El Celta de Vigo hizo una apuesta fuerte en este joven delantero de 23 años. Con la marcha de Charles, Santi Mina y Larrivey la delantera gallega se quedaba desangelada, y en él y en Iago Aspas recaló el peso de mantener a su nuevo equipo en la zona alta de la clasificación.
Aspas era un viejo conocido de la casa y no tardó en adaptarse en los que hace poco más de año y medio habían sido sus compañeros de equipo, pero en el caso de Jhon ese proceso se hizo más largo y costoso.
Lucha y esfuerzo
La suya es una historia de sacrificio. Después de despuntar en las categorías inferiores del IF Brommapojkarna fue captado por el Manchester City. Tras varias cesiones recaló en el Feyenoord holandés, donde con 21 goles maravilló al fútbol europeo.
Por desgracia, un alimento en mal estado le provoco una infección que afectó a su aparato nervioso, en concreto a su pierna derecha, en la cual perdió toda su musculatura. Necesitó dos años de rehabilitación para volver a ser el de antes.
Explota con el Celta
Después de jugar en el Celtic de Glasgow y de conquistar el Europeo sub-21 con Suecia su contrato con el Manchester City expiró, y el club celtiña decidió unirle a sus filas.
Se preparó bien durante la pretemporada, pero no encajaba en el esquema del Toto Berizzo, y no consiguió más que un gol en 2015.
Pero 2016 ha sido todo lo opuesto, y el nórdico empezó a demostrar el porqué de su contratación. Desde el partido de Copa ante el Cádiz ha sumado 10 tantos, convirtiéndolo en el máximo goleador de la Copa del Rey.
Sobre todo destaca su participación en el partido de vuelta de cuartos de final frente al Atlético de Madrid, ya que su golazo ayudó a eliminar a uno de los grandes favoritos de la competición.
Hace dos jornadas hizo el gol del honor en la amplia derrota que sufrió su equipo ante el Barcelona (6-1), pero es que en la pasada borró al Eibar con un doblete. Llega al Coliseum una de las posibles revelaciones de la Liga, y lo hace en el peor momento para el Getafe. Un descuido puede ser fatal con este luchador nato.