Esta será la primera vez que el Real Club Celta de Vigo dispute un partido en esta franja horaria. Un estadio que no está acostumbrado a estos horarios, pero sí a jugar bajo las estrellas. El partido de los buenos recuerdos celestes se disputará el sábado 12 de diciembre a las 18:15 horas de la tarde, en pleno anochecer invernal.

Solo las visitas de Real Madrid y Valencia han podido verse sin focos esta temporada en Balaídos. El Celta es un club que cada día tiene más devotos, y la mejor prueba es la cantidad de partidos en abierto que ha acumulado el conjunto vigués entre la campaña pasada y el presente curso. Un equipo que enamora y por el que se pelean hasta las televisones.

Esta vez será una extraña excepción. Exceptuando los encuentros mencionados anteriormente, el Celta ha jugado todos sus partidos en horario nocturno (Levante, Rayo, Barcelona, Éibar, Getafe y Real Sociedad), o madrugando en exceso (Sevilla y Villarreal). El único precedente de un horario parecido en estos meses que van de competición, fue el encuentro en Balaídos frente a Las Palmas (3-3), que se disputó a las 18:15 horas, pero en ese caso, en domingo.

Sea como sea, un choque frente al Espanyol solo puede levantar sonrisas entre la afición viguesa. Además de dos de las despedidas más emotivas de los últimos tiempos en Vigo (el adiós de Krohn-Dehli y Borja Oubiña) para la historia queda ya aquel recorte de Iago Aspas a Colotto y el posterior gol de Natxo Insa que daba la permanencia de manera absolutamente agónica al conjunto de, por aquel entonces, Abel Resino. Un gol que cambió el rumbo de este Celta. El equipo ha pasado de verse de nuevo en el pozo de la Segunda División, a verse como uno de los equipos de moda del fútbol español en apenas tres temporadas. Lección de coraje, cantera, talento y una dirección deportiva y económica sencillamente grandiosa.