Philippe Montanier compareció la mañana del viernes por última vez para atender a las preguntas previas a un partido con la Real Sociedad, ya que el del domingo será su último encuentro al frente del banquillo blanquiazul. Sin embargo, prefirió centrar la atención en "la final" del sábado, tal y como la lleva calificando en los últimos días. Admitió no saber cómo se sentirá "durante y después del partido", pero volvió a repetir que sólo piensa en lograr la cuarta plaza, ya que hasta ahora "nunca" ha tenido la posibilidad de conseguir semejante logro en primera división.

Calificó el encuentro de "complicado", ya que según dijo el Deportivo es un rival "de calidad" que, además, "se juega la permanencia" por lo que jugarán el partido "a tope". Admitió que ambos conjuntos tienen presión, pero que la de su equipo es una presión "positiva que le dará una serenidad indispensable para jugar este partido". Además, considera que "todos los jugadores quieren jugar este tipo de partidos". Destacó la línea de ataque del conjunto de Fernando Vázquez, con jugadores como "Pizzi o Riki", e instó a su equipo a pensar sólo en el partido de Riazor y no mirar al que el Valencia disputará en Sevilla, ya que no pueden influir en él.

A falta de un partido para que acabe la temporada, en Gipuzkoa la temporada ya se considera un éxito, opinión que comparte el entrenador realista. "Ha sido una gran temporada. El equipo ha demostrado una gran evolución, no sólo en los resultados sino en su forma de jugar, así que pienso que ver a este equipo ha sido una satisfacción para todo el mundo. Si conseguimos nuestro objetivo será increíble", aseguró. Aun así, en la plantilla realista no se contempla ningún síntoma de relajación, ya que, tal y como afirmó el técnico francés, están "con muchas ganas de alcanzar la cuarta posición porque es el sueño de todo el mundo. El mío también". Y es que todo el equipo txuri-urdin está "con muchas ganas y una gran motivación y determinación. Vamos a darlo todo para ganar este partido", concluyó.