Levante Unión Deportiva

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Football Team
Levante Unión Deportiva

1908 Valencia


El Levante Unión Deportiva es un club de fútbol con sede en Valencia que actualmente milita en la Primera División, más conocida como la 'Liga Santander'. El nacimiento del equipo valenciano se remonta a la primera semana de septiembre de 1909, año en el que fue declarado como entidad deportiva tras pasar por el Registro de Sociedades. José Ballester se convirtió por aquel entonces en el presidente de un Levante que desde sus inicios contrajo un fuerte arraigo con los 'Poblados Marítimos', por lo que desde un primer momento ha sido considerado como "el equipo del Cabañal".

Conjuntamente a su fundación, tras crearse la Federación Valenciana de Fútbol en 1909, apareció el Gimnástico Fútbol Club, una institución con la que no se entendería el presente actual del Levante. El fútbol se presentaría pues en sociedad en la Exposición Regional de aquel año en la capital del Turia, pero sería la importancia de ambas entidades durante los primeros años de instauración local del balompìé, así como la conjunta y decidida apuesta por desarrollar esta disciplina, y dotarla de organismos que garantizaran su pervivencia, lo que llevó a la vertebración del fútbol en las tierras valencianas. 

Levante y Gimnástico recorrieron por separado un camino para lograr la supremacía del deporte en Valencia hasta fusionarse en uno mismo finalizada la Guerra Civil en 1939. Con el nombre inicial de Unión Deportiva Levante Gimnástico, la entidad pasó a denominarse Levante Unión Deportiva en 1941, nombre que perdura hasta nuestros días. De establecerse el año 1909 como fecha fundacional, el Levante sería considerado como club decano de la Comunidad Valenciana.

Extracto de una nota de prensa que anunciaba el nacimiento del Levante FC / Fuente: Levante Web Oficial
Extracto de una nota de prensa que anunciaba el nacimiento del Levante FC / Fuente: Levante Web Oficial

Labrando un futuro mejor

Con la entrada de la década de los veinte, la construcción del 'Campo de La Cruz' en septiembre de 1922 o la inauguración del 'Vallejo' en 1925, dotaron a Levante y Gimnástico , respectivamente, de la última pieza para quizás lograr ya la tan ansiada institucionalización. La aparición de ambos campos acentuó aún más si cabe la importancia de los dos equipos en la ciudad de Valencia.

Sin pausa pero sin prisa, el Levante, con el paso de los años, fue asentándose a nivel estructural y acompañado de buenos resultados, estos trajeron consigo trofeos de campeonatos regionales. El equipo de los 'Poblados Marítimos', popularmente conocido como "el equipo del Cabañal", como ya hemos citado con anterioridad, logró estrenar sus vitrinas en enero de 1928, cuando se proclamó campeón del Campeonato Regional.

A punto de entrar en los años treinta, el Levante se encontró con "un nuevo fútbol", un deporte que miraba ya hacia otras cotas que se vieron reflejadas en la profesionalización de los jugadores y que se terminó sellando con la creación de la competición Nacional de Liga, que fue organizada por la Real Federación Española de Fútbol en 1929 y que avistó un preludio que invitaba a ver lo que estaba por llegar. Pero paralelamente a unos sucesos que con el tiempo dieron lugar a la entera profesionalización del balompié en nuestro país, esto provocaría el inicio de las desavenencias entre Levante y Gimnástico, dos equipos que comenzaron a defender posiciones contrapuestas y que lucharon por la supremacía a la sombra del Miguelete junto al Valencia.

Equipo que compitió en un inicio en los Campeonatos Regionales bajo el nombre de Levante FC / Fuente: Levante Web Oficial
Equipo que compitió en un inicio en los Campeonatos Regionales bajo el nombre de Levante FC / Fuente: Levante Web Oficial

Abriendo camino

Mientras que el Levante se construía un presente en el panorama futbolístico nacional, el Gimnástico, tras la creación del Campeonato Nacional de Liga, comenzó a defender con ultranza los sentimientos amateur que definieron al fútbol en sus inicios en España. A la vez que comenzaron las desavenencias entre ambos equipos, el fútbol, se desligó de sus orígenes, lo que acrecentó aún más si cabe las diferencias entre las dos entidades. En el ámbito deportivo, el Levante empezó su andadura por la Segunda División en el año 1934, nuevos tiempos, distintos objetivos.

A finales de aquel año, en el mes de diciembre, Málaga esperaba con los brazos a un Levante que ya en un paraje desconocido hasta entonces, poco tenía que perder. El Malacitano fue la primera piedra de choque para los valencianos. El encuentro correspondió al Grupo III de Segunda División y trajo el estreno del "equipo del Cabañal" en la categoría de plata del balompié español tras pasar un corto periplo en Tercera.Entre los nombres que encabezaron la expedición valenciana a tierras andaluzas en aquella jornada futbolera estaban: Vidal, Calpe, Puig I, Dolz, Calero, Guillem, Puig II, Artigas, Escolá, Felipe, Aparicio, Oliveros y Montañes. Los crónicas lo definieron como un partido tosco, de los de antes. Vidal, portero del Levante en los años 30, fue el gran protagonista de la tarde al detener un penalti en los últimos minutos. El Levante lograría así un valioso empate en su primer partido en Segunda.

Primer partido en Segunda División  / Fuente: Página Web Levante UD
Primer partido en Segunda División en el campo del Malacitano / Fuente: Levante Web Oficial

¿Primer gol profesional?

Tras una larga estancia en campeonatos regionales y en divisiones como la Tercera, el club valenciano se encontraba entre un pasado anclado en lo amateur y el profesionalismo que dotaban las competiciones recién creadas por la R.F.E.F. Así pues, ya en Segunda División, Montañés estrenó el expediente goleador del Levante en un nuevo escalón del fútbol nacional. 

Los hechos datan del 9 de diciembre de 1934, cuando el Levante recibió a La Plana en la zona del Camino Hondo del Grau, en el 'Campo de La Cruz'. El Levante mostró su cara más competitiva ante un equipo vinculado al desaparecido C. D. Castellón y logró sacar el partido adelante con solvencia. Montañés, figura destacada de aquella fecha, se comprometió a finales de octubre con el club valenciano, por lo que tras pasar una estancia en el Real Murcia, regresó a la que fue su casa años atrás, el Levante.

La ficha técnica relata que el jugador levantinista entró al campo ante el equipo castellonense en contra de un Felipe que fue relegado al banquillo. A los veinte minutos de juego abrió el marcador para el Levante y minutos después, antes de que el árbitro señalase el final del primer tiempo, repitió tanto. Montañés pondría así su firma en los libros de historia del equipo valenciano. El jugador es resaltado como el autor del primer gol del Levante en Segunda División, por lo que, sin pelos en la lengua, podemos considerarlo como el primer 'gol profesional' de la entidad del Cabañal.

En la temporada 1934-35, el Levante disfrutó de sus mayores éxitos hasta la fecha, pues se alzó vencedor en el Campeonato Súper-Regional Valencia-Murcia y además, pudo alcanzar las semifinales de copa tras haber eliminado a grandes equipos como Barcelona o Valencia. El Sabadell apeó al Levante de un sueño que años más tarde se convertiría en realidad.

Los once levantinistas que comandados por Montañés derrotaron a La Plana en 'La Cruz' / Fuente: Levante Web Oficial

Guerra Civil

Durante la Guerra Civil (1936-39), el Levante F.C. y el Gimnástico F.C. jugaron en la Liga del Mediterráneo. Considerados como último foco republicano, los equipos de aquella Liga, provenientes de Valencia y Barcelona, participaron en una competición denominada la Copa de la España Libre. 

Copa de la España Libre / Fuente: Levante Web Oficial
Copa de la España Libre / Fuente: Levante Web Oficial

El Barcelona, que fue a buscar fondos para la II República, no dudó en viajar a México para lograr su objetivo. Por su parte, el Levante ocupó la plaza en la competición copera que le correspondía al equipo catalán. La competición se definió como una mini liga en la que los dos equipos mejor clasificados se veían las caras en la gran final. El Levante llegó a un acuerdo con el Gimnástico F.C. y ambos presentaron un equipo conjunto para participar en la competición. Los valencianos disputaron sus partidos en el Vallejo y entre la expedición que formaba aquel equipo destacó sobre manera Gaspar Rubio.

Tras lograr un empate ante el Girona y una gran victoria contra el Espanyol, el Levante selló su clasificación a la gran final tras ganar de una forma heroica al Valencia por seis tantos a dos. Terminada la liguilla, Levante y Valencia, tras ganar sus respectivos encuentros, se juntaron en el Estadio de 'Sarriá' en la lucha por el título. 

