El Lleida Esportiu abría la jornada de Semana Santa con la intención de colocarse entre los cuatro primeros y añadir presión a sus rivales directos en la lucha por la promoción. Tras dos convincentes victorias consecutivas, la afición leridana no esperaba otra cosa que no fueran tres nuevos puntos. Ganar en el Grupo 3 de Segunda B nunca es una tarea fácil, pero el Sabadell podía parecer un rival propicio para lograrlo pese a su gran entidad como club. Y es que se encuentra en tierra de nadie en la clasificación y el próximo miércoles disputa la final de la Copa Catalunya ante el Barça B, por lo que podría estar algo descentrado de la realidad liguera. Nada más lejos de la realidad.
Los pupilos de Miguel Álvarez plantearon muchas dificultades a los de Idiakez y, con una mentalidad claramente defensiva, supieron mantener su portería a cero. El Lleida no generó excesivo peligro y cuando lo hizo apareció Craviotto, natural de Lleida precisamente, para desbaratar las opciones azules. Es cierto que los vallesanos aún inquietaron menos al impasible Iván Crespo, cuyo galardón de portero menos goleado cada vez es más indiscutible, pero a buen seguro se marcharon del campo más satisfechos que un Lleida Esportiu al que le quedó en el cuerpo la sensación de oportunidad perdida.
Dominio infructuoso
El conjunto local fue el claro dominador del choque en sus primeros compases, con un alto porcentaje de la posesión y buenas combinaciones, especialmente en la banda derecha ocupada por Òscar Rubio y Julen Colinas. El Centre d'Esports Sabadell, por su parte, se dejaba ver en contragolpes esporádicos como el protagonizado por Marc Fernández a los diez minutos de juego. También lo intentó Adri a la salida de un córner, pero su flojo cabezazo no puso en problemas a Crespo.
Las ocasiones de gol escasearían durante un primer tiempo equilibrado. Una gran jugada entre Marc Martínez y Diego Suárez que terminó en córner, así como un centro de Òscar Rubio que por poco no se convierte en autogol, fueron de lo poco reseñable de unos minutos en los que el Sabadell le iba tomando el pulso al encuentro. Así, ambos equipos se retiraban a vestuarios con el 0-0 inicial tras una tarjeta amarilla al local Marc Martínez muy discutida por el público.
Craviotto evita el gol del Lleida
En la segunda parte el cuadro de Imanol Idiakez gozó de mayor profundidad y buscó el gol con más insistencia que su rival, pero nunca llegó el premio. Una falta colgada por Arnau Tobella que no encontró rematador y un cabezazo del visitante Pol Moreno en un saque de esquina dieron paso a la mejor oportunidad de la noche. La tuvo el Lleida, la tuvo Diego Suárez. Sin embargo, Craviotto se lució para impedir que el zapatazo del ariete aragonés significara el 1-0. Manu Onwu, que entró en sustitución del propio Suárez, también tuvo en sus botas el gol de la victoria a quince minutos del final. No obstante, envió el balón a las nubes.
El portero del Sabadell volvería a hacer acto de presencia en el tramo final. Y es que Carlos Rodríguez, otro de los hombres que introdujo Idiakez en la segunda mitad, topó con un gran Carlos Craviotto que realizó una doble intervención de mérito. El rechace lo cruzó demasiado Manu Onwu. Los del Segrià lo intentaron hasta el pitido final, recurriendo incluso a la táctica de Molo como delantero centro para intentar cazar algún balón colgado, pero nada sirvió para romper la telaraña de un Sabadell muy bien plantado en el campo.