El fútbol da muchas vueltas y más todavía el mercado de fichajes. Jugadores que no cuajan en un club, son estrellas en otros. Y en esto el Sevilla suele sacar rendimiento, Banega, Gameiro o Nasri son ejemplos recientes, pero, obviamente, también hay casos contrarios. Seguramente, el que más dolerá a los sevillistas en los últimos años, es el de Iago Aspas.
El de Moaña estuvo apenas una temporada bajo los mandos de Unai Emery, con quien no acabó de entenderse. En lo poco que jugó, sus actuaciones fueron muy positivas, pero nadie sabe todavía por qué Emery no confiaba en él. También es cierto que delante tenía a dos delanteros "top" como son Bacca y Gameiro. Después de esta temporada frustrada, Iago volvió a casa, a su Celta de Vigo.
Aspas, el encaje perfecto
Pocos delanteros le irían mejor al actual Sevilla que Iago Aspas. Vietto es asociativo pero le falta gol, a Ben Yedder le ocurre justo al contrario. En cambio, Aspas demuestra constantemente en el Celta, y también lo hizo con la selección, que su juego combinativo es muy bueno, abriendo hacia los lados, tirando paredes y apoyando a los mediocentros para buscar luego un desmarque.
A su vez, Iago, también da profundidad al equipo, su velocidad es un puñal que desgarra a muchas defensas y tiene gol, mucho gol. Goles de killer y goles de mago, goles. Su mes de octubre ha rozado la perfección, y ha sido escogido mejor jugador de la Liga, por delante del sevillista Nasri y el atlético Carrasco. Debutó con La Roja en un escenario tan imponente como Wembley y lo hizo con un golazo. A lo grande. Aspas está en forma. Sampaoli debe temerle e intentar pararle. Y suspirar junto a otros nervionenses, porque Iago Aspas sería un gran punta para este Sevilla falto de referencia ofensiva.