Las crónicas relatan que el 18 de julio de 1937, el Levante derrotó al Valencia por un gol a cero con Nieto como goleador en aquella final en Barcelona, proclamándose así campeón de la Copa de la España Libre. En el encuentro, como era de esperar, no brilló el fútbol, el Mundo Deportivo lo definió así tras el choque: “En el terreno de juego los nervios alcanzaron la tirantez, la rigidez que acompaña a los equipos que juegan en un solo partido toda una competición”.

Finalizada la Guerra, el trofeo, de origen republicano, trajo controversia durante el franquismo por reconocer la validez de dicho título. Aún en la actualidad, el Levante se halla en una continua lucha con la Federación Española de Fútbol por la Copa de la España Libre, con el objetivo de distinguir a unos jugadores, a un equipo, que en tiempos de Guerra se dedicaron a lo que mejor sabían hacer, jugar al fútbol.

Equipo que saltó de inicio en Sarriá ante el Valencia / Fuente: Levante Web Oficial
Equipo que saltó de inicio en Sarriá ante el Valencia / Fuente: Levante Web Oficial

Fusión en la Posguerra

En tiempos de Guerra  Civil (1936-39), el Levante contaba con un importante número de jugadores, no obstante, el conflicto bélico desbarató la posibilidad de que los valencianos jugasen en su Estadio por lo que el club se vio obligado a buscar una solución de extrema urgencia ante tal situación. Por otra parte, el Gimnástico se encontraba en un panorama totalmente contrapuesto: no tenían jugadores pero en su haber disponían del campo del 'Vallejo' y del mote de "granota". Tal apodo nació en convergencia al estadio dónde el Gimnástico disputaba inicialmente sus partidos: el 'Stadium', pues este se hallaba en el mismo viejo cauce del río Turia. De la unión con las ranas, "granota" en valenciano, surgió el apodo que tanto caracteriza al Levante U.D. hoy en día. 

La situación atípica que ambos equipos vivían "obligó" a sendos a fusionarse en uno mismo para lograr la pervivencia deportiva. La fusión en 1939 trajo un nuevo nombre: Unión Deportiva Levante-Gimnástico (U.D.L.G.), conocido popularmente como 'UDELAGE'. En sus inicios, el equipo adoptó un uniforme a rayas blancas, en herencia del Levante y rojas, provenientes del granate del Gimnástico.

Primeros movimientos del 'UDELAGE' / Fuente: Levante Web Oficial
Primeros movimientos del 'UDELAGE' / Fuente: Levante Web Oficial

La firma de la fusión de ambos clubes se estampó el 6 de agosto de 1939 en el domicilio de 'don Rafael Valls Castelló', que tras aquella formalidad fue nombrado primer presidente de la Unión Deportiva Levante-Gimnástico.

La acepción 'UDELAGE' no terminó de calar hondo entre la afición por lo que, en el año 1941, se llegó a un nuevo acuerdo entre ambas entidades. El equipo pasaría a denominarse Levante Unión Deportiva, tal como lo conocemos en la actualidad, y usaría como primera equipación una vestimenta azulgrana, la que portaba el Gimnástico F.C. desde sus inicios. Los partidos comenzaron a jugarse en el Estadio de Vallejo, una de las herencias que dejó el Gimnástico.

Nueva casa del ya 'Levante UD' / Fuente: Levante Web Oficial
Nueva casa del ya 'Levante Unión Deportiva' / Fuente: Levante Web Oficial

Comienzos como Levante U.D.

Dicen que los comienzos nunca fueron fáciles y así podemos definir los primeros pasos del actual Levante Unión Deportiva. En la misma temporada que Levante F.C. y Gimnástico F.C. juntaron sus caminos para conformar el nuevo Levante U.D., tras un fallido intento como 'UDELAGE', el club, en la 1941-42, bajó a regional. Tras descender a los bajos fondos del fútbol español, en la 1942-43, el equipo recuperó la categoría que había perdido tras comenzar a competir como Levante Unión Deportiva y volvió a Tercera División por la puerta grande.

El ascenso a Segunda tardaría en llegar, el equipo se hizo a la categoría y aunque se proclamó campeón en uno de esos años, no sería hasta la 1945-46 cuando el Levante volviera a jugar en Segunda. Aquel año el Levante realizó una buena campaña como recién ascendido, pero el mayor mérito deportivo se lograría en una eliminatoria copera. El equipo venía de recibir seis goles en San Mamés y ya en el Vallejo, los del Cabañal doblegaron al club bilbaíno en un encuentro que las crónicas lo califican de "histórico".

Los valencianos mantuvieron con solvencia su puesto en Segunda, no obstante, pasados los años, en la temporada 1951-52, descendió a la Tercera División. La década "granota" resultaría convulsa y trajo consigo numerosos vaivenes deportivos.

Acta del partido de Copa del Generalísimo que enfrentó al Levante contra el Bilba / Fuente: Levante Web Oficial
Acta del partido de Copa del Generalísimo que enfrentó al Levante contra el Bilbao / Fuente: Levante Web Oficial

Levante Unión Deportiva Femenino

La sección de fútbol femenino del Levante Unión Deportiva tiene origen en el año 1998 tras absorber el San Vicente Valencia y desde sus comienzos, está considerado como uno de los puntales del panorama futbolístico español. En el palmarés del equipo se hallan relucientes cuatro títulos de Liga, seis "Copas de la Reina" y dos "Supercopas de España". Pero en el fútbol al igual que en la vida, no todo son distinciones, y el Levante ha sido uno de esos equipos que ha contribuido a la constante evolución de la máxima competición de fútbol femenino en nuestro país.

El antecedente principal del Levante Femenino lo encontramos en el equipo del Instituto Politécnico San Vicente Ferrer, club que tras pasar a denominarse San Vicente Valencia Club de Fútbol Femenino logró su primer título en la temporada 1996/97, "la Superliga Femenina", para posteriormente alzarse con la "Supercopa de España". La entidad no contaba con una estructura interna y económica suficiente como para subsistir y permanecer en la élite por lo que llegó a un acuerdo con Pedro Villarroel, presidente del Levante Unión Deportiva a finales del pasado siglo, para acordar la fusión de ambos clubes. El 4 de agosto de 1998 el Levante absorbió de forma oficial al San Vicente, por lo que a partir de ese día pasaría a convertirse en una sección "granota" más.

Ya como 'Levante Femenino', el equipo consiguió su primer título en el año 2000 tras ganar por tres goles a cero al Lagunak en la Copa de la Reina. Esa misma temporada quedó eliminado de las semifinales para lograr el campeonato nacional de Liga ante el Torrejón. Pero sería la siguiente temporada la que quedaría marcada con letras doradas en la historia del club valenciano.

La temporada 2000/01 de la Liga femenina lo podemos definir con unas directas pero sencillas palabras, 'Levante Unión Deportiva'. El dominio de los valencianos en el campeonato doméstico resultó ser apabullante pues ganaron la totalidad de los partidos de la temporada regular y anotaron 240 goles, en contra, tan solo, recibieron 5 tantos. Esa superioridad se trasladó a las otras dos competiciones nacionales; la Copa de la Reina y la Supercopa de España. El Levante ganó ambos títulos  y sumados a la Liga, logró un 'triplete' que, sin tapujos, podemos calificar de "histórico", de "leyenda" diríamos. 

La consecución del trofeo de Liga por parte del equipo valenciano trajo un premio todavía mayor; el Levante U.D. participó en la primera "Copa de Europa Femenina". Las "granotas" no pasaron de la fase de grupos y dejó en evidencia que el fútbol femenino en España necesitaba una mejoría para equiparar su nivel al de los clubes del norte de Europa. En todas las historias hay un "pero" y esta no sería menos, con el paso de los años la importancia de la Liga española fue creciendo y en la actualidad está considerada como uno de los cinco mejores campeonatos nacionales del continente. 

Homenaje en el Ciutat de València a Maider Castillo, una leyenda del club / Fuente: Levante Web Principal
Homenaje en el Ciutat de València a Maider Castillo, una leyenda del club / Fuente: Levante Web Oficial

Volviendo a dirigir el foco informativo hacia el Levante Femenino nos encontramos con que el club que presidía Pedro Villarroel ganó una nueva Liga y otra Copa de la Reina la temporada siguiente al 'triplete'. El campeonato se tradujo en un nuevo billete para la 'Copa de Europa' pero el resultado fue el mismo que el del anterior año, eliminados en fase de grupos.

Ya con un entrenador nuevo en el banquillo, las "granotas" ganaron tres Copas más, en los años 2004, 2005, 2007. Tras tocar la misma cima durante varias temporadas en el campeonato nacional de Liga, los valencianos fueron subcampeones hasta en tres ocasiones, el Levante logró en una intensa pugna con el Rayo Vallecano, el título de Liga Femenina en la 2007/08, el cuarto en su haber y el último título hasta la fecha de la sección Femenina del Levante Unión Deportiva.

