Con la 'era Klopp' ya empezada, los Reds no tuvieron una feliz entrada en 2016. Dos derrotas, ante West Ham y Manchester United, y un empate en casa in extremis frente al Arsenal, devolvían las sensaciones de los últimos retazos de la 'era Rodgers'. Pero llegó una de las grandes tardes del Liverpool el 23 de enero. Después de ir perdiendo 3-1, los Reds se pusieron 3-4 en el minuto 75. No fue hasta el quinto minuto de añadido en Carrow Road cuando Adam Lallana marcó el 4-5 definitivo que se llevó los puntos para la rivera del Mersey.

Algunos buenos resultados más como los apabullantes triunfos ante el Manchester City o Everton en Anfield no le fueron suficientes para llegar a los puestos europeos. Pero el equipo en parte perdió efectividad en liga por el desarrollo de los acontecimientos en la Europa League.

Con la miel en los labios

Tras superar la fase de grupos como líderes de grupo ante Sion, Rubin Kazan y Girondins de Burdeos, superaron al Augsburgo (1-0 en el global de la eliminatoria) y en octavos revivieron el clásico del fútbol inglés frente al Manchester United con un gran partido en Anfield (3-1 como resultado global). Entonces se cruzó en su camino el Borussia Dortmund de Thomas Tuchel. La ida en el Signa Iduna Park acabó con empate a uno, y todo se decidiría en Anfield. Mkhitaryan y Aubameyang pusieron el partido 0-2 en los primeros nueve minutos. Origi recortó distancias tras volver del descanso, pero Reus volvió a poner dos goles de distancia en el marcador. Desde el minuto 57, se hizo la épica de Anfield. Los goles de Coutinho y Sakho igualaron la contienda y en el descuento, tras un centro de Milner desde la derecha, Dejan Lovren se adelantó a la defensa alemana para culminar una remontada histórica.

Foto: UEFA
Foto: Getty Images

Con ese resultado (4-3), los Reds llegaron a las semifinales de la Europa League, donde esperaba el Villarreal. Con un resultado adverso en El Madrigal, los hombres de Klopp volvieron a imponerse en casa, esta vez con un contundente 3-0. El Sevilla sería el rival en la final, una final muy esperada por los fans del Liverpool. Pero pese a adelantarse en el marcador con un gran gol de Sturridge, en una primera parte que dominaron los Reds, los sevillanos se impusieron con un gran Coke que revolucionó el partido y decidió para los de Unai Emery.

Las copas nacionales, FA Cup y Capital One Cup, tuvieron resultados muy diversos. En la primera de ellas jugó dos veces el replay. Primero el Exeter les obligó a jugar la vuelta y después el West Ham, que consiguió eliminarles en la prórroga en BoleynGround. Diferente fue el camino en la Capital One Cup. Cuando Rodgers abandonó el equipo, los Reds solo habían superado al Carlisle United llegando a los penaltis. Bajo el mando de Klopp, superaron al Bournemouth, Southampton y Stoke hasta llegar a la final.

Foto: Liverpool
Foto: Liverpool

En Wembley, el Manchester City se adelantó, igualó Coutinho antes del final y tras la tanda desde los once metros, los de Manuel Pellegrini se hicieron con el trofeo. Se habían perdido dos oportunidades de ganar un título, pero crecía la esperanza de que Klopp, con tiempo para fichar y trabajar, pudiera devolver a este club al puesto en que se merecía.

Un verano de refuerzos y cambios

Después de una nueva temporada llena de irregularidades, el Liverpool de Jürgen Klopp tenía una consigna muy evidente para esta nueva campaña 2016/2017 y no era otra que clasificarse para competiciones europeas. El técnico alemán llegó al mercado estival con plena capacidad para hacer y deshacer dentro de la plantilla, gracias a una confianza que se había ganado desde que llegó a Melwood.

Haciendo gala de una política austera pero eficaz, Jürgen dio salida a varios jugadores en forma de cesión (Flannagan, Ward, Markovic, etc.) y bajo traspaso. La venta más sonada fue la de Christian Benteke al Crystal Palace. El delantero belga no contó con minutos durante la temporada y los Reds ingresaron en las arcas una cantidad superior a los 31 millones de euros. A cambio llegaron varios fichajes, todos ellos avalados por Klopp e incluso algunos de ellos directamente traídos por él desde Alemania.

