers, Calvet jugó un total de 14 partidos en los que acumuló más de 1.000 minutos. Fue parte importante del equipo anotando un gol y concediendo cuatro asistencias. Estos números le han llevado a ser el primer jugador de la Universidad de Pittsbourgh en ser seleccionado para el adidas MLS Player Combine.

Pol tuvo unos minutos para charlar con VAVEL para contarnos su experiencia en el fútbol universitario y sus expectativas de cara a un posible futuro en la MLS.

Desde VAVEL España queremos agradecerle la oportunidad de concedernos una pequeña entrevista y darte la enhorabuena por la selección para la Prueba MLS adidas:

Pregunta. ¿Quién es Pol Calvet, el jugador?

Respuesta. Empezamos fuertes, sin warm-up. Curiosamente, las preguntas más sencillas -y abiertas- suelen ser las más complicadas de responder. Vayamos al grano. Pol Calvet es un jugador formado en las categorías inferiores del FC Barcelona y, por ende, cortado por el patrón estilístico de 'La Masia'. Amante del juego de creación, posición y dominio del balón. Pese a que siempre he actuado de centrocampista he ido modificando mis características a lo largo del tiempo. Durante mi última etapa en la ACC, representando la Universidad de Pittsburgh, he podido desenvolverme como centrocampista creador, utilizando mis cualidades para dotar de sentido y competitividad al equipo. He estado muy a gusto co-liderando el rol de pieza clave del equipo junto a mi compañero de equipo Javi Pérez. Sin lugar a duda, ha sido una de las etapas donde he disfrutado más de este deporte. Creo que más allá de las cualidades técnicas, forjadas sobre todo en la etapa del Barcelona, tengo la capacidad de comprender el juego y tomar las decisiones adecuadas en cada momento. Obviamente, como cualquier jugador, tengo mis partes débiles. Lo más importante es que soy consciente de cada una de ellas y analizo cada situación buscando la máxima eficiencia con el fin de superar al rival.  

P. ¿Cómo le surgió la oportunidad de cambiar de España por Estados Unidos?

R. Fue un cúmulo de varias circunstancias que se aunaron a la vez. Por un lado, tuve desavenencias, siempre sanas, con los responsables de las áreas deportivas de los clubes donde militaba. Cuando dos posiciones no se encuentran lo mejor es buscar alternativas. Además, siempre he cultivado la formación académica paralelamente a la futbolística. No sólo te prepara para el futuro, sino que te da más libertad y confianza para actuar en tu vida personal. Fue un cóctel perfecto para que acabase tomando dicha decisión.

P. En España formó en las categorías inferiores del FC Barcelona, llegando a formar parte del equipo B en la Liga Adelante, ¿experiencia saca de tu paso por el club blaugrana?

R. Mirándolo con perspectiva, sólo puedo dar palabras de agradecimiento al FC Barcelona. Además de ser el club que admiro y del que me siento identificado, pese a que últimamente no comparto parte de las cosas que se están haciendo –y no hablo por experiencias personales-, me permitió formarme futbolísticamente y personalmente, dándome la posibilidad de disfrutar del fútbol en unas condiciones maravillosas. Fui consciente del privilegio que tuve cuando me di cuenta de la cantidad de niños que sueñan en jugar enfundándose la camiseta del Barça. Es una tendencia humana mirar hacia arriba para ver a los que supuestamente están mejor que nosotros. Si paras y pones el botón de pausa, mirando hacia abajo, entonces eres consciente de lo afortunado que puedes llegar a ser. Al final, le das amplitud a tu rango de valoración.

P. En esta etapa, sufrió lesiones que le mantuvieron fuera de los terrenos de juego durante mucho tiempo, viendo el rendimiento en los últimos años, esas lesiones están completamente olvidadas, ¿qué aprendió en esos días que le sirva a día de hoy?

R. Así es, fue una etapa muy dura para mí. Sufrí mucho. Me cogió en una etapa donde lo que experimentaba me venía de nuevo. Era absolutamente virgen en ese campo. La clave fue cuando acepté lo que me sucedía, siendo el primer paso para afrontar la nueva realidad. Tenía dos opciones: resignarme o reconstruirme. Lo único que era evidente es que no me iba a ser indiferente. Hay una técnica japonesa, Kintsukoroi, que relata este concepto, enfatizando la belleza de la fragilidad que se convierte en fortaleza, más flexible y resistente. En esa etapa descubrí otras fuentes de las que beber más allá del fútbol. Fue un punto de inflexión completamente transformador, haciendo cambiar mi punto de vista que tenía de la vida. Aunque suene a cliché, creo en las oportunidades que te brinda el cambio, haciéndote más experimentado, combativo y sabio. 

P. Hablemos de lo importante, ¿qué significa para usted su selección para la adidas MLS Player Combine 2018?

R. El reconocimiento me da alas para seguir mejorando y creciendo. Gasolina para afrontar los nuevos retos que se avecinan. Además, me enorgullece poder ser el primer jugador de la Universidad de Pittsburgh seleccionado en un MLS Combine. Quiero agradecer a la institución y a todos los componentes de la misma que hayan contribuido a que este hito haya sido posible. En especial, quería mencionar al Head Coach del equipo, Jay Vidovich, una persona extraordinaria, de ésas de las que dejan huella. Empezar a hablar de él requeriría de una charla complementaria. 

