Durante esta mañana de jueves, en lo que es el último día de marzo, muchos sevillistas habrán echado su mente a volar para recordar la hazaña lograda justamente hace setenta años. Están de celebración ya que, por entonces, el Sevilla FC se proclamó campeón del título de Liga tras empatar 1-1 con el FC Barcelona en Les Corts, feudo catalán por aquella época.

En lo que fue su primer y único trofeo liguero, la plantilla hispalense de Ramón Encinas llegaba con un punto de ventaja sobre los azulgrana, segundos en la clasificación y eclipsados por el buen fútbol de los nervionenses. 

El entrenador gallego alineó al siguiente once titular: Busto, Antúnez, Villalonga, Joaquín, Herrera, Eguiluz, Alconero, Campos, Juan Araujo, Juan Arza y Pepe López. Ellos fueron quienes consiguieron lo que parecía cuanto menos difícil.

Durante aquella última jornada de liga se vio un partido intenso, con tintes de épica: Araujo adelantó a los blanquirrojos en la primera fase del encuentro. Empató César en el 67'. Aún quedaban 25 minutos de sufrimiento durante los cuales, un gol de los culés, acabaría con las posibilidades sevillistas. Finalmente, los de Ramón Encinas aguantaron firmemente en defensa y consiguieron lograr el empate que les hacía campeones. 

Se trataba del tercer título en la historia del club sevillista. En algo más de una década se había alzado con dos trofeos de Copa de España (1935 y 1939) y el trabajado título liguero.

A pesar de haber conseguido ganar nueve títulos más (cuatro de UEFA Europa League, tres de Copa del Rey, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa), a día de hoy queda muy lejos la posibilidad de lograr un nuevo título liguero. El nivel que imponen FC Barcelona y Real Madrid a la Liga BBVA dificulta aún más conseguir alzarse con el trofeo de la regularidad.