No hay más que acercarse, normalmente un sábado por la tarde a eso de las 15:45 horas, a los Anexos al estadio José Zorrilla para ver un partido del Real Valladolid B, y darse cuenta de que Toni Villa es, sin lugar a dudas, el jugador diferente el filial vallisoletano. Menudo, con sus escaso metro y 65 centímetros, el murciano es un extremo izquierdo hábil con un gran uno contra uno y al que le gusta en demasía pulular por la zona de la media punta en busca de, dar el pase definitivo al delantero, o de intentar e ldisparo, otro de los fuertes de un jugador como el murciano que, sin embargo, aún no se ha estrenado como goleador esta temporada.

Fan de Ronaldo Nazario en la infancia, el bueno de Toni es un jugador que se inició en el deporte del balompié en el Club Atlético Ciudad de Lorquí (2009-2011), y decidió probar suerte en la capital del Pisuerga fichando por un Real Valladolid que debe cuidarle, mimarle y darle la oportunidad, porque tiene en él una perla que ha de pulir para que sea importante en un futuro no muy lejano en el primer equipo.

Sus inicios en el Lorquí y su fichaje por el Real Valladolid

Laureano Antonio Villa Suárez nació el 7 de enero de 1995 en Murcia. Muy pronto se interesó por el fútbol y comenzó a demostrar sus dotes, su habilidad técnica y calidad. En 2009, con tan solo 14 añitos, el extremo fichó por un equipo como el Club Atlético Ciudad de Lorquí que esconde una historia detrás en busca de revivir a un Ciudad de Murcia que fue fundado en el año 1999 pero que desapareció cuando su presidente, Enrique Pina, vendió todas las acciones del club a un empresario como Carlos Marsá que era por aquel entonces dueño del Granada 74, y que trasladó el domicilio social del club a Granada cambiando el nombre por el de Granada 74 C.F.

Toni jugó en el Club Atlético Ciudad de Lorquí antes de firmar por el filial vallisoletano 

Lorquí, Ciudad de Murcia y Granada 74 a un lado, Toni comenzó a demostrar de lo que era capaz en su tierra. Esa rapidez, ese desborde a la hora de encarar al jugador rival y movilidad en la zona de tres cuartos hicieron que el conjunto vallisoletano se fijara en él y acometiera su fichaje en la temporada 2011 con el fin de que el murciano se convirtiera en la joya de la corona de la cantera blanca y violeta.

Y vaya si lo ha conseguido. A base de esfuerzo, dedicación y derrochando calidad por los cuatro costados, el faro del filial blanquivioleta es la auténtica referencia en la actualidad del equipo y Miguel Ángel Portugal, míster del primer equipo, le sigue muy de cerca para darle la oportunidad que se merece.

Fotografías: Memorias de un bar.

Debut y asentamiento con el Real Valladolid B

Tras dos temporadas en la capital castellano y leonesa (2011-2012 y 2012-13), Toni dio el salto al filial el 23 de abril del año 2014 (temporada 2013-2014) en un encuentro ante el Racing Lermeño en el que no solo debutó él, sino otro hombre conocido para los aficionados del filial como el guardameta Dani Hernández en lo que acabaría siendo un festival de goles blanquivioleta en una brillante victoria por 5-1 ante los burgaleses.

Toni debutó con el Real Valladolid B el pasado 23 de abril de 2014

La joya pucelana saltó al césped de los Anexos en el minuto 46 del encuentro sustituyendo a Vadillo y cuajando una buena actuación pese a no marcar en la goleada de su equipo. El capitán del División de Honor por aquellas fechas, había jugado el 98% de los minutos posibles con Chuchi Macón en el banquillo, empezaba a despuntar y a mostrar de lo que era capaz antes de dar el salto definitivo al filial una temporada después.

La 2014-2015 fue la temporada de Toni con Rubén Barrera en el banquillo del filial. El murciano se convirtió, sin lugar a dudas, en la auténtica sensación de un equipo que consiguió mantenerse en la, siempre difícil División de Bronce del fútbol español, con gran suficiencia.

El extremo zurdo disputó 37 de los 38 partidos de su equipo, 3235 minutos en los que consiguió un total de tres goles, ante el Real Oviedo que sirvió para dar la victoria a su equipo, Guijuelo, Langreo , Tropezón y Somozas y volvió a demostrar, en una temporada perfecta para el Real Valladolid B, que continúa creciendo partido a partido a sus escasos 20 añitos.

Fotografía: Real Valladolid.

Una temporada difícil en lo individual y también en lo colectivo

Esta temporada, sin embargo, no está siendo la mejor para el murciano en el aspecto individual, ni tampoco en el colectivo. La marcha de Rubén de la Barrera, de nuevo rumbo a tierras salmantinas para volver al banquillo del Guijuelo, hizo daño en un vestuario que estaba, a muerte, con el míster de gallego.

Toni no ha conseguido marcar esta temporada

La llegada de otro gallego como Rubén Albés, provocó ciertos cambios en el organigrama del equipo y también a la hora de completar entrenamientos y temas varios. Sin embargo, el equipo comenzó a entender a su nuevo entrenador justo cuando el de Vigo tuvo que dar el salto al primer equipo para convertirse en la mano derecha de Miguel Ángel Portugal tras la destitución de Gaizka Garitano.

La llegada de Borja Jiménez no ha dado aún el rendimiento esperado en un equipo que se ha ido al parón navideño ubicado en la 16ª posición de la tabla, empatado a 17 puntos con el Sporting de Gijón B, que ocupa puestos de descenso a Tercera.

Toni no ha sido capaz esta temporada de estrenarse como goleador y se ha contagiado del juego gris de un equipo que debe de mejorar mucho para conseguir el objetivo de la permanencia. De que el murciano recupere su mejor versión depende, en gran parte, la suerte de un filial con calidad, pero que no da con la tecla esta temporada.

Fotografía: Real Valladolid.