El Celta de Vigo hacía ayer pública su intención de no vender entradas para la afición visitante escudándose en determinados “motivos de seguridad”. Ante este imprevisto para la Mareona, el Sporting ha querido tomar la palabra y emitir un comunicado en el que mostraba su enfado ante este hecho.

El Consejo de Administración rojiblanco explica en unas duras líneas que las medidas adoptadas por los gallegos suponen “un veto y menosprecio a una afición tan señorial y deportiva como es la del Real Sporting, por lo que se ha instado a dicho club a que deje sin efecto de forma urgente dicha medida para que sus aficiones puedan disfrutar del espectáculo que para ambas aficiones supone ver a sus respectivos equipos sobre el terreno de juego”.

Del mismo modo se hace saber que el Real Sporting ha emitido una carta al equipo local trasmitiéndole el malestar y desacuerdo total con las mencionadas medidas de seguridad.

La versión viguesa

El Real Club Celta de Vigo no ha tardado en responder con sorpresa y “lamentando estos hechos”. Y apuntando que la normativa aplicable a la venta de las entradas a la afición visitante así lo establece, mencionando que se comunicó con antelación suficiente, “con  motivo de las obras en el Estadio de Balaídos y la reubicación de abonados, solamente se podrían facilitar el número de 200 localidades en una zona acotada, tal y como establece la normativa”, en concreto el artículo 3 y 4 del Reglamento de venta de abonos y entradas aprobado por la Asamblea General de La Liga Nacional de Fútbol, el 24 de septiembre de 2015.

El Celta también ha querido mostrar su “máximo respeto a la afición del Sporting” pero avisa de que todos aquellos aficionados que “porten camisetas, banderas o cualquier símbolo distintivo y que no vaya estrictamente a la zona designada no se le permitirá el acceso”.