P. ¿Cómo afronta este Combine? ¿Cuáles son sus expectativas?

R. Con ilusión y ambición. He aprendido a poner las expectativas lo más bajas posibles. Lo que venga, si tiene que venir, ya llegará. No sólo te quitas un peso de encima, sino que te hace saborear mucho más los logros futuros. Esto no significa que no tenga objetivos y que me lo tome a la ligera, ni mucho menos. Honestamente, es la forma que me ha dado mejores resultados a la hora de afrontar los retos. 

P. Tras un año de experiencia, ¿qué diferencia ve entre el fútbol de España y el soccer de Estados Unidos?

R. Esto también requiere de otra entrevista –sonríe-. Primero de todo, hay que discernir del soccer universitario del soccer profesional. A nivel reglamentario, el soccer universitario tiene ciertos rasgos del baloncesto; substituciones ilimitadas, countdown y temporada de competición comprimida e intensa. Cuando te ves en este contexto tienes que adaptarte y sacarle el máximo jugo a las condiciones impuestas. El perfil del jugador universitario es distinto al prototipo de futbolista español. Los requerimientos académicos son tan importantes como los deportivos. Sólo con esta medida ya restringes el rango de jugadores potenciales para poder reclutar. Si me pones a comparar y juzgar entre ambos países, podríamos afirmar que España tiene un nivel futbolístico medio mucho más alto que el americano. Es evidente, el nivel de relevancia en la sociedad y la cultura es muy distinto. En España es el deporte rey. En Estados Unidos, aunque está en vías de crecimiento y el mercado es gigantesco, no deja de ser un deporte minoritario. 

P. Llegó a Pittsburgh en este pasado año, ¿cómo lo resumiría y que saca de esta experiencia?

R. Os sugiero que leáis la carta que redacté para concluir mi etapa en la Universidad de Pittsburgh. Podéis acceder a ella en mi cuenta de Instagram @polcalvet. Allí intento desgranar qué ha supuesto para mí la etapa en la universidad como student-athlete. Podría concluir que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras en todas las facetas –personal, deportiva y académica-. Es un sistema único que permite a los atletas compaginar el deporte con el estudio. El aprecio al deportista y al talento por parte de la sociedad es muy distinto al que te encuentras en España. 

P. Con Pittsburgh comenzó jugando en su posición natural como la de mediocentro y finalizó como mediapunta, ¿en cuál de las dos se encuentra más cómodo o en cual ve que pueda tener mayor futuro en la MLS por sus características?

R. Así es, avancé mi posición a lo largo de la temporada. Todo surgió porque carecíamos de llegada y determinación en la última fase del juego. Me permitió liberarme en defensa y canalizar mis esfuerzos en situaciones de ataque. Más que un tema de preferencia posicional creo en la importancia de alinear las capacidades y necesidades individuales con las del equipo. Trascender en el juego o sentirme importante en el grupo tiene más importancia que la demarcación en el campo. 

P: Futbolísticamente, ¿qué le aportó su etapa en los Panthers?

R. El simple hecho de ejercer una habilidad ya refuerza la capacidad que tienes sobre ella. Probablemente, futbolísticamente haya tenido un papel más de instructor que de aprendiz. Me ha permitido expresar todos los años de tenacidad y dedicación de forma natural. Ha sido una simbiosis muy bonita, ya que a nivel académico ha sucedido completamente lo opuesto. He intentado empaparme de todos los conceptos que el ecosistema estudiantil me ha brindado. 

P. Teniendo en cuenta la similitud en edad entre los filiales en el fútbol español y los equipos universitarios, ¿cuál crees que es más exigente?

R. El concepto y el contexto de uno y de otro es distinto. A nivel futbolístico, la liga donde compiten los filiales en España es más exigente. En cambio, si lo analizas en el cómputo general, la exigencia del estudiante universitario es mayor ya que está más demandado en otras áreas. Para realizar este segundo análisis me he centrado básicamente en la variable tiempo. El futbolista que compite en España, al no estar obligado a realizar cualquier tarea fuera del campo, dispone de más tiempo libre. Por otro lado, el estudiante universitario que compite para la universidad tiene que rendir en el campo y fuera de él.

P. De su experiencia tanto futbolística como académica, ¿animaría a más jóvenes españoles a dar el paso de llegar a Estados Unidos?

R. Absolutamente. Ahora bien, el que quiera emprender el camino americano, aparte de cumplir unos requerimientos académicos e idiomáticos determinados, tiene que tener una capacidad que está actualmente en peligro de extinción: paciencia. Es un camino para los que quieren sembrar para cosechar más tarde. En definitiva, no deja de ser una inversión. Sacrificas lo de hoy por el fruto potencial que puedes obtener mañana. Desde aquí, emplazo a que cualquier deportista que esté interesado en esta posibilidad se ponga en contacto conmigo. Le voy a intentar aconsejar de forma totalmente desinteresada. Al final, no solo hablar es gratis, escuchar también.