El arte del balompié, ese saber hacer que requiere de capacidades técnicas, ha sido un objeto de estudio en el cual han trabajado distintos intelectuales. Un ejemplo de tal tarea y ejercicio fue el escrito que le dedicó el etólogo Desmond Morris. Un autor que destacaba por dos obras, reconocidas como best sellers, como lo son: El Mono Desnudo y El zoo Humano. El texto en cuestión, traducido al español con el título de El Deporte Rey: ritual y fascinación en el fútbol, mostraba una tesis tan novedosa como polémica, ya que, para el británico, el fútbol reproduce, simbólicamente, la caza que nuestros antepasados debían realizar para sobrevivir. Bajo esta premisa, según lo teorizado por Morris, el césped se vuelve un coto y la presa sólo se adquiere al marcar el tan ansiado gol.

  • La pierna izquierda como cerbatana

En este hábitat, Borna Sosa es el compañero que todo finalizador desea. En busca de perforar la portería rival, el croata explota sus cualidades avivado y potenciado por el sistema que Pellegrino Matarazzo propone. Con el carril para él, el zurdo destaca por su velocidad, regate (siendo capaz de salir por ambos perfiles) y, sobre todo, por su precisión milimétrica a la hora de colgar balones. Si el gol es el trofeo, el de Zagreb es un “asesino” silencioso.

Tras dos temporadas en la Bundesliga, sus números demuestran el asistente que es. Tras el ascenso, el lateral izquierdo sería pieza clave en el gran año del VfB Stuttgart, obteniendo una espectacular marca personal al repartir diez asistencias (todas ellas en liga). Esta campaña, salvados en la última jornada gracias a un milagro firmado por Wataru Endo, Sosa logró la friolera de nueve servicios divididos entre ambas competiciones.

Su modus operandi es de sobra conocido por los entrenadores. Sea a balón parado o en movimiento, el rubio logra efectuar una rotación corporal que, acompañada del guante que tiene como pierna, obra el centro. Un recorrido perfecto, con la clásica curva que maravilla al espectador, que tiene como objetivo la cabeza de Saša Kalajdžić. Una torre austriaca que destaca por ser un rematador nato.

El asistente y el rematador fundidos en un abrazo./ Fuente: Getty Images
El asistente y el rematador fundidos en un abrazo./ Fuente: Getty Images
  • El cazador...¿cazado?

Sus números, unido a su juventud (tan sólo 24 años), hacen que en este mercado su nombre suene con fuerza para algunos equipos de mayor potencial. Barcelona, Bayern Múnich o Leeds United, han sido varios de los clubs que han preguntado por él. Mientras que, en la naturaleza, el bienestar del batidor supone el malestar del botín, en este tipo de negocios, siendo el equipo alemán una entidad vendedora, el traspaso sería todo un éxito para ambas partes.

Llegado en la 18-19, proveniente del Dinamo Zagreb, el internacional ha rendido a las mil maravillas. Su mejora a nivel físico, pero también en el apartado táctico, lo convierten en un atleta a tener muy en cuenta en el panorama del fútbol mundial. En estos días sabremos si Borna se une a figuras como las de Nicolás González o Gregor Kobel, futbolistas que abandonaron la capital de Baden-Wurtemberg tras ofrecer un magnífico rendimiento.

Por nuestra parte, como el gran David Attenborough, seguiremos observando y analizando las conductas etológicas que se dan en el verde, esos rituales que no dejan a nadie indiferente.