El 11 de junio de 2013 llegaba a Valencia un sonriente Joaquín Caparrós para ser presentado en Orriols como nuevo técnico del Levante. El sevillano fue el elegido por la directiva para ser el capitán del barco en la temporada 2013-2014, con el objetivo de la permanencia y con la intención de continuar, en cierto modo, con el estilo que había implantado de predecesor, Juan Ignacio Martínez.

El equipo cerró una pretemporada con resultados brillantes en la que Caparrós repartió los minutos entre todos sus jugadores, probando distintos esquemas y buscando un estilo de juego acorde con la plantilla de la que disponía. Sin embargo, el estreno liguero dejó una amarga y contundente derrota por 7-0 ante el Barcelona en el Camp Nou. En el partido primaron las imprecisiones y la falta de concentración y el equipo mostró sus carencias defensivas, algo que curiosamente se vio pocas veces a lo largo de la temporada. Tras la derrota, los focos de culpabilidad se centraron en Caparrós, a quien se le achacaba que el equipo había estado demasiado metido en su área. La goleada del Camp Nou se dejó atrás y el grupo empezó a funcionar en los siguientes partidos. Poco a poco, el técnico fue confeccionando un equipo sólido, con las líneas muy juntas y la defensa ordenada, un esquema que con el paso de los encuentros se fue convirtiendo en la seña de identidad del grupo.

Orden, disciplina y trabajo en equipo

El equipo encadenó una racha de ocho partidos consecutivos sin conocer la derrota tras la debacle ante el Barça. Si algo ha caracterizado al Levante ha sido la eficacia defensiva como bloque y el trabajo en equipo, desde el portero hasta el delantero.

Caparrós apostaba en defensa por la veteranía de jugadores como Juanfran o David Navarro, habituales a lo largo de toda la campaña en el once titular, a los que se sumaban Nikos y Vyntra para formar una zaga sólida y experimentada. La polivalencia de algunos jugadores ha sido una baza importante en muchos partidos, especialmente con defensas como Juanfran o Vyntra, acostumbrados a defender tanto en el centro como en el lateral. Por otro lado, Pedro López ha sido un comodín para Caparrós en gran cantidad de enfrentamientos. El lateral ha jugado en ocasiones como interior derecho por delante de Vyntra, aportando una mayor profundidad al equipo y sirviendo de refuerzo en el centro del campo para Diop y Simao. Por detrás de la zaga, Keylor Navas ha sido un habitual en la defensa de arco granota. El costarricense ha jugado 37 partidos de Liga y ha cerrado la campaña como uno de los jugadores más importantes de la plantilla, disputando más de 3.000 minutos al igual que Juanfran.

Si bien es cierto que la defensa es una de las virtudes de este Levante, el tándem que forman Diop y Simao en el centro del campo ha sido fundamental para que el equipo tenga equilibrio y no se rompan las líneas. En el tramo final de la temporada, Caparrós le dio confianza en varios partidos a Sissoko y le introdujo en la medular para formar trivote y reforzar el centro del campo.

Las jugadas a balón parado, fundamentales

El juego áereo y la estrategia constituyen una de las principales armas ofensivas del equipo. Todo es mucho más fácil con jugadores como Diop y, especialmente, Ivanschitz. El austriaco tiene un guante en su pierna derecha y de sus botas han nacido muchas ocasiones de gol para el Levante, buscando siempre la entrada de rematadores como Vyntra o David Navarro.

En cuanto a la vanguardia, Rubén y Barral han sido dos habituales en las alineaciones de Caparrós, superando ambos los 30 partidos en Liga (más de 2.000 minutos jugados cada uno). El gaditano ha acabado la campaña como máximo goleador del equipo con 7 goles, mientras que el canterano se ha hecho dueño y señor de la banda izquierda. En el carril derecho, el puesto ha estado más disputado. Con quien más ha contado Caparrós ha sido Xumetra, quien ha participado en 25 partidos de Liga, 19 de ellos como titular. Pedro Ríos ha ido de más a menos en los últimos meses y ha jugado un menor número de partidos por decisión técnica.

Aprobado con nota

Tras una gran primera vuelta en la que el equipo logró 23 puntos en Liga, el cuadro granota siguió cosechando buenos resultados y se mantuvo fiel su estilo en todos los partidos. En Copa del Rey, el Barça del ‘Tata’ Martino acabaría con el sueño del Levante de alcanzar las semifinales por primera vez en su historia. Pero en la Liga, los de Caparrós lograron 40 puntos a falta de varias jornadas para que finalizase el campeonato, permitiéndose soñar con puestos europeos. Quizá esa cifra importante de puntos fue lo que hizo al equipo relajarse y bajar una marcha en la competición doméstica. Tal es así, que la afición azulgrana tuvo que esperar varias jornadas más para ver a su equipo matemáticamente salvado. Esa mala racha de resultados previa a lograr el objetivo provocó algunas dudas en el levantinismo hacia la figura de Caparrós, pero según iban pasando las fechas se fueron disipando. Finalmente, Caparrós dejó al equipo en 10ª posición de la Liga BBVA con 48 puntos. El equipo tuvo en sus manos quedar por delante del Valencia por primera vez en su historia, aunque un pinchazo en la última jornada le privó de la machada.

El balance de la temporada es positivo para Caparrós. En los últimos días tuvo sobre la mesa la oferta de renovación del club para continuar siendo técnico del Levante. Sin embargo, el club ha decidido romper las negociaciones para su renovación ya que no se ha llegado a un acuerdo entre las dos partes y que el club considera que su oferta era la única opción. Caparrós no seguirá a cargo de área técnica. El utrerano ha asentado las bases para la próxima campaña y ha construido un equipo sólido. Sin lugar a dudas, su paso por Orriols no ha pasado desapercibida para nadie.