Piru Gainza, Txetxu Rojo, Estanis Argote, Joseba Etxeberria… Han sido grandes futbolistas, ídolos de diferentes generaciones y pesadillas de las defensas rivales, pero con una misma habilidad, el regate y el centro. La posición de extremo es una de las más antiguas del futbol, un deporte que aun reinventándose cada día no ha perdido ni ha cambiado lo que siempre  ha funcionado, los jugadores de banda pegados a la línea de cal. El Athletic Club conoce especialmente bien lo que es un jugador de banda, que encare y asista a su delantero para que marque un gol. Lo conoce tan bien porque los ha tenido toda la vida, su estilo de juego se identifica puramente con ellos, rapidez, descaro, verticalidad e intensidad. 

El futbol ha cambiado mucho en muy poco tiempo, el futbol de toque, el falso nueve, jugar sin extremos, sin delanteros natos, eran opciones inimaginables hace unas décadas pero hoy estas variantes no sorprenderían ni al aficionado más tradicional. El Athletic sin embargo, nunca ha renunciado a las bandas, muchos de los jugadores emblemas del club han partido desde esa demarcación, y aunque en algunas épocas la calidad de los jugadores no fuera la deseada, San Mamés nunca perdió sus bandas. 

La situación actual del equipo y sus malos resultados, han desatado algunas críticas por parte de la afición, que se concentran sobre todo en el ataque por la falta de ocasiones de gol generadas. Los Susaeta, Sabin, Ibai, Eraso y Munían y Williams cuando regresen de sus lesiones, son los encargados de llevar el peso de las bandas del Athletic y de surtir de balones a los delanteros. Valverde no conoce otro método de ataque que no sea el juego por bandas, por eso ocurre que cuando las bandas flojean el equipo no tiene plan b. Markel Susaeta es el jugador de banda más criticado por la afición que le acusa de falta de sangre, pese a haber sido un hombre fijo en el once con todos los entrenadores que ha tenido. El eibartarra cumple este año su novena temporada en el primer equipo, habiendo marcado 47 goles y asistido en 59 ocasiones, resumiendo, el tan criticado Susaeta ha colaborado activamente en 106 goles del Athletic.

Si bien es cierto que el 14 rojiblanco estuvo muy lejos de su mejor nivel la temporada pasada, este año parece estar reencontrándose con su juego, al contrario que Ibai Gómez incapaz de recuperar el nivel que demostró tener en sus botas. 

Falta de Profundidad

En las mejores épocas del Athletic sus laterales han sido vitales para el juego del equipo. Las parejas que formaban Iraola-Susaeta y Muniain-Aurtenetxe dieron muchos recursos al Athletic de las gestas europeas, al igual que lo hicieron los Del Horno, Yeste, Etxeberria y Ezquerro en el pasado. Tal vez la plantilla actual ande escasa de laterales con recorrido que lleguen a línea de fondo y desmonten la organización de la defensa rival. La reconversión de De Marcos al lateral empezó como un recurso para partidos en los que faltase Iraola pero la falta de un lateral especifico ha obligado a que esa sea su nueva posición y que por tanto, el Athletic haya perdido a un media punta que asombró en la etapa de Bielsa.

Sabin y Williams son las nuevas apuestas del entrenador para esas demarcaciones, ambos potentes, descarados y con gol, que nunca está de más. Además el Athletic no puede dejar de mirar hacia abajo, hacia su cantera, de donde ya llegan jugadores muy prometedores e internacionales con las inferiores de la selección, como son Aitor Seguín y Jurgi Oteo. Ambos cursarán este año un master en segunda división a las órdenes de Ziganda, que ha demostrado saber llevar a la perfección a los jóvenes cachorros de Lezama y convertirles en jugadores de primera división, como son los casos de Lekue, Sabin, Aketxe, Unai López, Williams o Guillermo. 

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