En 1998, un joven mago aterrizaba en el Calderón para vestir las rayas rojas y blancas de la camiseta del Atlético de Madrid. Con 23 años, Juan Carlos Valerón llegaba a un equipo con lustre procedente del Mallorca, solo tres temporadas después de su debut en Primera División con la UD Las Palmas.

Valerón, que ahora es sin duda uno de los centrocampistas con más clase que han pisado los campos de fútbol españoles, ya era por entonces el mismo mago que aún hoy, con 40 años, obliga a muchos a pagar una entrada para un partido. Solo para verle, como diría el propio Iniesta.

Aquel 1998, la hinchada del Atlético fue la afortunada que podía verle cada dos fines de semana en acción. Su visión de fútbol, única y casi milagrosa, sus pases con giro de tobillo imposibles, su apariencia frágil y alejada de los cánones de futbolista…cada detalle de Valerón era y sigue siendo único. El canario llegaba a un Atlético repleto de estrellas con nombres como Aguilera, Molina o Juninho, que sería la principal competencia de Valerón. A pesar de su juventud, el centrocampista sería un fijo en los planes de Arrigo Sacchi, por entonces entrenador del club.

Un final inesperado

Sin embargo, lo que podría haber sido una bonita historia de amor entre un mago y su público rojiblanco, pronto se tornó en tragedia. Arrigo Sacchi, quien había confiado en Valerón, fue destituido. La temporada siguiente el canario continuó en el equipo, y fue testigo del final de su etapa allí de la manera más amarga que podría haber imaginado: con el descenso.

Valerón formaba parte del equipo en en la temporada 1999-2000 descendió a Segunda División

Aquel equipo de estrellas, que podía optar a todo con Kiko, Hasselbaink, Bejbl y el propio ‘Flaco’, acabó en el infierno en posiblemente el capitulo más triste del Atlético de Madrid.

Con el descenso y los problemas con la justicia, el Atlético de Madrid se deshizo de muchos de los jugadores que no habían podido salvar la categoría la temporada anterior. Entre aquellos que emigraron, Valerón. Su destino, el deportivo de la Coruña, donde jugó trece temporadas, lesión grave de rodilla incluida. Ya cercano a su ocaso, en la 2012-2013, Valerón decidió que era momento de volver a casa, a Las Palmas. Y allí, la temporada pasada, consiguió un ascenso a Primera que sirvió como razón para extender su carrera deportiva un año más.

Y, con ello, volver a la máxima categoría con 40 años, donde juegan muchos de los que le admiran. Y, con ello, volver a enfrentarse al Atlético de Madrid, un equipo clave en su carrera al que, según él mismo confiesa, lleva en su corazón. El Calderón volverá el sábado a disfrutar de un mago, Don Juan Carlos Valerón.