Década de los '50

Aquella temporada en Tercera, el equipo logró hacerse con la totalidad del campo de 'Vallejo' por una cifra que rondó los seis millones de pesetas e inmediatamente recuperó su puesto en Segunda División. Los jugadores fueron paseados a hombros por las calles del barrio del Cabañal en la celebración del ascenso, pero el júbilo de aquel momento se vio contrarrestado por el devenir en la temporada 1953-54.

La palabra que mejor puede definir esos años sería "ascensor", pues el equipo de los 'Poblados Marítimos' vivió una serie de ascensos y descensos que no terminaría hasta el año 1957. "La Gran Riada de Valencia" de aquel año pasó factura al campo de 'Vallejo' y el Levante tuvo que jugar la primera vuelta lejos de él. Los valencianos lograron remontar la adversa situación y obtuvieron un meritorio cuarto puesto al final de la campaña.

En la temporada siguiente la U.D. Las Palmas lograría vencer al Levante U.D. en la promoción de ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional por un gol de diferencia, pero en las calles del Cabañal ya comenzaban a oler un ascenso de su Levante a la Primera División, un hito que no tardaría en llegar.

"La Gran Riada de Valencia" en 1957 pasó factura al 'Campo de Vallejo' / Fuente: Levante Web Oficial

Faas Wilkes primer gran nombre en la historia del Levante U.D.

Los años 50 llegaron a su fin con un objetivo claro en la entidad valenciana: subir a Primera División. En esos años sería de crucial y vital importancia la figura del presidente de por aquel entonces, Antonio Román. El mandatario dictaminó la compra del 'Estadio de Vallejo' como pieza clave para el crecimiento estructural de un equipo al que durante su estancia modernizó internamente. No obstante, sería la peleada contratación por el internacional holandés, Faas Wilkes, lo que hizo que el club creciera de forma exponencial en esos años.

Contrato de Faas Wilkes con el Levante U.D. / Fuente: Levante Web Oficial

Los hechos datan del 23 de agosto de 1958, Antonio Román, tras presiones fundadas en parte por la Real Federación Española de Fútbol, cerró ese mismo día la contratación del que podemos considerar "primer gran nombre" en la historia del Levante U.D. Las intenciones eran claras, un proyecto comandado por él y que estuviera en la pugna por el ansiado ascenso a Primera. La burocracia con la Federación trajo problemas y Wilkes no pudo estar en el inicio de la competición; no obstante, el holandés, acabó por ceñirse la camiseta azulgrana del Levante Unión Deportiva.

La figura de talla mundial del jugador puso los focos informativos tanto locales como nacionales de un equipo que tras su llegada acaparó un notable impacto mediático. Como señaló Antonio Román en un mensaje a la R.F.E.F:  “La compañía de tal jugador de fama mundial había de ser un acicate”. Realmente lo fue, Faas Wilkes se quedó a un paso de llevar al Levante a Primera y anotó 13 goles. Vestidos de antagonistas, la figura de la Unión Deportiva Las Palmas tumbó la puerta del Vallejo. El Levante no pudo con los Canarios y vio cómo su sueño de debutar en la primera categoría del fútbol nacional se desvanecía con cruel sutileza. Apodado "el holandés errante", el jugador, a pesar de estar un año en Vallejo, dejó huella en el Levante U.D.

La llegada del jugador holandés cambió el devenir del club valenciano / Fuente: Levante Web Oficial 

Un sueño empañado 

Tras coquetear con el ascenso a la máxima categoría del fútbol español, los años 60 llamaron alegre a la puerta de un Levante que estaba más por lograr una estabilización económica que otras cosas. En medio de la tormenta, llegaría la calma. Las calles del Cabañal festejaron un ascenso a Primera División que parecía no llegar nunca. El Vallejo recogió los frutos sembrados por los "granotas" en La Coruña y el Deportivo poco pudo hacer en Valencia para intentar detener algo que era ya inevitable: el Levante Unión Deportiva era equipo de Primera.

Los valencianos debutaron en el año 1963, el 15 de septiembre en Barcelona ante el RCD Espanyol. Como si de ficción se tratase, el encuentro brindó ocho goles a los aficionados allí presentes, un empate a cuatro tantos y a Valencia, el Levante se daba a conocer en un lugar inhóspito para 'el club de los Poblados Marítimos'. La Primera División ya era una realidad, pero los sueños pueden resultar efímeros y este no fue menos.

Serafín, Domínguez, Calpe y Wanderley eran algunas de las figuras del equipo que participó por primera vez en Primera División en el 1963 / Fuente: Levante Web Oficial
Serafín, Domínguez, Calpe y Wanderley están considerados como algunos de los mejores jugadores del equipo que participó de forma seguida en Primera División las temporadas 1963/64 y 1964/65 / Fuente: Levante Web Oficial

En un abrir y cerrar de ojos, tras una campaña finiquitada con un meritoso décimo puesto, la escuadra azulgrana entró en una crisis deportivo-económica de la que tardaría en despertar y descendió a Segunda División. Ya en la categoría de plata, ante una crisis económica acrecentada, con el paso de los meses, el Levante se vio obligado a vender a sus mejores jugadores; entre otros, Serafín se fue al Barcelona donde ganó una Copa de Ferias y Calpe aterrizó en el Real Madrid, lugar donde consiguió una Copa de Europa y varios campeonatos de Liga. El escenario no era el mejor, y la suerte no acompañaba, pues como si de una tragicomedia se tratase, el Levante que empezó la década en lo más alto del balompié de nuestro país, se vio obligado a descender de categoría por una decisión de la Federación de recortar los grupos que competían en Segunda.

En Valencia vivieron pues como sus mejores sueños se rompían en añicos con el paso del tiempo y de estar compitiendo en Primera en el 1963, en las calles del Cabañal vieron cómo su equipo volvía a la Tercera División cuatro años más tarde. Aunque la oscuridad parecía cernirse sobre una de las partes futboleras de la ciudad de Valencia, la afición "granota" pudo vivir momentos icónicos que jamás olvidarán, el primero y más importante de todos; el debut en Primera División.

Referencia ofensiva del Levante de principios de los 60, Serafín abandonó el club con 36 goles en su haber tras tres temporadas en Segunda y dos años en Primera / Fuente: Levante Web Oficial
Referencia ofensiva del Levante de principios de los 60, Serafín abandonó el club con 36 goles en su haber tras tres temporadas en Segunda y dos años en Primera / Fuente: Levante Web Oficial

El Levante bajaría a Segunda en la temporada 1964/65 pero los aficionados se llevaron un recuerdo inolvidable de aquel año. "Esta tarde, en Vallejo, se ha dado uno de esos resultados escandalosos, de los que contribuyen a afirmar el poderoso prestigio del deporte que dieron a conocer los ingleses. Ha sido un cinco a uno claro, rotundo, tan claro como el cielo azul que lo presidió y tan rotundo como se esperaba, pero al revés, o sea, que una vez más el fútbol dio uno de esos tanteos que dan pábulo al comentario, no ya tan solo en las esferas donde se habla de fútbol, sino en aquellas otras donde el deporte no es un tema favorito”, así relató el diario 'El Mundo Deportivo' una gesta extraordinaria que cabe mencionar y subrayar con letras doradas en la historia del Levante U.D. Contra pronóstico, los "granotas" humillaron a todo un Barcelona con un contundente 5 a 1. Los goles de Torrens y de Wanderley y Serafín por partida doble sellaron una tarde de leyenda en el Vallejo.

Ernesto Domínguez; el primer y único "granota" en ser internacional con España

Ernesto Domínguez, 'historia' del Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial
Ernesto Domínguez, 'historia' del Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial

No se trata de ninguna epopeya, un jugador del Levante U.D. ha vestido la camiseta de la Selección Española y tiene nombre y apellidos; hablamos de Ernesto Domínguez. En su estancia en el Espanyol, el atacante logró once goles con la camiseta blanquiazul y debutó con la Selección Española B. El descenso del equipo catalán lo condujo hacia la ciudad de Valencia para jugar con el Levante, lugar donde pudo volver a jugar en Primera División y adónde firmaría un ataque verdaderamente prolífico junto a Wanderley y Serafín.

Tras lograr anotar diez tantos en su año de debut como "granota" y certificar el ascenso a Primera División, el nivel mostrado por el atacante y el equipo en general, puesto que los valencianos lograron un meritorio décimo puesto en su debut en la máxima categoría del fútbol español, hizo que el delantero, nacido en Tarragona, recibiera la llamada de la selección Española. 

