Cuarto y quinto clasificados se enfrentaban en Balaídos en un duelo que prometía más espectáculo del que al final se vio sobre el verde. Aunque les separan muchos puntos en la clasificación, fruto de la extraordinaria regularidad de los de Marcelino, el Celta sabía que tiene argumentos de sobra para discutir con el Villarreal. Y así fue.

La primera noticia saltó al conocerse las alineaciones. Nolito volvía a ser titular con el Celta, lo que permitía a Berizzo mostrar un once muy parecido al que maravilló a principio de temporada, excepto por la presencia de Marcelo Díaz y John Guidetti.

Dominio local

Los locales salieron con la intención de ser protagonistas, pero los primeros minutos fueron para el Villarreal, que se supo aprovechar de la falta de cohesión defensiva de su rival. Los reflejos de Sergio salvaron el primer gol, que podría haber sido obra del desacertado Bakambu. El delantero se internó entre los dos centrales pero no consiguió superar al cancerbero.

Marcelo Díaz es el nuevo timón del Celta

A partir de esa acción, el Celta empezó a adelantar filas y a dominar el encuentro. Fue vital en esa tarea el concurso de Marcelo Díaz. El mediocentro no ha podido tener una mejor adaptación a Vigo. Su visión de juego y jerarquía ya le han convertido en un fijo para Berizzo y en el nuevo timón del equipo.

Poco a poco, el Celta fue haciéndose con el dominio posicional en el campo, lo que le permitía llegar con muchos hombres a la portería de Areola. El que estuvo más cerca de batirle fue Guidetti, tras una buena combinación entre Aspas y Orellana. El chileno le cedió el balón al sueco quién, desde muy cerca, no pudo dirigir su disparo lejos del alcance del guardameta. El segundo susto para los amarillos llegó tras un córner que provocó una serie de rebotes que por poco no terminaron con el balón en la portería.

Pese al nerviosismo, el Villarreal conseguía conservar el empate, e incluso pudo hacer gol en otras dos ocasiones que Bakambu estrelló contra el portero celtiña. La primera fue un córner rematado a bocajarro. La segunda, un mano a mano en el que el francés disparó directamente contra las manos de Sergio.

El descanso llegaba y, aunque los de Marcelino pudieron marcar en tres ocasiones, la sensación era de que el Celta era mejor y que, antes o después, llegaría esa acción en la que Orellana, Aspas o Nolito decantaran el encuentro.

Aburrimiento y tablas

Nada de eso ocurrió. Ante el empuje local, el Villarreal se asentó sobre sus dos líneas de cuatro hombres que provocaban que nunca hubiera un futbolista del Celta en posición cómoda de remate. Fue Wass, con un disparo lejano, el único que consiguió probar a Areola en la segunda mitad.

En el otro lado, los castellonenses no conseguían hilvanar dos pases seguidos. Manu Trigueros fue el único nexo hacia los delanteros. Denis Suárez y Nahuel no comparecieron en ningún momento.

Jonny ha recuperado su mejor nivel

Los minutos fueron pasando en Balaídos sin que nada sucediese. Los tres artistas que tiene el Celta en la delantera hicieron, si los valoramos a los tres como uno, su peor partido de la temporada. Orellana perdió muchísimos balones, Nolito aún está lejos de su mejor nivel y Aspas no apareció prácticamente.

Así las cosas, celestes y amarillos cosecharon un empate que deja contentos a ambos. El Celta, aunque pierde una posición en la tabla, se consolida de cara al tramo final de la liga con un buen resultado ante el líder de la “otra liga” y observa dos grandísimas noticias, la vuelta de Nolito y la recuperación del mejor nivel de Jonny (el lateral hizo un partido perfecto). Por su parte, el Villarreal prologa su espectacular racha como invicto en un campo difícil y se mantiene más cerca del Real Madrid que de la Europa League.