Los pupilos de Mauricio Pochetino y Jürgen Klopp se dieron cita en el mítico estadio de Wembley. Aunque vienen de situaciones diferentes, el Liverpool con un 12 de 12 en puntos en este arranque liguero y el Tottenham que acaba de perder contra el sorprendente Watford de Javi Gracia. Dos inicios diferentes, pero un objetivo común, la victoria.

Los primeros minutos en Londres estuvieron totalmente teñídos de rojo. Un arranque demoledor del equipo 'red' dejo la primera polémica servida. Antes de cumplir el minuto uno de partido, un centro de James Milner acabó entre las redes de la portería de M. Vorm. Anulado por fuera de juego de Mané, que sin haber una repetición clara, el gol no subió al marcador.

Según iban pasando los minutos, la tormenta liderada por un Roberto Firmino al que ni Vertonghen ni Alderweilder pudieron fijar, iba bajando en ritmo en intensidad. A pesar de ello, seguía dominando el equipo del Merseyside ante unos Spurs irreconocibles, muy lentos en las transiciones y sin apenas ocasiones manifiestas de gol. Aun así, el balón era dominado por los locales. Según despertaban los Eriksen, Kane y compañía, el Liverpool se encontraba con los fantasmas de las jornadas pasadas, ya que, a pesar de ganar han sufrido mucho en sus dos salidas.

Y entonces llegó el minuto 38, donde una vez más, lo que lo hace habitual ya, la tecnología hizo acto de presencia en el fútbol. Un balón lanzado desde la esquina de corner voló hasta el área de Vorm, que rechazó el esférico que remató Wijnaldum para poner el primero en Wembley. Hubieron unas dudas sobre si el balón había entrado o el portero holandés había conseguido evitarlo. Las dudas se despejaron en segundos, ya que el árbitro dió el gol por válido según las indicaciones del reloj que indica si es gol o no. No se iba a quedar ahi el mediocampista holandés, que unos minutos más tarde tendría otra ocasión clara que tiró al lateral de la portería.

Y así se llegaba al descanso en la capital inglesa. Con un Liverpool que se había visto superado en algunos minutos, pero que en las líneas generales del partido, había sido mejor que los de Pochetino.

Los primeros minutos de la segunda parte, fueron una continuación de lo que habíamos visto hasta ahora. Los visitantes corrían y atacaban. Los Spurs se quedaban a verlas venir y no eran capaz de hacer daño a la defensa red, más allá de una brillante jugada de Lucas Moura que acabó con el balón estrellado en el palo.

Reafirmaba el Liverpool su superioridad con una jugada de Sadio Mané por la izquierda, que Roberto Firmino empujó tras un rebote para poner el segundo tanto del partido, además de ser también su segundo gol en Premier League esta temporada.

No supo levantarse el Tottenham en esta segunda parte como si que hizo en la primera. No volvió a tener ocasiones claras y no pudieron recuperar la seguridad en el centro del campo, que siguió cometiendo algunos fallos graves completando un partido flojo, especialmente Eric Dier que no tuvo ningún tipo de protagonismo, fallo muchos pases siendo el último en la línea de centro del campo.

Corría cerca del minuto 70 cuando Firmino tuvo que ser sustituido tras un manotazo de Vertonghen que no le permitió seguir pues no podía abrir el ojo siquiera. Tras unos cuatro minutos con el tiempo parado, entró Jordan Henderson por el brasileño.

Los minutos restantes fueron un mero trámite. Un Tottenham que a pesar de los cambios no propuso más y un Liverpool que a pesar de bajar la intensidad tenía claro a lo que jugaba en estos últimos instantes del partido.

Pero hasta que el árbitro pita no está todo acabado. En el minuto 92 un gran disparo de Erik Lamela tras un córner ponía el 1-2. Tarde para los londinenses.

Y así acababa. El Liverpool, cinco partidos, cinco victorias. La próxima jornada recibirán al Southampton en Anfield y entre semana viajarán a Francia para enfrentarse al PSG en Champions League. Competición que también disputarán los Spurs, pero contra el Inter de Milán para después jugar en el sur de Inglaterra contra el Brighton.

Este partido ha servido para afirmar que el Liverpool es favorito para ganar esta Premier League. No solo gana por inercia o jugando mal. También es capaz de matar a los gigantes en su propia casa.