Fue un frío 1 de diciembre de 1963, en un amistoso tras lograr el pase a cuartos de una Eurocopa que terminaría ganando España. Domínguez tuvo la oportunidad de mostrar su valía en un partido ante Bélgica, en el que España terminó perdiendo por 1-2 en el Estadio de Mestalla. Puesto que nadie lo ha vuelto a conseguir, todo lo que no sea "histórico" o "leyenda" es un descalificativo para un hito que podemos y debemos subrayar con letras doradas en la historia del Levante Unión Deportiva. Apodado 'el Galgo de Vallejo', Domínguez alcanzó  la cima como jugador levantinista tras ceñirse la elástica de la Selección Española.

Telegrama enviado por parte de la Federación Española de Fútbol al Levante Unión Deportiva en relación con Ernesto Domínguez / Fuente: Levante Web Oficial
Telegrama enviado por parte de la Federación Española de Fútbol al Levante Unión Deportiva en relación con Ernesto Domínguez / Fuente: Levante Web Oficial

Las crisis nunca vienen solas

El final de la década de los '60 quedó marcada por la venta de un emblema institucional del club valenciano: 'El Estadio de Vallejo'. La directiva, comandada por Antonio Román, se vio envuelta en unos graves problemas económicos que hacían que el futuro del Levante dependiera de un hilo muy fino. Con el agua al cuello, se tuvo que vender 'el Vallejo' para hacer frente a la deuda que inundaba a la entidad del 'Cabañal'. Con el campo demolido, Antonio Román dio un paso más en vistas a unos objetivos más amplios y se compraron unos terrenos en el barrio de Orriols, donde se construyó un estadio, el actual Ciutat de València, que fue inaugurado en el año 1969 bajo su nombre.

La instalación de la cubierta de la tribuna supuso la segunda y definitiva fase de la construcción del 'Estadio Ciutat de València' / Fuente: Levante Web Oficial
La instalación de la cubierta de la tribuna supuso la segunda y definitiva fase de la construcción del 'Estadio Ciutat de València' / Fuente: Levante Web Oficial

La historia deja anécdotas para la posteridad y la de esos años no debería caer en el olvido. Sin lugar donde competir, durante el tiempo que se construía el nuevo estadio, el Levante U.D. jugó sus partidos en Mestalla. Pero el momento no estaba para bromas y con la consecución del Ciutat de València, la situación económica era más delicada de lo que se esperaba.

Con la cabeza en otros sitios, el balance deportivo no era especialmente bueno. En la 1972/73, el Levante, que estaba en Tercera División, ascendió a Segunda por la puerta grande pero ese mismo año perdería de nuevo la categoría. Tras varios años en la categoría de bronce y ascensos fallidos, el club no escatimó en gastos y se endeudó a costa de conseguir su objetivo en la 1978/79. Sí, el Levante ascendió a Segunda División pero el coste pudo haber sido mucho mayor. Con la entrada de los años '80 y el fichaje de Johan Cruyff la vida del equipo valenciano corrió grave peligro e incluso podemos catalogar que en varias ocasiones salió de un coma que por momentos parecía definitivo.

Documento que certifica la estancia de Johan Cruyff en el Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Deportiva
Documento que certifica la estancia de Johan Cruyff en el Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Deportiva

Aunque el resultado no fue ni mucho menos el esperado, que Johan Cruyff jugase en el Levante es un hecho que cabe mencionar y destacar y por lo que trascendía a nivel mundial la figura de su persona, hablamos de un hito que ha pasado a los anales de la historia del club levantinista. No obstante, no todo lo que reluce es oro y el fichaje del internacional holandés trajo más problemas que soluciones. En cuanto a su debut, data del 1 de Marzo de 1981 y corresponde a un partido de la Segunda División que enfrentó al Levante y al Palencia en el Estadio Ciutat de València.

La contratación de Cruyff por el equipo valenciano asombró al mundo futbolístico y trajo consigo un importante revuelo mediático que apuntaría sus focos hacia Orriols. El Levante ganó por la mínima al Palencia con un gol de Pousada y Johan saltó al césped con el número nueve a la espalda. Además de disputar la totalidad del encuentro, las gradas del Ciutat de València se engalanaron para recibir al jugador percutiendo en las taquillas; donde dicen que se consiguieron alrededor de cinco millones de pesetas, una fortuna en la época y una quimera teniendo en cuenta la categoría que disputaba el Levante.

Johan Cruyff saltando al césped del Ciutat de Valencia. Un hito que cabe remarcar en la historia del Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial
Johan Cruyff saltando al césped del Ciutat de Valencia. Un hito que cabe remarcar en la historia del Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial

La cronología a posteriori de la estancia de Cruyff en Orriols relata una historia verdaderamente trágica. La situación económica, que ya era verdaderamente deficiente antes de la llegada del jugador holandés, se acrecentó cuando este abandonó el club al término de su contrato. En la 1981/1982 la directiva no pudo hacer frente a los salarios de los jugadores y terminó por dimitir al fin de la campaña. Ya en Segunda B, el margen económico era tan inestable que los "granotas" se vieron obligados a descender a la Tercera División. Durante los siguientes años se llevó a cabo un intento de saneamiento, pero los resultados deportivos no acompañaron a un Levante que se ganó a pulso el apodo de "equipo ascensor". Vagabundeando por la Segunda División B y por la Tercera en unos años donde la falta de medios económicos era visible a cualquier nivel, el Levante se transformó en sociedad anónima deportiva el 13 de mayo de 1994.

En la oscuridad siempre hay un halo de luz

En una época verdaderamente negra a nivel económico y algo deficiente en la parcela deportiva, los aficionados levantinistas pueden guardan con gratitud en su memoria el recuerdo de algunos jugadores que dejaron huella en su paso por el Levante. Por la situación, tras alcanzar deportivamente la cima como equipo en el 63 y caer a los más hondo en los siguientes años, el primero que cabe destacar por delante de todos es el nombre de Carlos Humberto Caszely.

Caszely recibió un homenaje de la grada del Ciutat de València en su visita a la entidad de Orriols en 2014 / Fuente: Levante Web Oficial
Caszely recibió un homenaje de la grada del Ciutat de València en su visita a la entidad de Orriols en 2014 / Fuente: Levante Web Oficial

El internacional chileno, que más tarde disputó los Mundiales de los años 1974 y 1982, aterrizó a Valencia procedente del Colo-Colo, equipo que transfirió los derechos del jugador al Levante U.D. el 18 de agosto de 1973. Leyenda del fútbol sudamericano, urgía una desembarco al otro del Atlántico y en Valencia acogieron con los brazos abiertos a Caszely, gratitud que fue devuelta en materia de decenas de goles dejando sellado el nombre de Carlos Humberto Caszely en los libros de historia del club levantinista. Con su tan característico estilo de juego, el jugador capitalizo el ataque "granota" y en las dos temporadas que vistió la camiseta azulgrana; 1973/74, 1974/75,  logró anotar 41 goles. 

El desastre económico durante las décadas de los '70 y '80, repercutió indirectamente en la parcela deportiva y Caszely puso rumbo al R.C.D. Espanyol para jugar en Primera División. Aunque el club compitiera de manera intermitente por los más bajos fondos del fútbol español, la afición "granota" disfrutó de varios jugadores que por lo que significaron en su momento dejaron una huella imborrable en la memoria del colectivo. Tras el delantero chileno, el siguiente que cabe destacar sobre manera es Vicente Latorre. El mediocentro jugó una larga pero fructífera década a nivel goleador con los colores del primer equipo del Levante Unión Deportiva. Además, el valenciano coincidió con otros jugadores que a su manera también fueron importantes como Johan Cruyff, por lo que trascendía su figura, o Cicero Ramalho, delantero que logró anotar 28 goles en tres temporadas como levantinista.

Habitualmente jugando de mediocentro, o como él mismo se declara, "interior", Latorre destaca en una entrevista al club que normalmente llegaba a la portería rival desde "una segunda línea". Empezó como amateur y en las categorías inferiores del equipo "granota" para posteriormente dar el salto al primer equipo en el año 1979. Declara haber afrontado situaciones "muy duras" en la época de Cruyff en cuanto a materia de impagos por parte de la directiva y reconoce que en los peores momentos el equipo formó una auténtica "familia". Vivió varios ascensos, tanto a Segunda A como Segunda B, y pasó por los más bajos fondos del fútbol nacional debido a una nefasta gestión económica que casi acaba con la vida del Levante. Acabó su carrera en el Villarreal, pero teniendo en cuenta su posición, cabe destacar una faceta claramente inusual para un jugador como lo fue el medio valenciano; la capacidad goleadora. En sus diez años con la camiseta del primer equipo, Vicente Latorre anotó 51 goles para el Levante U.D. un hecho que por lo que esconde el significado de jugar en los años más negros de los "granotas" y su posición en el campo, debe y ha pasado a la historia del club como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Construyendo un ascenso a Primera División

Tras constituirse en sociedad anónima deportiva en el 1994, el Levante fue fraguando un ascenso que finalmente logró en la temporada 2003/04, pero eso es adelantarse a los hechos y urge explicar el cómo y el porqué de los últimos pasos de un camino muy largo por el barro. Fue una época difícil en lo deportivo para el equipo valenciano, muchas temporadas en Segunda División B intercaladas con algún ascenso que iba cogido de la mano de una nueva pérdida de categoría, pero en esos años aparecieron jugadores que a posterior se convertirían en piezas clave en la reconversión del Levante que conocemos hoy en día. Los Juanfran, Ballesteros, que daban sus primeros pasos en los 90 dieron paso a la formación de un equipo que cuarenta años más tarde volvería a Primera.

