El Iberostar Estadio, comúnmente conocido como Son Moix, ya no presencia el mismo fútbol de años atrás. Sus gradas no vibran como solían hacer. Un trágico descenso en la temporada 2012/2013, tras 16 años en la máxima categoría, infinidad de jugadores y cuerpos técnicos y tres años deambulando por él arduo desierto que es la Segunda División, bailando año tras año con el descenso, conforman la tónica dominante de los últimos cuatro años, en los que el único motivo de alegría y celebración ha sido el hecho de cumplir 100 años de vida.

Sin embargo, no hay duda alguna de que está siendo la mejor temporada como locales de las tres que el Mallorca lleva tras su descenso en la división de plata del fútbol español. A estas alturas, el combinado mallorquín suma ya siete victorias y tan solo tres derrotas, mientras que en las pasadas temporadas sumaban cinco derrotas. Actualmente, el equipo encadena  cinco partidos invicto en su feudo, racha que deberá mantener durante los cuatro partidos restantes en casa si quiere mantenerse un año más en la Liga Adelante.

El Mallorca esta teniendo serias dificultades al salir de su zona de confort. El equipo parece transformarse en los partidos a domicilio. Dicho déficit podría ser relegado en la mala planificación, en los pésimos números goleadores de los delanteros o en los constantes cambios de entrenador, que conllevan numerosos cambios de ideas de juego y de formaciones tácticas. Cuando juega a domicilio, el equipo esta falto de esencia. Los jugadores no parecen tenerlas todas consigo. Parecen no creer en la fuerza del grupo para sacar esta delicada situación adelante. Sin embargo, bajo el apoyo y el calor de su afición, se crecen, se apoyan y luchan cada balón. Por muy extraña que esta metamorfosis que sufre el equipo semana tras semana nos parezca, es tan solo una de la muchas preguntas sin respuesta que nos plantea el fútbol.

"El Mallorca cuenta con muy buenos cromos, pero no tiene un álbum donde pegarlos"

Durante la retransmisión del partido del pasado sábado ante el Lugo, el comentarista del encuentro y periodista de Movistar + y del diario As, Aritz Gabilondo, resumió con una frase el porqué de la actual situación del Mallorca: "El Mallorca cuenta con muy buenos cromos, pero no tiene un álbum donde pegarlos". Metáfora que no tan solo explica la realidad bermellona, sino también la importancia del grupo sobre los individuales, especialmente en competiciones tan reñidas como la Liga Adelante.

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