El Atlético de Madrid B ha conseguido hoy la séptima victoria de la temporada en un partido que dominó en casi todas sus fases pero que se complicó desperdiciando una ventaja de dos goles y en el que se mostró poco sólido en defensa. Finalmente, en el tiempo extra, Perales anotó el gol de la victoria.

Como es habitual en partidos en los que ambos equipos se juegan mucho, el partido fue desde el principio muy físico, con muchos choques, posesión muy repartida y balones en largo. Cuando el balón estaba en el césped, el Atleti utilizaba como vía de escape para llegar al área rival la banda derecha en la que estaban Solano como lateral y Arona como extremo. A ese dúo se le unía en ocasiones Robert y Zaka. Después de unos minutos en los que el Atlético se hizo con la posesión llegó el premio, y llegó por mediación de Zaka, que remató un pase raso en el segundo palo haciendo inútil la estirada de Juancho. A diferencia de otros partidos, el Atlético se había puesto por delante sin haber necesitado demasiado, dominando el encuentro pero con muy pocos disparos entre los tres palos.

En los siguientes minutos no puede decirse que el filial colchonero sufriese, pero sí lo pasó mal en jugadas puntuales, sobre todo a balón parado, en las que el Alcalá estaba demostrando su potencial de cabeza. Justo después de que Bernabé tuviese que rechazar un potente lanzamiento de falta llegaría el segundo gol de los de Óscar Fernández , y sería, precisamente, desde la banda derecha: Arona recogía el balón cerca de la línea de fondo, regateaba un rival y metía el pase de la muerte para que Zaka hiciese el segundo. Poco le iba a durar la alegría al Atlético, ya que en la siguiente jugada Saubert recortaría distancias con un potente cabezazo. Con ese resultado se llegaría al descanso.

El comienzo de la segunda parte fue el gran ejemplo de una de las características del fútbol que Simeone ha comentado numerosas veces: “en el fútbol lo tenés todo y tenés nada”. En menos de tres minutos el filial colchonero pasó de tener el 3-1 en dos ocasiones clarísimas -primero en un disparo de Arona tras regatear al portero y luego en un pase de la muerte de Robert- a encajar el empate. Saubert repetía como goleador e instalaba un sentimiento de frustración en el Cerro del Espino, que veía cómo los locales desaprovechaban una ventaja de dos goles, que incluso pudo ser más en varias ocasiones. Los rojiblancos quisieron aprovechar esta frustración para hacer el segundo, lo que provocó que el ritmo del equipo fuese algo más precipitado. Sea como fuere, el Atlético llegaba a meta rival y el 3-2 parecía estar más cerca del 2-3.

Pese a este dominio rojiblanco, pasaban los minutos y el gol no llegaba. Cuanto más cerca estaba el final más bronco se volvía el partido y menos continuidad tenía el juego. Desde el banquillo, Óscar Fernández ordenaba a sus jugadores que metiesen centros al área. Y no sería con un centro colgado, sino con un pase raso desde la izquierda que remató Perales como llegaría el gol en los minutos finales. Se desataba la locura en el Cerro, que se veía ya muy cerca de la victoria. Antes de saborearla al 100% habría un susto en la última jugada, en la que Bernabé se resbaló en un centro y un jugador del Alcalá remató al palo. Tras eso finalizó el partido y el filial se quedó con tres puntos claves para seguir en la parte alta de la clasificación.

Atlético de Madrid B - R.S.D Alcala SAD