El Sevilla lo intentó y peleó a su manera durante todo el encuentro, pero el Barcelona leyó rápidamente su posicionamiento táctico y con la ayuda de un gran Lionel Messi, que se echó el equipos a las espaldas, y con ello los azulgranas lograron la remontada. Cuando fueron delante del marcador frenaron el ritmo de partido para mantener el control de balón y evitar más de un susto sevillista, pero el ímpetu de los de Emery nunca decreció y eso dejó un partido precioso.

Inicio táctico perfecto

El Sevilla de Unai Emery salió al campon con un 4-4-2 en defensa, con Krohn-Dehli y Gameiro como más adelantado, y las líneas juntas para bloquear cualquier intento de entrada por el centro del Barcelona. El doble pivote entre N'Zonzi e Iborra eliminó por unos instantes la figura de Messi en ataque, obligándole a retrasar su posición y tener que iniciar la jugada desde el centro del campo.

Vitolo adelantó primero al Sevilla | Fotografía: LFP
Vitolo adelantó primero al Sevilla | Fotografía: LFP

Así mismo, el conjunto culé se vio forzado a abrir mucho su juego y sus líneas para ensanchar el campo. Los de Luis Enrique tenían la posesión, pero no el peligro. El Sevilla salía a la mínima al contraataque de la mano de Gameiro. En el minuto 7, en un córner a favor del Sevilla, Kolo casi consiguió el primero mientras que Iborra replicaría con un disparo en la media luna.

Sin embargo, los tres de arriba en el ataque culé son artillería de la pesada, y en el 12, un córner directo lanzado por Messi rebotó en el palo para que Suárez la empalara en la frontal y la enviara dura al larguero. Todo continuó igual hasta que en una de las contraofensivas de los hispalenses, Krohn-Dehli se la cedería a Trémoulinas para que el galo la centrara al segundo palo donde Vitolo la remataría de volea solo y engañando a Bravo. Se adelantaba el Sevilla que había leído mejor el partido.

Messi adivinó el truco

Tras el gol de Vitolo, poco a poco el Barcelona iría llegando con más peligro hasta convertirse un asedio al final de los 45 minutos. La clave la tuvo Messi, que entendió a la perfección el planteamiento de Emery y como explotarlo en el sentido contrario. Empezó a moverse por detrás de N'Zonzi, obligando a este a desmarcarse de su pareja de baile, Iborra, y con esto facilitar el juego por el centro el campo. No obstante, el cambio no se materializó hasta el minuto 31.

Una falta en el lado izquierdo provocada por Suárez, se encargó de botarla Messi que la colocó como los Dioses al palo de Sergio Rico, martirizado por su paso en falso hacia el otro lado. Con Messi desplazado de su posición de extremo al medio, el Barcelona presentaba otra cara y los últimos minutos fueron una tortura para los andaluces, con muchas ocasiones de los locales que bien pudieron rubricar la remontada.

Continuismo culé para llevarse el partido

La segunda mitad comenzó tal y como acabó la primera. El Barcelona salió en tromba a por la escuadra de Nervión y pronto encontraría la recompensa. En el 47' Rico atajaría un disparo de Neymar en un mano a mano, pero en la siguiente jugada, llegaría el segundo en el marcador local. Una doble pared entre Messi y Suárez acabaría con el uruguayo pasando el cuero a Piqué para que insertara el esférico en las redes de la meta sevillista.

Piqué hizo la remontada | Fotografía: LFP
Piqué hizo la remontada | Fotografía: LFP

La réplica llegaría tres minutos después, con una fenomenal pared entre Iborra y Gameiro, en la que el valenciano se la deja de espuela al francés prácticamente solo ante Bravo y con Vitolo a la derecha, pero el ariete optó por disparar y el chileno lo interceptó. En los siguientes minutos el Barcelona controlaría el balón y seguiría teniendo ocasiones de peligro pero iría descendiendo en intensidad para calmar el partido, necesario a causa de un Sevilla guerrero.

Los hispalenses apurarían sus últimas ocasiones a la contra, con Juán Muñoz en punta de ataque con Gameiro para sumar uno más arriba. También salió Konoplyanka para tener más verticalidad y desequilibrio en los últimos metros pero ya fue inútil ante la posesión del Barcelona. Las ocasiones venían muy desperdigadas y forzadas. Poco a poco, el desgaste físico hizo mella y las últimas ocasiones llegaron a balón parado pero fue imposible. El Barcelona un paso más cerca de la Liga y el Sevilla un paso más lejos de la Champions.