
El Celta comenzó la temporada con incertidumbre. Encarar una nueva campaña con un nuevo entrenador es siempre expectante. La marcha de Luis Enrique al Barcelona tras su buena temporada en tierras gallegas dejaba al Celta sin su capitán de barco. Además, un jugador importante de los vigueses, posiblemente el que más, puso rumbo a Barcelona: Rafinha. Con este panorama encaraba el Celta la Liga 2014/2015.
La llegada de Berizzo contentó a la parroquia celeste por su pasado como jugador del equipo. El argentino recogió la propuesta de Luis Enrique y la llevó al siguiente nivel. Una presión tras pérdida más intensa que la del asturiano y un juego más vertical y veloz hicieron que el Celta firmase su mejor arranque liguero en quince años.
Nolito y Orellana han sido dos jugadores fundamentales
Fundamental fue también la llegada de Larrivey. El argentino ha sido un hombre importante para los celestes, anotando muchos goles a principio de campaña hasta finalizar la temporada con once goles. Mención aparte merece Nolito; el 10 del Celta, siempre escorado a banda izquierda, ha dejado jugadas y regates para enmarcar este año, finalizando con trece dianas. Orellana ha sido el socio perfecto del gaditano. El internacional chileno ha desplegado verticalidad y desborde desde el flanco derecho y juego entre líneas y dinamismo en la mediapunta, dónde se ha desenvuelto en la última fase de la temporada. Cinco goles avalan su gran temporada.