Para emprender el ascenso a Segunda División, la secretaría técnica lo tenía claro, era de vital importancia fichar un delantero centro. Hay que situarse en noviembre de 1998, el goleador estaba más cerca de lo que se pensaba y ahí entró en acción Paco Salillas. La hoja de servicios del atacante aragonés era de sobra conocida; su paso en Primera por el Zaragoza y el Celta lo llevaron a jugar de vuelta en la categoría de plata, donde logró anotar 45 goles en cuatro prolíficas temporadas repartidas a medias entre el Lleida y el Villarreal y un ascenso a Primera bajo su bolsillo. El Levante se fijó en él y tras una reunión con el equipo castellonense, Francisco Javier García Ruíz, más conocido como Paco Salillas, recibió la carta de libertad por parte del Villarreal, finiquitando así un historial ciertamente reseñable con 'el submarino amarillo'. 

Paco Salillas, un delantero peculiar / Fuente: Levante Web Oficial
Paco Salillas, un delantero peculiar / Fuente: Levante Web Oficial

Frío como un témpano y con una facilidad pasmosa para ver puerta, Salillas además de ser 'sinónimo de gol', tenía eso que tanto gusta a una afición y que contagia a los compañeros, carácter, en definitiva, amor por la camiseta, vehemente en la defensa de los colores. Paco Salillas con sus 47 goles en tres temporadas, un ascenso a Segunda y una bota de oro en dicha categoría, dejó sellado su nombre en el Levante de finales del pasado siglo y se convirtió en la primera pieza de un proyecto que daría paso a importantes jugadores en la historia del club levantinista. El final de los años 90 trajo consigo la irrupción meteórica de Félix Ettien y Vicente Rodríguez, aunque el último dio el salto al Valencia, la magnitud de su estratosférica aparición, así como un desequilibrio inusual en la faceta ofensiva, no tiene parangón en la fábrica de talentos del equipo de 'Orriols'. 

Con Vicente fuera, Ettien fue ganando peso en el equipo. Siendo un fijo prácticamente durante más de una década, sus inicios en el Levante avistaron a un potente jugador que con su garra y carácter enamoró a la afición desde un primer momento. La personalidad, la presencia en el campo del mediocentro costamarfileño, en definitiva, los mismos motivos por los que en Valencia guardan recuerdo a Paco Salillas; esa capacidad de contagiar tanto a afición como a los propios compañeros, han hecho que el nombre de Félix Ettien quede registrado con letras doradas en la historia del equipo "granota".

Félix Ettien, un jugador inolvidable para la grada del Ciutat de València / Fuente: Levante Web Oficial
Félix Ettien, un jugador inolvidable para la grada del Ciutat de València / Fuente: Levante Web Oficial

Afianzados en Segunda y con una situación económica algo más estable que años atrás, el Levante tiró la casa por la ventana y fichó a Predrag Mijatovic. Los efectos de su fichaje fueron parecidos a los de Johan Cruyff. El foco mediático viró hacia Orriols pero en la parcela deportiva el jugador de talla mundial, ex del Valencia y del Madrid entre otros, dejó algo que desear.

El Levante construyó un equipo para ascender esa misma temporada, pero las aspiraciones eran tan altas que la respuesta al fichaje del jugador montenegrino trajo efectos no deseados y los "granotas" que llegaron a tocar la misma cima con la yema de los dedos, se quedaron remando a la deriva y Predrag marchó al término de esa campaña. Dicen que en los malos momentos siempre hay que buscar los aspectos positivos y ese fallido ascenso trajo consigo los primeros partidos de los Descarga o Jofre Mateu, piezas vitales en la consecución del objetivo que se lograría a la siguiente temporada, no obstante, ese año ocasionó también la aparición de una estrella en ciernes, 'Riverita', un jugador diferente y que brilló como si de una estrella se tratase en su etapa en Orriols.

La gesta de Chapín

Deambulando por el desierto 40 años hacen que el final de ese camino sea especial, y en la 2003/04 el Levante Unión Deportiva volvió a Primera por la puerta grande. Uno de los principales artífices, sino el que más, fue Manolo Preciado, querido en todas las instancias del club, el ex entrenador formó una 'familia' en el vestuario que con trabajo, esfuerzo y compromiso consiguió el objetivo inicialmente establecido, que en el Ciutat de València se volviera a vibrar con la Primera División. El camino fue muy largo; varias décadas de una nefasta gestión económica, un Levante cuya vida institucional corría serio peligro operado a corazón abierto en numerosas ocasiones, un equipo que en la parcela deportiva sufría descalabros continuamente... Pero la espera unió a afición y jugadores y de manera coral lograron un hito, 'la gesta de Chapín', un momento diferente y único catalogable de especial para algunos y de leyenda para muchos otros, que derivó en definitiva en una temporada, un día, un partido, que cambió por completo el devenir del Levante.

Entre los héroes del ascenso de Chapín hay que destacar la figura de Alberto Rivera, más conocido como 'Riverita'. Toda una vida en el Real Madrid, tras su paso por el Marseille recaló en el Ciutat de València. La premisa fue clara, lograr el ascenso, el equipo valenciano fallaría una vez pero la segunda recogió los frutos cosechados durante años. Rivera puso la magia que todo equipo que aspira a algo necesita, y el Levante con él viajó a sensaciones que no experimentaba desde 1965 cuando los Calpe, Wanderley y compañía daban los últimos coletazos con la camiseta azulgrana en Primera División. Jugador único donde los haya, el mediocentro anotó 16 goles en sus tres temporadas como levantinista, pero fue su año en Primera lo que le hizo crecer a unos parámetros totalmente nuevos para el jugador de Puertollano. El Levante bajó a Segunda y 'Riverita' dio un paso más en su carrera. Jugador importante en el Real Betis que disputó la Champions League, jugó ocho temporadas más en Primera antes de colgar las botas. Su nombre quedará sellado en la historia del Levante Unión Deportiva como uno de los mejores mediocentros que ha pasado por Orriols en el Siglo XXI.

'Riverita', un jugador que marcó diferencias con el Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial
'Riverita' marcó diferencias con la camiseta del Levante Unión Deportiva / Fuente: Levante Web Oficial

Reconduciendo el foco informativo hacia el equipo, en el Ciutat de València vieron una vez más como los sueños por mucho que se deseen pueden resultar efímeros y este al igual que el del año 1963 fue más breve de lo que las expectativas habían creado. El inicio de los "granotas" resultó de ensueño, en Valencia soñaban con ver a su equipo en la Europa League, pero la realidad chocó de frente con los de Bernhard Schuster, y una segunda vuelta algo más que desastrosa enterró el proyecto de un Levante que besó la lona muy pronto. 

Tercer ascenso y crisis deportivo-económica 

Los valencianos no dieron nada por perdido y recuperaron inmediatamente la condición de club de Primera División la temporada en que descendieron a la categoría de plata. Dirigidos por Mané, el Levante sufrió hasta la última jornada por recuperar su puesto en Primera y la victoria ante el Lleida en 2006, certificó un ascenso que peligraba con el Ciudad de Murcia pisando los talones. Riga se convirtió en esos años en la principal referencia ofensiva "granota" y a sabiendas de los errores del pasado, la secretaría técnica dotó al equipo de un estatus acorde de la categoría que iban a disputar.

Molina fue la primera incorporación para dar paso a un intento de proyecto que mantuviera la categoría. La defensa fue dotada de nuevos mimbres y Álvaro formó una dura pareja con Alexis que sería acompañada por Descarga y Rubiales desde los laterales, la idea parecía clara, no hay mejor ataque que una buena defensa, y que mejor defensa que varios jugadores con años de experiencia en el fútbol profesional y curtidos tras el manto de bajas categorías. Podemos hacer un paralelismo con una defensa que veríamos años adelante y que traería consigo los sueños más húmedos de todo aficionado "granota" pero lo importante es remarcar la idea de fondo; jugadores hechos en categorías inferiores y que peleaban cualquier balón que pasaba cerca suyo como si fuera el último, ardorosos en la defensa de la camiseta que llevaban y del escudo que portaban. Pero eso son otros tiempos y tenemos que seguir con una línea cronológica que llevó al Levante de nuevo a subir a Primera y mantenerse un año en la categoría.

