Tres clasificaciones para el Mundial arruinadas por lo mismo. Una selección que arrasaba en su territorio pero que empequeñecía a la hora de la verdad. Eran tiempos convulsos para el fútbol australiano cuando dio comienzo el nuevo siglo. Daba la impresión de que el soccer no había evolucionado desde la década de los 70. Hasta sus vecinos neozelandeses habían participado más recientemente en Mundial que los auriverdes. Se avecinaban unos años muy complicados en el país si no se lograba cambiar la situación.

Pongamos al lector en situación. La selección no se clasificaba para una Copa del Mundo desde la de Alemania Federal en 1974. El equipo era sin duda el mejor en su Confederación, pero tanto era su superioridad que los partidos ante selecciones como Tonga, Samoa Americana o Nueva Caledonia apenas tenían expectación. Tan sólo se conseguían llenar los estadios cuando Nueva Zelanda aterrizaba en la isla.

Para mayor inri, el fútbol a nivel de clubes estaba más que descuidado. No había una competición liguera de nivel ni patrocinadores que impulsaran un proyecto capaz de despertar el interés en el aficionado. Porque ese era el mayor obstáculo para el soccer australiano: no estaba ni siquiera entre los tres deportes más vistos del país. El rugby, las competiciones de natación e incluso un deporte autóctono como es el fútbol australiano estaban por delante del balompié.

Fue por ello que el propio gobierno australiano decidió dar un giro en los acontecimientos. El primer ministro John Howard, del Partido Liberal Australiano, impulsó una comisión de investigación para analizar el estado del soccer. Con el ejecutivo David Crawford a la cabeza y el ex futbolista Johnny Warren como su segundo, dedicaron meses a comprobar qué mejoras se podían realizar.

El informe final confirmó las peores sospechas. Se apreció una muy mala organización en el organigrama de la Federación, con unos presupuestos confusos y unos sueldos sospechosos por parte de sus directivos. El gobierno australiano tomó una decisión a la altura de las circunstancias. Por enésima vez, la FFA sufre su última refundación, pero esta vez con cambios definitivos.

La primera decisión de la nueva Federación fue la de marcharse de la OFC para integrarse en la AFC. En un principio, la Confederación asiática se mostró reticente ante la propuesta y decidió esperar a que terminara la fase de clasificación para el Mundial de 2006. Australia sabía que tenía que hacer un papel más que digno para convencer a la que sería su nueva entidad.

Fue en ese momento cuando da comienzo la edad de oro del fútbol australiano. La fase de clasificación para la Copa del Mundo de Alemania coincidió con el florecimiento de la mejor generación de futbolistas del país. Liderados por Tim Cahill, John Aloisi, Harry Kewell y Mark Viduka, los socceroos volvieron a arrasar en las eliminatorias de la OFC, goleando a Nueva Caledonia en la final regional (9-1 en el global).

En esta ocasión, Australia sólo tenía que superar un play-off para meterse en el Mundial. El fútbol y el destino, siempre caprichosos, escogieron como rival a Uruguay, selección que los había eliminado en la última repesca. La eliminatoria se puso cuesta arriba desde el principio: los socceroos cayeron en Montevideo (1-0) en un partido donde los charrúas pudieron incluso golear. Lo mejor del choque para los auriverdes, sin duda el resultado.

El país entero se volcó con el equipo para el partido de vuelta. El Melbourne Cricket Ground, con capacidad para más de 100.000 espectadores, registró un lleno casi absoluto. El encuentro con más expectación en la historia del soccer australiano. Y la selección no falló. Cumplida la hora de partido, Marco Bresciano adelantó a Australia tras una jugada embarullada iniciada por Harry Kewell. Sería el único gol del partido, por lo que el choque llegó a la prórroga y posteriormente a la tanda de penaltis.

Desde los once metros surgió la figura en la portería. Mark Schwarzer detuvo dos lanzamientos, el primero a Darío Rodríguez y el segundo a Marcelo Zalayeta. En el penalti decisivo, John Aloisi no falló y puso patas arriba Melbourne. Era el segundo Mundial para el que se clasificaba Australia. Hacía 32 años que los socceroos no lo lograban y aquel 16 de noviembre de 2005 fue fiesta nacional en el país.

Australia en la Copa del Mundo Alemania 2006

Aunque no era su primera participación en un torneo de este calibre, la Copa del Mundo de Alemania 2006 marcó un antes y un después en la historia de Australia. En tierras germanas, el equipo anotó su primer gol en la competición, consiguió su primera victoria y logró incluso a clasificarse para los octavos de final. Los socceroos quedaron encuadrados en el Grupo F, con Croacia, Japón y el defensor de la corona mundialista, Brasil.

Australia 3-1 Japón

Era el primer partido en un Mundial tres décadas después y los nervios y hicieron acto de presencia el debut australiano contra Japón. Los nipones se adelantaron en el marcador gracias a una de sus mayores leyendas Shensuke Nakamura. Los auriverdes tuvieron que remar contracorriente para lograr una histórica remontada en los diez últimos minutos de partido. Tim Cahill empató el partido en el 82 y cuatro minutos después le daba la vuelta al marcador. Ya en el tiempo de descuento, John Aloisi sentenciaba el choque.

