De origen navarro, Bienzobas dio sus primeros pasos como futbolista en el Unión Deportiva de San Sebastián. Empezó como niño y terminó como hombre durante los 5 años que estuvo en el equipo. Lo que empezó siendo una diversión, terminó siendo una profesión. Su primera oportunidad en el primer equipo de la ciudad no tardó en llegarle. La Real Sociedad se hizo con sus servicios. Aquel chico tenía algo especial. Debutaría en 1927 en el campeonato regional, campeonato que se llevaría ese mismo año, al igual que en las ediciones de 1929 y 1933.  Su primera etapa en la Real le depararía muchos triunfos, alegrías y curiosidades. ¿Qué jugadores podían presumir de jugar en el mismo equipo que sus hermanos? Paco compartió vestuario con dos de ellos. Custodio y Cuqui.

En 1934 dijo adiós a la Real Sociedad, sus raíces le llevaron a jugar en el Osasuna de Pamplona durante seis años. No fue lo mismo, la Real Sociedad había sido el equipo que le había dado la oportunidad como profesional y olvidar aquello no era fácil (Por no hablar de la Guerra Civil que sacudió todo el panorama nacional). En 1940 Bienzobas volvió a la Real, pero las circunstancias no eran las mismas que cuando abandonó el equipo. Como si se tratase del caballero de brillante armadura que aparece en los cuentos de dragones y princesas, Bienzobas acudió al rescate de su equipo del alma cuando este había perdido la categoría. La Real logró el ascenso una temporada después de su regreso y Bienzobas decidió retirarse. Había logrado su objetivo.

El mejor desde los 11 metros

Paco Bienzobas. Fuente: Wikipedia

El fútbol siempre bendice a jugadores con una suerte de habilidades o capacidades que les permiten destacar por encima de los demás. Unos cuentan con una velocidad inusitada, otros con reflejos felinos y en el caso de Paco, una habilidad innata para lanzar los penaltis. A lo largo de su carrera lanzó 75 penas máximas. Sólo falló una vez. Y fue en el duelo regional frente al Real Unión de Irún, en el que el balón golpeó el larguero. Tanto Bienzobas como sus compañeros culparon de ese fallo al mal estado del terreno de juego, que no era ni remotamente parecido a los campos en los que juegan los futbolistas profesionales a día de hoy.

Eso sí, su habilidad no solo se limitaba a las penas máximas. Tenía un olfato goleador a la altura de los mejores delanteros de la época. Con la Real Sociedad alcanzó los 196 partidos en los que marcó 109 goles y se proclamó máximo goleador de la Liga 29/30 en la primera temporada de la Real Sociedad al alcanzar la cifra de 17 goles (eran otros tiempos). En lo que se refiere a su paso por la selección española podemos decir que salió a gol por partido (2 goles en 2 partidos).

El veneno del fútbol

Dicen que quienes juegan al fútbol durante años se vuelven adictos, es algo parecido a lo que ocurre con la radio. Una vez lo pruebas no puedes dejarlo. Bienzobas no era una excepción. Tras retirarse en 1942 decidió volver al fútbol… en calidad de árbitro. “El veneno del deporte no me deja estar al margen" comentó Bienzobas, que cogió el silbato y se convirtió en uno de los árbitros más reconocidos del fútbol español. En el fútbol hay historias tan sumamente curiosas como esta, en la que un delantero, una posición alabada por la afición,  termina ocupando una de las posiciones más odiadas en el fútbol, la de árbitro. Ver para creer.Debutaría como árbitro en Primera División en 1948 y se quedará a las puertas de alcanzar la media centena de arbitrajes. 

Su vida terminaría el 30 de abril de 1981m anexionada a la trayectoria txuriurdin. Tan solo un día antes le habían comunicado que la Real Sociedad había ganado su primera Liga. Paco Bienzobas abandonaba el mundo terrenal con una sonrisa en los labios. Había visto a la Real Sociedad ganar una Liga.