Mustapha Riga dejó huella en el Levante tras anotar 28 goles / Fuente: Levante Web Oficial
Mustapha Riga dejó huella en el Levante tras anotar 28 goles en tiempos convulsos / Fuente: Levante Web Oficial

Ettien seguía como dueño y figura del equipo, con un despliegue tremendo en todo el campo y con un carácter que hizo partícipe a la afición de los éxitos que consiguió el equipo en el terreno de juego. La Primera División era una realidad, pero hay otras ideas de fondo que subrayan el éxito de que los "granotas" mantuvieran un año su puesto. Sí, el Levante era una familia, y ese sentimiento se traslada indirectamente a los partidos. Bajo una defensa férrea y un omnipresente Félix Ettien, los valencianos se salvaron con los goles que pusieron Riga, Kapo o Salva Ballesta y la aportación en la fase de tres cuartos de cancha del italiano Tommasi. Pero de nuevo la fantasía se convirtió en fugaz y el Levante descendió a Segunda en una temporada catastrófica.

Con Molina retirado, Storari fue un problema que se acrecentó con dos sucesos que sumados a una terrible crisis financiera 'mataron' deportivamente al club. Con Ettien en fuera de juego y Alexis con la camiseta del Valladolid, el Levante se vio superado en todas las facetas y el equipo batió varios récords negativos con hasta tres entrenadores en el banquillo en la temporada 2007/08. Lo esencial, remarcar que los de Orriols tan solo consiguieron un punto de los 30 posibles en los diez primeros partidos de Liga. Desastroso cuanto menos, el Levante ya no volvió a despertar en toda la temporada y acabó último en la clasificación con 26 puntos, a diecisiete de la salvación y con unas sonrojantes 26 derrotas en su casillero. El descenso trajo consigo graves problemas económicos que hicieron pensar de nuevo en lo peor.

La acumulación de deudas derivó en amenazas de no jugar por parte de los jugadores que repercutió de manera indirecta en la memoria de un colectivo al que se le hacía imposible no hacer un paralelismo con los años '80; un tiempo en el que la vida del Levante corrió serio peligro, la muerte marchó entonces sin encontrar fortuna alguna pero volvió a Valencia para terminar su trabajo. Para buenaventura de los aficionados "granotas", la crisis económica no pudo acabar con el club de Orriols pero el momento tildado de delicado cuanto menos, agravó la parcela deportiva. Con la posibilidad de descender administrativamente a Segunda B por impagos, la directiva consiguió dos moratorias relacionadas con los salarios de los jugadores, pero como dice el dicho, pan para hoy y hambre para mañana. La gestión de Pedro Villarroel desembocó en un importante déficit, de más de 80 millones de euros, que condujo a un concurso de acreedores. El Levante Unión Deportiva estaba en riesgo y expuesto, la vida del equipo del Ciutat de València dependía de un hilo muy fino pero la suerte iba a cambiar, para bien, y ninguno de los presentes en ese momento se podía haber imaginado lo que la vida traería al Levante. 

Un Centenario con un sueño fijado; cambiar el rumbo

El Levante no estaba bien económicamente y eso era visible a cualquier escala. Hay momentos en los que una crisis financiera puede poner un manto que obstaculice a lo puramente deportivo, pero la realidad es que en Orriols volvieron de entre los muertos y sin complejo alguno el equipo comenzó a virar hacia cotas más altas. Sin las turbias manos del que manejaba el cotarro, que dejó tiritando a los "granotas", Manolo Salvador entregó desde la secretaría técnica toda la confianza deportiva a Luis García. Los ojos no mienten y lo que se podía percibir era más claro que el agua; el Levante contaba con uno de los presupuestos más bajos de la Segunda División y a contrarreloj formó un equipo que ni el más soñador podía atreverse a imaginar lo que traería consigo. Salvados de forma holgada y percibiendo el final de la temporada 2008/09 como los cimientos de lo que estaba por llegar, ese año, equipo y afición comenzaron a construir algo verdaderamente único; una unión que sólo podía traer éxitos. La gente se identificaba con lo que los jugadores hacían en el terreno de juego y más allá de cualquier adjetivo que pueda calificar a aquel grupo, surgía una idea principal que comenzó a vibrar meses antes de un Centenario que cambiaría por completo el devenir del club; el 'orgull granota'.

El verano del 2009 traería consigo un final de temporada que vio como se consagraban algunas de las figuras más importantes de aquel Levante que con la actitud y la convicción que derrochaba sobre el césped creó un sentido de pertenencia, ya no era un equipo, era una familia, una con la que quieres hacer realidad los sueños más utópicos de infancia. La aparición de Iborra, la vuelta de Ballesteros como eje principal del entramado defensivo, la labor en ataque de un Rubén Suárez que enamoró a la grada del Ciutat de València con su tan particular golpeo desde el libre directo... Como si de un guión de Hollywood se tratase, el Levante celebró el 9 de septiembre de ese año un Centenario que cambiaría su futuro. Ya no importaba la ley concursal o la caótica situación económica que vivían en el Ciutat de València, los "granotas" quebraron toda lógica establecida y volvieron a la Primera División.

En esa temporada, la 2009/10, pudimos descubrir a Juanlu, un extremo único, que brilló sobremanera pegado a la línea de cal y que anotó una decena de goles, claves para lograr el ansiado objetivo, tan importante fue él como también lo sería Rubén Suárez, los goles de los dos jugadores auparon al Levante a un Olimpo del que se había caído en numerosas ocasiones. Los inicios de aquel año no fueron nada buenos, los de Luis García empezaron titubeantes las primeras jornadas de aquella Segunda División comandada de principio a fin por una Real Sociedad muy superior al resto y que con Xabi Prieto al mando del timón devolvió a los donostiarras a la máxima categoría del fútbol español con ayuda de un Antoine Griezmann que ya perforaba con suma facilidad porterías rivales a los dieciocho años. La realidad pudo dictar sentencia y el Levante tuvo un final de año horrible cuanto menos y que estuvo a punto de acabar con sus aspiraciones.

Parecía de película pero la ficción deportiva de aquellos primeros meses del 2010 presentó una candidatura propia a los Oscar. Una nominación personificada en el titánico esfuerzo que mostraron los jugadores levantinistas a lo largo de la segunda vuelta y que dejó tardes para el recuerdo en la memoria de los aficionados como ese 3 a 5 en el Cartagonova. Robusté marcó el camino a seguir en ese final de temporada con sus dos goles ante el Cartagena pero lo mejor estaba por llegar. Los valencianos ya habían sorprendido hasta el más escéptico en una temporada digna de ser plausible pero las medias tintas no gustan al gran público y el 13 de junio de 2010 los "granotas" sellaron un trabajo con muchos meses de esfuerzo detrás, años diríamos. El 13 de junio de 2010 esperaba comedido para pasar a la historia del club y el Levante no falló en una cita que pasaría a los anales del levantinismo.

Con el Ciutat de València engalanado como en sus mejores citas, equipo y afición actuaron al unísono y los "granotas" pasaron por encima de un Castellón que ya había descendido a la Segunda División B. Juanlu, Xisco y Javi Guerra incendiaron el júbilo de unas gradas que ya esperaban con ahínco la vuelta de su equipo a la Primera División. El Levante era un equipo centenario y de Primera. Tras años de penurias y de tocar el cielo y la tierra en incontables ocasiones, la vida, tan caprichosa a veces, regaló un nuevo halo de felicidad y esperanza a la institución valenciana. Esta vez y bajo el mando de Quico Catalán, el Levante Unión Deportiva no desaprovechó la oportunidad que se le presentó delante y embarcó en un sueño de una noche de verano del que todavía no quiere despertar. 

Un Levante 'familiar', y un ascenso en el Centenario / Fuente: Levante Web Oficial
Un Levante 'familiar', y un ascenso en el Centenario / Fuente: Levante Web Oficial

'El Eurolevante'; ya nada iba a ser igual

Tras celebrarse el 'Trofeu del Centenari', donde el Levante cayó por penaltis ante la AS Roma, el equipo de Luis García tuvo un inicio desolador, dos victorias en once jornadas hicieron que se le adjudicase un rol de descendido a los de Orriols, equivocado cuanto menos, los "granotas" se armaron de amor propio y dieron la vuelta a una situación que hacía presagiar de nuevo los peores recuerdos. La oscuridad parecía cernirse sobre el Ciutat de València pero todo cambió con el principio de la segunda vuelta. Los resultados convirtieron al Levante en el tercer mejor equipo de la Liga en esa segunda parrilla de diecinueve partidos, de los cuáles tan sólo perdió cinco, y además recibió el premio a la mejor afición de España al término de la temporada.