Brasil 2-0 Australia

Poco pudieron hacer los socceroos ante la superioridad de la canarinha en la segunda jornada. Brasil hizo valer por qué era una de las candidatas a ganar el Mundial y no dio opción a Australia, aunque hasta el último momento los auriverdes sólo perdían por un gol. Adriano adelantó a la seleção al borde del descanso y ya en el tiempo de descuento, Fred puso la diferencia definitiva de dos goles. Los australianos tendrían que jugarse la clasificación para octavos ante Croacia.

Croacia 2-2 Australia

Dependían de sí mismos y les bastaba con empatar. Eso hicieron. Hasta dos veces se adelantó Croacia en el marcador y Australia tuvo nuevamente que remar contracorriente. Moore desde los once metros igualó el tempranero gol de Darijo Srna, mientras que Harry Kewell puso las tablas definitivas tras el 2-1 que había marcado Kovac. Por primera vez, los socceroos superaban la fase de grupos de un Mundial.

Italia 1-0 Australia

Con la cabeza bien alta se marcharon los australianos de Alemania en los octavos de final. No eran ni mucho menos favoritos y cayeron con honor ante la que sería la campeona. Australia puso contra las cuerdas ante una Italia que sólo pudo batir a los socceroos desde el punto de penalti y además en el minuto 95. Luca Toni fue el autor del único tanto de un partido donde los isleños estuvieron a muy poco de forzar una más que merecida prórroga.

La derrota contra Italia marcó también un antes y un después en la historia del fútbol australiano. En ese mismo año, la Federación hizo oficial la salida del país y la OFC para integrarse en la Confederación Asiática. Los motivos estaban bien claros. En Alemania quedó constatado que la selección podía tener el nivel para competir de tú a tú incluso con los equipos más potentes y prestigiosos del mundo. Estar en la AFC daría la oportunidad de meterse en el Mundial de manera directa, sin pasar por ningún play-off. Además, la calidad de los equipos sería mayor que las de sus rivales en Oceanía.

Ese año 2006 será recordado en Australia como el de la renovación y el de las medidas impulsadas por el Gobierno. Se creó la actual A-League, la primera liga profesional del país. Con la fundación de la competición doméstica llegaron unas reglas hasta entonces inéditas en el fútbol mundial. Cada ciudad sólo podría aportar un equipo al torneo a excepción de Sidney y Melbourne, que tendrían dos cada uno.

Las reformas de aquellos años se tradujeron en un aumento importante en la calidad del fútbol australiano. Desde que es miembro de la AFC, Australia no se ha perdido ninguna cita mundialista. Estuvo en Sudáfrica en 2010, en Brasil en 2014 y estará en este 2018 en Rusia. El aumento del nivel de sus rivales no ha sido un problema, sino que incluso a ayudado a que los socceroos lleguen mucho más rodados a las grandes citas.

Australia en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010

Fue un Mundial con un sabor diferente el que disputó Australia en tierras africanas. Hasta catorce partidos disputó el equipo en la fase de clasificación. Dos rondas clasificatorias en forma de fase grupos de ida y vuelta exigieron que los socceroos tuvieran que dar lo máximo para conseguir evitar la repesca. Al final, los auriverdes consiguieron más puntos que nadie (30 entre las dos fases) y quedaron encuadrados en el Grupo D, con Alemania, Ghana y Serbia.

Alemania 4-0 Australia

Fue una goleada casi esperada la que endosó la maquinaria germana a los australianos. Los goles Podolski, Klose, Müller y Cacau sentenciaron a los socceroos, sin casi presencia en ataque y frágiles en defensa. Una diferencia de cuatro goles que se convertiría en un losa imposible de cargar de cara a los octavos de final.

Ghana 1-1 Australia

Tablas entre los auriverdes y, sin duda, la selección revelación del Mundial. Holman adelantó a los socceroos a los diez minutos del partido, pero Gyan puso el empate poco después desde el punto de penalti. Australia necesitaba con urgencia la victoria, pues el triunfo haría que dependieran de sí mismos de cara a la última jornada. El marcador sin embargo no se movería y el cuadro isleño veía como su sueño de participar en los octavos de final se iba desvaneciendo.

Australia 2-1 Serbia

Necesitaban los socceroos vencer a Serbia y esperar a que Alemania goleara a Ghana en el otro partido del grupo. Sucedió lo primero, no lo segundo. Tim Cahill y otra vez Holman adelantaron al cuadro auriverde, mientras que Pantelic recortó distancia para los balcánicos. Al final, Australia y Ghana quedaron empatados a cuatro puntos, pero fue la diferencia de goles la que metió al combinado africano a los octavos de final. La goleada de Alemania en la primera ronda fue lo que pesó, pues los germanos vencieron a Ghana por sólo un tanto.