Alexander Manninger es uno de los fichajes traídos al club a petición del técnico alemán. El veteranísimo guardameta de 39 años llegó libre procedente del Augsburgo tras una dilatadísima trayectoria en el fútbol europeo. El austriaco, además de jugar en la liga profesional de su país natal, ha pasado por Italia, España y por Inglaterra (en concreto en el Arsenal) antes de regresar a las islas para probablemente poner punto y final a su carrera.

Hasta el momento no ha tenido ninguna participación en el equipo, sin embargo la consigna dada por Klopp ha sido clara, su principal rol dentro de la plantilla es el de ayudar a los otros guardametas tanto del primer equipo como de la cantera y reforzar una de las parcelas más débiles que tiene el club desde hace varias temporadas. También para reforzar la portería llegó Loris Karius procedente del Mainz 05. Con solo 23 años el guardameta nacido en Biberach se ha hecho con la portería de Anfield, relegando a Simon Mignolet a un segundo plano.

Foto: Liverpool
Foto: Liverpool

Karius se formó en la cantera del Stuttgart pero también en la del Manchester City antes de dar el salto al fútbol profesional de la mano del Mainz. El traspaso le costó al Liverpool algo más de seis millones de euros, un fichaje para nada caro si se tiene en cuenta que ocupa la portería de uno de los mejores equipos británicos de la historia. A consecuencia de la llegada de Manninger y de Karius, Adam Bogdan y Danny Ward (segundo y tercer portero en la temporada anterior) salieron cedidos a equipos de la Championship, toda vez que no han logrado encajar en los planes de Klopp y difícilmente tengan hueco en el primer equipo.

Reforzada una de las posiciones más endebles de la plantilla, tocó hacer lo propio con la defensa. La zaga del Liverpool fue un quebradero de cabeza constante para Jürgen durante toda la pasada campaña. A ello hay que sumarle la marcha de Skrtel al fútbol turco bajo petición propia o los problemas extradeportivos de Sahko. El Liverpool necesitaba refuerzos en el centro de la defensa y Klopp se trajo a dos hombre que conocía muy bien también del fútbol alemán.

De un lado, Joel Matip. El espigado central de casi dos metros de alto ha desarrollado toda su carrera en el Schalke 04, sin embargo el club alemán se encuentra en horas bajas en estos últimos años y con 25 años quedó libre. Por otro lado llegó Klavan procedente del Augsburgo. Un central de garantías con 31 años que llega también con el rol de reforzar el centro de la defensa y de darle a Klopp más posibilidades a la hora de hacer cambios.

Mané y Wijnaldum celebrando un tanto esta temporada. Foto: Liverpool
Mané y Wijnaldum celebrando un tanto esta temporada. Foto: Liverpool

Sin lugar a dudas las grandes incorporaciones en el pasado mercado de verano fueron las de Sadio Mané y Georginio Wijnaldum. Fueron las grandes apuestas del Liverpool y se invirtió en ellos una cantidad cercana a los 69 millones de euros.

Sadio Mané llegó procedente del Southampton, un club que en los últimos años ha llevado al Liverpool a otros jugadores importantes como Lallana o Lovren. El extremo senegalés se hizo rápidamente un hueco en el once inicial de Klopp y se ha convertido en el mejor refuerzo de la plantilla. Ha participado en 18 partidos oficiales, marcando ocho goles y dando hasta siete asistencias. La irrupción de Mané ha llevado al ostracismo a Sturridge, que apenas está contando en los planes de Klopp y lo más probable es que esta sea su última temporada en el conjunto del Merseyside.

El descenso del Newcastle a la Championship llevó a Georginio Wijnaldum al Liverpool a cambio de 27,5 millones de euros. El centrocampista holandés vino para reforzar la sala de máquinas del conjunto Red que se encontraba mermada tras una decepcionante temporada de Henderson a causa de los constantes problemas físicos que padeció el capitán inglés.

Hasta el momento este prometedor centrocampista internacional con Países Bajos se ha hecho indiscutible en el equipo de Jürgen Klopp, jugándolo prácticamente todo y siendo el cerebro de un equipo que, a pesar de no haber tirado la casa por la ventana en verano, ha conseguido colarse entre los tres mejores de una liga en la que prima la cartera siempre por delante de la cantera.

