El Bilbao Athletic se presentaba en El Toralín con el objetivo de poder puntuar fuera de casa por primera vez en la temporada, pero a pesar del buen juego y de clarísimas ocasiones, el filial rojiblanco volvió a cosechar una dura derrota. En el primer tiempo todo estuvo más o menos igualado y el equipo de Ziganda tuvo en las botas de Seguín la posibilidad de adelantarse en el marcador, pero el jugador rojiblanco no estuvo fino a la hora de mandar el balón dentro de la portería de los locales. En la segunda, el filial puso una marcha más y gozó de grandes ocasiones, pero parecía que la pelota no quería entrar. Tras los momentos de buen juego del Athletic, la Ponferradina se vino arriba y gracias a un gol de Yuri en el minuto 85 mantiene los tres puntos en casa. 

Primer tiempo equilibrado

El partido comenzó sin un dueño claro del balón. Había bastantes imprecisiones a la hora de enviar el balón en condiciones a los jugadores de arriba en los dos equipos, lo que hacía de momento un partido bastante soporífero. A partir del minuto 15, el Athletic, en gran parte de las botas de Unai, tomó el mando del partido. Comenzaban a llegar las oportunidades para el filial rojiblanco, la primera de ellas fue en el minuto 16, un disparo de Unai López muy flojo que atrapaba fácilmente el portero de la Ponferradina, Santamaría. La Ponferradina intentaba llevar peligro con las subidas de un inspirado Djordjevic pero que no ponían en aprietos al guardameta Remiro.

Iban pasando los minutos y el Bilbao Athletic vio una buena vía para crear peligro al equipo local. Esa vía era la de jugar rápido con Unai que se venía al centro posibilitando las entradas con peligro de los interiores y sobre todo dejando mucho espacio a las subidas de los laterales. En una de esas subidas llegaría una de las grandes oportunidades del equipo de Ziganda; Saborit ponía un gran centro que ni Seguín ni Santamaría conseguían rematar.

Ya en los minutos finales, el Bilbao Athletic se volcó en busca del gol que les adelantara, pero el gafe de los partidos fuera de casa entró en juego y gracias a un inexpicable fallo de Seguín que no acertó a disparar dentro de la portería, la Ponferradina salvó los papeles y consiguió irse 0-0 al descanso.

La mala suerte y la efectividad entraron en juego

Comenzaba el segundo tiempo como habia acabado el primero, con un buen Athletic. Ziganda pareció ver que si presionaban un poco más arriba podían causar más problemas al equipo local, y acertó. Cada vez iba llegando con más claridad y libertad a la zona de arriba el conjunto vasco, pero no conseguía el ansiado gol. Ziganda rápidamente puso en juego a Villalibre, buscando el mismo efecto que tuvo en el partido contra el Alcorcón. Tras unos momentos de tanteo, llegaría en el minuto 65 la mejor oportunidad para los de Ziganda: Seguín, tras un gran desmarque, consiguió regatear a Santamaría y con toda la portería a su favor y con tan solo el impedimento de un defensor, no consiguió rematar con claridad y el defensor consiguió salvar el más que claro 0-1.

Tras ese fallo, la Ponferradina despertó y entró en juego un viejo rockero, Pablo Infante. Salía fresco del banquillo y de sus botas llegaría el peligro del equipo local. Avisó con un buen disparo que consiguió parar Remiro, pero poco después tras una serie de amagues inició una gran jugada con la que acabaría el balón en la porteria rojiblanca tras un pase de la muerte anotado por Yuri.

Los minutos posteriores fueron una simple anécdota, ya que no se pudo jugar casi debido a los cambios y contínuas faltas. La Ponferradina consigue así que el Toralín siga siendo un fortín, mientras que el gafe de los partidos fuera de casa se mantiene para el conjunto de Ziganda.