Celta y Sevilla se jugaban mucho en este partido. Los locales, la esperanza de la séptima plaza que puede dar acceso a Europa si el Athletic pierde la final de Copa ante el Barça. Y los visitantes una victoria que los colocara a un punto del cuarto puesto, en mitad de la eliminatoria europea ante la Fiorentina, casi sentenciada tras el 3-0 de la ida.

Aspas y Gameiro en un planteamiento de dos delanterosEl equipo que hoy ha dirigido Juan Carlos Carcedo por la ausencia de Emery, que abandonó la concentración tras conocer el fallecimiento de su padre, salió con dos delanteros y varios suplentes con ganas de demostrar lo que valen desde el minuto uno. Entre ellos se encontraban Iago Aspas y Denis Suárez, criados en la cantera celtiña.

Pero no solo el Sevilla salía con un equipo poco visto, ya que el Celta contaba con varias bajas, lo que obligó a Berizzo a convocar a cuatro canteranos y darle la oportunidad a jugadores menos habituales.

Gameiro adelantó al Sevilla

El partido comenzó con el dominio del balón por parte de los vigueses y varios acercamientos sin peligro, ante la tranquilidad que mostraban los visitantes. Pero sin esperarlo, demostrando el nivel de los últimos tiempos y su capacidad de pegada, abrió el marcador el Sevilla con una jugada de Gameiro, que cuando juega no defrauda. Una magnífica pared entre el francés y Aspas, con Coke quitándose de enmedio porque se encontraba en fuera de juego, puso el 0-1. El gol fue dedicado a Unai Emery.

Pasado el cuarto de hora, Charles perdonó fallando un remate de cabeza delante de la portería defendida por Sergio Rico, tras un soberbio centro desde la derecha de Santi Mina, uno de los hombres clave del Celta en la recta final de la temporada y que prometía dar muchos quebraderos de cabeza a los hispalenses. A partir de ahí, llegaría un período en el que el Sevilla estuvo buscando con insistencia el segundo gol, aunque la defensa rival estuvo certera y las cosas no salieron.

El partido estuvo muy disputado desde el comienzo

Llegada la media hora de juego, fue Gameiro quien perdonó el gol, metiendo mal el pie, después de recibir otro balón de Iago Aspas, que cuajó un gran partido en su antigua casa.

En la recta final de la primera mitad, le tocó al Celta llegar con insistencia, pero no tuvo demasiado peligro en sus ocasiones, salvo momentos como el del cabezazo de Pablo Hernández, que se fue cerca del palo. Los sevillistas se estaban relajando y una de esas podía costarles un disgusto. Orellana estaba siendo la referencia gallega.

Arribas marró el 0-2 con un cabezazo al posteSin embargo, antes del descanso, el Sevilla volvió a perdonar el segundo con un cabezazo al palo de Arribas, tras centro de Denis Suárez.

Juan Carlos Carcedo dirigió al Sevilla en Balaídos

El momento del Celta

Los sevillistas salieron enchufados del vestuario y Gameiro tuvo la primera ocasión de la segunda parte, a partir de un despeje de Krychowiak y una buena acción individual de Aspas, aunque el '7' sevillista la mandó a las nubes. Pero eso solo fue al principio. El Celta lo intentaba y no bajó los brazos en ningún momento. Su peligro llegaba, sobre todo, por la zona del centro.

Santi Mina igualó la contienda desde los once metros tras engañar a Sergio RicoPasados los 10 minutos, Velasco Carballo señaló un penalti en el área sevillista por derribo de Arribas sobre Charles, transformando Santi Mina la pena máxima. Con el 1-1, el choque se abría de nuevo.

Tras esto, alternancias en una portería u otra. Pablo Hernández no acertó de falta, y Sergio Álvarez despejó un peligroso disparo de Bacca. Ambos solo podían ganar para seguir aspirando a sus objetivos, y ninguno se terminó por llevar el botín completo.

Ambos equipos dicen adiós a sus aspiraciones en Liga

Carcedo empezó a sacar la artillería pesada y, aparte del ya mencionado Bacca, confió en Aleix Vidal y Vitolo para que desequilibraran por las bandas con su velocidad. Mientras, Sergio Rico salvaba un par de ocasiones claras en un alarde de reflejos y agilidad, sobre todo con la mano que metió en la primera, sacando el tiro de Orellana. El joven guardameta sevillista va ganando confianza en sí mismo con el paso de los encuentros, lo que está beneficiando a su equipo.

Los vigueses estaban muy bien plantados y otra vez consiguieron llevar la manija, sin soltar la posesión y avasallando al Sevilla, cuya defensa tuvo que trabajar bastante y no podía permitirse fallos. El tiempo de descuento también contó con más dominio y ocasiones de los vigueses, aunque con nula efectividad.

Y finalmente concluyó el partido con un empate que podría considerarse como justo atendiendo a los méritos de cada uno, aunque no por ello contentó a uno u otro, molestos tras ver cómo se le escapan sus objetivos ambiciosos, la posible plaza de Europa League y la plaza de Liga de Campeones.