Esa 2010/11 trajo consigo la conformación de un equipo especial. Caicedo puso su granito de arena en el comienzo de construir algo singular, diferente hasta entonces, con unas piezas que resultaron vitales. El Levante creyó en sus posibilidades y realizó una segunda vuelta de escándalo sí, pero la realidad no debe esconder lo que había detrás de ese grupo. A base de humildad, esfuerzo y valentía, el levantinismo ganaba adeptos con el paso de las jornadas y bajo la estela de Quico Catalán, en Orriols se coció algo importante. Ya salvados, es de extrema importancia resaltar una premisa que había tras ese vestuario, nadie era mejor que el que tenía a su lado, todos remaban a una y esa fue una de las principales razones por las que el Levante consiguió sus mejores deseos. Dicen que si sueñas mucho con algo, finalmente se hará realidad, y la verdad es que ese equipo hizo posible cualquier fantasía de los aficionados.

A la memoria de todo levantinista de corazón se le viene a la cabeza varios puntos claves de aquella sufrida salvación. Munúa en portería clavó un cerrojo necesario para confiar en algo más y sumado a una dura defensa formada por Javi Venta, Juanfran, Ballesteros y Nano era imposible no creer. Con Iborra de todocampista, Juanlu y Rubén Suárez pusieron la magia que cualquier equipo necesita. Con el gol al servicio de Caicedo y Stuani, el Levante se había subido al tren de la Primera División, un lugar del que no quería bajarse y en el que sería conducido a dimensiones desconocidas. La pelota estaba en el tejado de la secretaría técnica, si el equipo debía de ir a más, dependía de lo que hiciese Manolo Salvador en el verano de 2011.

'Capitán' Ballesteros; el trabajo personificado / Fuente: Levante Web Oficial
'Capitán' Ballesteros; el trabajo personificado / Fuente: Levante Web Oficial

Aunque la salvación trajo júbilo a las gradas del Ciutat, en el final de la temporada 2010/11, ocurrió un suceso que persiguió al Levante durante mucho tiempo y mediante el cual recibió todo tipo de adjetivos malsonantes que todavía resuenan en las inmediaciones de la institución. El Levante, ya salvado, recibía al Zaragoza que se jugaba su puesto en Primera junto al Deportivo, finalmente los maños ganaron en Valencia por un gol a dos y salvaron la categoría en un partido que traería mucha tela por cortar tras de sí. Investigado por Anticorrupción por amaño, se dice que los jugadores del Levante recibieron alrededor del millón de euros por dejarse ganar. El 3 de octubre de 2014 la Fiscalía Anticorrupción se querelló contra el Real Zaragoza y futbolistas de ambos equipos, en una imputación que acabaría derrumbando la presidencia de Agapito Iglesias al mando del club aragonés. 

El desafío se antojaba complejo, los "granotas" habían logrado su mejor puntuación en una temporada en la Primera División pero querían más. Lo demostrado con un presupuesto verdaderamente paupérrimo hacía pensar que si el club se mantenía en Primera un año por lo menos, las cotas debían ser más altas al término de la campaña. LLegó entonces el verano de 2011 con dos importantes sucesos; el primero de ellos fue el vacío que dejaron Caicedo y Stuani, los sinónimos de gol de aquella estratosférica segunda vuelta de la 2010/11 se fueron del club con un rastro que parecía imposible tapar. Por otra parte, nos encontramos con el segundo de los hechos que dejó mella en ese mercado estival; la etiqueta de descenso y una segunda vuelta, tan increíble como sufrida, acabaron por agotar a un Luis García que marchó a Getafe con el fin de encontrar un poco de paz. Difícil como poco, Manolo Salvador afrontó unas circunstancias adversas y erigió el sin lugar a dudas mejor equipo en la historia del Levante Unión Deportiva.

El encargado de dirigir el timón desde el banquillo no sería otro que Juan Ignacio Martínez. 'JIM' defendía los mismos principios que tanto caracterizaron el estilo de juego de los "granotas"; tesón, esfuerzo, valentía, compromiso, en definitiva, un estilo de juego bien marcado y definido, una defensa profunda y unas contras cimentadas desde el medio campo adónde aparecía Iborra como eje principal del entramado defensivo-ofensivo y que finalmente eran ejecutadas por Arouna Koné a la perfección. Equipo y entrenador estaban condenados a entenderse y establecieron algo verdaderamente único que alzaría al Levante al mismísimo liderato de la clasificación de la Liga Española. Sí, ni el Madrid, ni el Barcelona, ni nadie, el Levante fue por unos días el mejor equipo del fútbol español. Pero para entender un hito, que cabe remarcar con letras mayúsculas en la centenaria historia de los valencianos, hay que recordar algunos de los jugadores que estuvieron detrás de él.

Hubo dos novedades en aquel año que como poco debemos tildar de epopeya; la primera en la portería. Manolo Salvador descubrió a un Keylor Navas que esperó paciente su lugar bajo la estela de Munúa y logró convertirse a posteriori en el mejor portero de la historia del Levante. Pero lo ciertamente efectivo radicó en la figura de Arouna Koné. Cualquier halago que reciba el delantero es poco para lo que trascendió su nombre en el devenir de aquel magnífico año para los "granotas". Un número; 15, estos fueron los goles que marcó en su única temporada como azulgrana, pero hay que reseñar una idea que quizás no muchos saben y es que para que el atacante costamarfileño permaneciera en Valencia no debía superar los 16 o más tantos. Teniendo en cuenta que su decimoquinto gol lo anotó en la jornada número 36 ante el Granada, hace más especial si cabe aún su no presencia en los últimos tres partidos que jugó el Levante aquella temporada puesto que los de 'JIM' se jugaban nada más y nada menos que jugar en la Europa League, el resto, como ya saben, es historia.

Cuando el Levante fue líder de Primera División / Fuente: Levante Web Oficial
Cuando el Levante fue líder de Primera División / Fuente: Levante Web Oficial

"Granotas" por Europa

El día era el indicado, 13 de mayo de 2012, el Ciutat se vistió como en sus mejores citas y el resto lo traería un destino caprichoso en ocasiones y bondadoso en otras. 'El partido más importante en la historia del club', sin más, directos pero con la sencillez y humildad que tanto han caracterizado al Levante en sus más de cien años de historia, sí, los valencianos dependían de sí mismos, y al unísono de una afición que tenía fe ciega en su equipo, juntos lograron un hito del que nos quedamos ya sin calificativos. El resultado lo dejó claro, un 3 a 0 que demostró sin paliativos la superioridad que derrochaban esos jugadores sobre el césped de un Orriols del cuál habían hecho un verdadero fortín en los últimos meses de competición. 

El Athletic Club vendió cara su piel y como en todas las grandes citas, apareció un héroe inesperado. Ghezzal, que pasó con más pena que gloria por el Levante U.D. sin querer evitarlo entró en los libros de historia del club. El argelino logró un doblete ese día, sus únicos dos goles como levantinista, pero bastaron para forjar su leyenda en la institución de Orriols. Farinós selló en los últimos minutos desde los once metros un día para el recuerdo del aficionado "granota", el 3-0 del marcador reflejó un brillo inusual aquella noche pero poco le importaba ya a unos aficionados que con el pitido final de Clos Gómez invadieron el campo para agradecer la gesta de sus héroes. Final de la temporada 2011/12, 55 puntos en la clasificación, el Levante compraba su primer, y hasta la fecha, único billete para competir en el viejo continente europeo. 

El Motherwell de Escocia resultó ser un mero trámite para los chicos de Juan Ignacio. El Levante pasó por encima de su rival en los dos partidos de la eliminatoria de la última fase previa hacia la fase de grupos de la Europa League y esperaba con interés el nombre de sus rivales. Helsingborg, Hannover 96 y Twente, la epopeya con la que fascinaban los jóvenes y mayores aficionados "granotas" ya no era un sueño, era una realidad, tanto como el aire que respiramos. El núcleo de las últimas temporadas seguía pero cabe resaltar el despunte de dos jugadores; uno desde la factoría de Buñol, y otro incorporado a golpe de talonario en el mercado estival. De Obafemi Martins no había ninguna duda, la hoja de servicios del delantero nigeriano creó esperanzas y paralelismos con los Caicedo, Koné y compañia, pero lo verdaderamente reseñable, fue la estelar aparición de Rubén García, el canterano dotó de esa dosis de aire fresco que tanto hacía falta en un grupo que llegaba a su fin.