A por todo en una nueva temporada

Una temporada estaba a la vuelta de la esquina pero antes de ello los pupilos de Jürgen Klopp tendrían que prepararse bien durante la pretemporada, para ir listos a la siguiente campaña y para que el equipo pudiese cuanto antes conectar y empezar a generar buenas sensaciones.

Y la pretemporada no empezó nada mal, el Liverpool logró ganar cuatro partidos consecutivos; pero eso sí, no contra rivales de alto nivel aunque les serviría de buena preparación para encarar los siguientes partidos. Después de esto disputaron la Internacional Champions Cup, donde jugaron tres partidos y consiguieron ganar dos encuentros; primero contra el AC Milan por 2-0 y luego al Barça, ahí el equipo de Mereyside logró una rotunda victoria por 4-0. En cambio tuvo un traspié en el torneo perdiendo por la mínima ante el Chelsea. Fuera de esta competición el equipo de Anfield perdió ante Roma y Mainz 05 el primero por 1-2 y el segundo por 4-0, encarando la temporada con algunas dudas.

Lanzados a por todo

Empezaba otra temporada, la Premier League arrancaba y el caprichoso destino quiso que el Liverpool se enfrentase en su primer partido ante un rival directo, el Arsenal de Arsene Wenger. El choque comenzó de mala manera para los de Klopp que tuvieron que hacer frente a un gol de Theo Walcott, pero antes del descanso fue contrarrestado por un gol de Philippe Coutinho. A la salida de vestuarios los Reds salieron enchufados y lograron poner el 1-3 en el marcador con otro gol de Coutinho y otro de Lallana. Finalmente Sadio Mané dio la tranquilidad y puso el 1-4 en el luminoso, pero el conjunto de Wenger reaccionó y logró en el minuto 75 poner el 3-4 que mantuvo la tensión hasta el final.

Tras este buen resultado el Liverpool visitaba al Burnley, y el exceso de confianza les haría perder el partido por 2-0. Después de perder contra un recién ascendido el equipo no podía permitirse dejar ir más puntos y de los siguientes 15 partidos oficiales, el equipo de Jürgen Klopp salió invicto de todos ellos, incluyendo importantes encuentros contra el Manchester United y Tottenham en liga (empató en ambos); por tanto consiguieron unas 13 victorias que lo auparían al primer puesto de la Premier League ganando al vigente campeón, el Leicester City y al Chelsea entre otros, y a pasar de ronda en la EFL Cup (en esta ganó al Tottenham por 2-1).

Foto: Premier League
Foto: Premier League

Pero esta buena racha de resultados se acabaría con la lesión de Coutinho, que era el que mejor estaba en la plantilla aportando unas grandes actuaciones, y con la visita a Bournemouth el equipo sufriría una de las remontadas de esta temporada. Y es que tras ir ganando en todo momento, en los últimos 15 minutos de partido después de un gran desajuste defensivo sufrió un vendaval y el equipo cherrie anotó tres goles dándole así la vuelta al partido.

Tras esto, el Liverpool quiso levantar cabeza después perder este partido y el liderato, pero el apoyo de la grada y el jugar en Anfield no bastó para conseguir una balsámica victoria ante el West Ham que consiguió sacar un punto de Merseyside. Pero la victoria no tardaría en llegar, y ante el Middlesbrouhg el Liverpool consiguió dar un golpe de autoridad tras ganar por 0-3 y generando unas muy buenas sensaciones.

Foto: Premier League
Foto: Premier League

Llegaba el partido que pondría a prueba al Liverpool y ese sería el duelo contra sus vecinos, los toffes. El choque tuvo mucha intensidad pero poco fútbol y finalmente Sadio Mane dio un triunfo agónico a su club en el minuto 94 para situarse segundos a seis puntos del líder que es el Chelsea.

Este próximo año parece esperanzador para el equipo con mejor ataque de la Premier League, el proyecto del técnico alemán se va consolidando y la ciudad de Liverpool se llena de optimismo gracias a un equipo Red que ilusiona. Pese a no jugar en competición europea, el Liverpool sigue de cerca el liderato de la liga, y por otro lado en la Copa de la Liga se medirá en semifinales ante el Southampton, mientras que en la FA Cup tendrá que encarar su primer duelo contra el Plymouth Argyle.