Partido correspondiente a la fase previa de la Europa League que enfrentó al Levante con el Motherwell escocés / Fuente: Levante Web Oficial
Partido correspondiente a la fase previa de la Europa League que enfrentó al Levante con el Motherwell escocés / Fuente: Levante Web Oficial

El Levante cumplió en su primera y única aparición por Europa y logró pasar la fase de grupos para adentrarse quizás en una dimensión aún más extraña que lo que dotaba ya la fase de grupos a un primerizo; las eliminatorias. El primer rival fue el Olympiakos, el campeón de Grecia, nada más ni nada menos. Aquel grupo, que todo "granota" recuerda, fue demasiado para los griegos. Compitiendo en tres competiciones distintas, con un deficiente presupuesto en comparación a la de otros equipos, que el Levante lograse una salvación holgada, y jugase los octavos tanto de Copa del Rey como de Europa League, es un logro que hay que destacar con letras mayúsculas. Ese Levante, tras eliminar al Olympiakos con un contundente 4 a 0, sin comentarios, murió ahogado en la fría y nevada orilla de Moscú. La baja de Martins una semana antes de jugar el partido de vuelta ante el Rubin Kazan, supuso un problema del cuál no pudieron rehacerse en Valencia. Los Navas, Ballesteros, Iborra, Barkero y compañía, dieron la cara con bajas de importancia en la expedición que viajó a Rusia, y el Levante vio como se le escapaba de la mano unos históricos cuartos de final en los minutos 110' y 112'. 

Despiertos ya del sueño europeo, a los valencianos les tocaba certificar su papeleta más importante; la que les daba de comer. El equipo "granota" consiguió una rápida salvación, pero a finales de esa misma temporada ocurrió un hecho que supuso el fin del ciclo más dorado en la historia del club. Era la jornada 31', el Deportivo de la Coruña visitaba el Ciutat de València con la salvación en juego y con un Levante que ya había hecho sus deberes. El marcador de Orriols reflejó un bochornoso 0-4 que hizo pensar a más de uno que tras de sí tenía un tufo a chamusquina. No obstante, la investigación no llegó al foco mediático que captó el partido ante el Zaragoza en 2014, pero trajo consecuencias mayores. Fin de ciclo, se puede decir más alto pero no más claro. El Levante seguía un año más en Primera pero abandonarían la entidad pesos pesados de la mejor etapa del club: Munúa, Ballesteros, Iborra, Barkero y Juanlu entre otros. 

Una década en Primera intercalada con un pequeño desliz con la categoría de plata

Vuelta a la realidad y pasado ya uno de los sueños más húmedos de todo aficionado levantinista, hay que hacer especial hincapié en una situación que como poco es histórica y que quizás la Europa League desvió su atención. El Levante Unión Deportiva tan solo ha estado un año en la Segunda División en la última década; la temporada 2016/2017, un desliz intercalado entre los mejores años de la historia centenaria de la escuadra valenciana. El equipo, con el paso de los años ha ido perdiendo la esencia que hizo partícipe y sentirse identificados a los "granotas" con lo que ocurría sobre el césped, pero la realidad es mucho más grande y no decir que el fútbol ha cambiado sobremanera en estos tiempos es soltar una falacia que no podemos permitirnos hoy en día. 

El Levante ya no era ese equipo aguerrido y ardoroso en la defensa de sus colores y la camiseta que representaba sobre el terreno de juego, pero la verdad esconde un hecho mayor a nuestro alcance y es que el Levante continúa compitiendo en la élite del fútbol español. Probablemente si viajaramos al pasado y le dijeramos a los levantinistas del Vallejo o de los años '80 lo que el futuro aconteció al club, se verían incrédulos ante lo que sus oídos escuchaban, pero estamos en lo cierto si decimos que el Levante U.D. vive sus mejores momentos como institución deportiva y ese júbilo no puede ser cambiado por nada en el mundo para la afición levantinista.

El fútbol ya no es lo mismo, pero el Ciutat de València ha vivido momentos increíbles entre los que debemos destacar uno. Sí, lo volvieron a hacer, el fútbol al igual que la vida y el destino, es caprichoso, y brindó al levantinismo una heroicidad que jamás podrán olvidar. El 'invicto Barcelona' llamaba a la puerta de Orriols, cierto es que no estaba Messi, pero ese mínimo detalle no puede y no debe quitarle mérito a lo que hicieron los jugadores de Paco López. Ya lo consiguieron en la 1964/65 pero en un tiempo en el que Goliat es más grande que nunca que David, el hecho trasciende a la realidad convirtiéndose incluso en ficción. Pero para sorpresa del Barcelona, y para los allí presentes, el Levante pasó por encima de los culés. Bajo un juego defensivo, de presión y unas contras rápidas y certeras, David volvió a derrotar a Goliat. El 5-1 se mostró reluciente en el Ciutat de València, pero el tesón del Barça pudo con la triste realidad culé y los de Valverde, que ya habían besado la lona, se levantaron de un KO que pudo haber sido mayor. 5-4, sin más; Boateng con un 'hat-trick' y Bardhi por partida doble, fueron los héroes de una nueva noche para el recuerdo en Orriols. 

El 5-4 al FC Barcelona ha pasado a los anales del club levantinista como una de las citas más importantes de su historia / Fuente: Levante Web Oficial
El 5-4 al FC Barcelona ha pasado a los anales del club levantinista como una de las citas más importantes de su historia / Fuente: Levante Web Oficial

Pero si hay algo que ha cambiado a niveles inhóspitos en el Levante es la situación financiera. Bajo la batuta de Quico Catalán el club se ha mantenido en Primera División, siendo un habitual de la categoría, pero lo verdaderamente destacable, es la capacidad con la que ha esquivado los peores presagios financieros. La historia relata una verdad tan grande o más que un templo y es que el Levante nunca ha destacado por una eficiente labor económica y en numerosos años ha conseguido escapar de la muerte, que siempre acechó a la sombra del Ciutat de València. Pero el fantasma de las peores pesadillas, de la ley concursal, ya no está, se fue y hay varias razones que dieron lugar a su huida. La gestión económica de un Quico Catalán que afronta su tercera legislatura al mando del Levante U.D. merece todo tipo de halagos, pero debemos citar otro hecho que fue, a su manera, importante en el devenir de los valencianos. Ventas y más ventas. La burbuja financiera del fútbol ha explotado hasta límites insospechados, ejemplo de ello son las millonarias ventas de Keylor Navas y de Jefferson Lerma, y eso ha ayudado de forma indirecta a un equipo que mira el futuro con más esperanza que nunca. 

En estos últimos años en Primera ha surgido la explosión de un canterano, que treintañero con el paso de las temporadas, ha devuelto la ilusión a los "granotas". Ese canterano tiene nombre y apellidos y no es otro que 'El Comandante' José Luis Morales. Su explosividad en los últimos tres cuartos de cancha, su desequilibrio ante la defensa así como sus tan características galopadas, han dibujado más de una sonrisa en el colectivo levantinista. En tiempos de guerra aparecen las figuras importantes y Morales no es menos. La figura del 'Comandante' trasciende a lo contemporáneo y con él en el campo, en Orriols han vivido algunos de los mejores momentos futbolísticos del último lustro. Extremo puro, de los de antes, una especie en peligro de extinción en la actualidad que se niega a dar su brazo a torcer y continúa defendiendo con tesón y orgullo el nombre del Levante en cada Estadio que visita. La edad afecta a todos y Morales no es menos, aunque haya perdido su punta de velocidad, el jugador madrileño sigue siendo uno de los jugadores más desequilibrantes sobre el césped y uno de los que más 'OH' despierta entre los aficionados tras unos regates marca de la casa. Seis temporadas en el primer equipo dan para mucho, con más de 150 apariciones con la camiseta azulgrana y habiendo superado ya la treintena de goles en Primera, no hay ninguna duda de que 'El Comandante Morales' seguirá batiendo récords con el escudo del Levante sobre el pecho.

Un derbi es siempre especial y el de la temporada 2014/15 se decantó de lado de un Levante que con el gol de Morales superó por 2 a 1 al Valencia CF / Fuente: Levante Web Oficial
Un derbi es siempre especial y el de la temporada 2014/15 se decantó de lado de un Levante que con el gol de Morales superó por 2 a 1 al Valencia CF / Fuente: Levante Web Oficial

En un tiempo en el que tras el Levante U.D. se han popularizado las frases 'que grande es ser pequeño' o el propio 'orgull granota', en el club valenciano se ha hecho especial ahínco en ser 'más que un club' y la labor social trasciende en ciertos parámetros a lo deportivo y esta es una realidad que dedicando unas pocas palabras seríamos injustos; desde aquí mostramos un pequeño adelanto del documental 'Maneras de Vivir, que tanto Gol TV como Movistar ofrecieron semanas atrás en sus plataformas. Ya lo dice el lema; 'que grande es ser pequeño'.