Pablo Machín sorprendió a la hora de dar su once titular, dejaba fuera del equipo titular a Fran Sandaza para dar entrada a Portu, es decir, sumó un mediocentro más con el objetivo de tener la posesión de balón. Por su parte, Fernando Hierro no hizo ningún cambio llamativo en su manera de jugar, y tal y como se esperaba, el Oviedo cedió el control del juego al Girona para salir rápidamente a la contra con sus hombres de ataque (Linares, Susaeta, Toché, Nando).

Sorpresa en el once

El partido empezó con mucho ritmo, y en tan solo seis minutos de juego pudimos ver un gran disparo de Borja García que salía repelido por el poste izquierdo de la meta defendida por Juan Carlos.

A los diez minutos de ese disparo llegó la réplica del Oviedo por parte de Toché, que también se cruzaría con el poste para evitar su gol tras una buena jugada desde la banda de Susaeta que dejaba solo al ariete oviedista y, tras repeler René, el balón se estrelló en el palo saliendo a córner.

Las ocasiones no se dejaban de suceder, era un partido de ida y vuelta con el Oviedo bien plantado y saliendo con mucho peligro a la contra. En el minuto 23 la volvería a tener el Girona, en esta ocasión Portu llegando en segunda línea tras un pase de escándalo de Pere Pons por encima de David Costas para plantar solo a Portu en el área, pero el propio Portu no pudo aprovechar la salida de Juan Carlos ya que su intento de vaselina se quedó en las manos del cancerbero.

En el minuto 39 Sebas Coris tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, tras una gran jugada del propio carrilero por la banda izquierda y tras una serie de rechaces que favorecieron al gerundense se quedó en un mano a mano con Juan Carlos y disparó desde el punto de penalti, ajustando el balón al palo izquierdo del meta mallorquín que adivinó el disparo y llegó a tocar con la punta de los dedos para enviar el balón a saque de esquina y así evitar lo que habría sido el primer gol del encuentro.

En el minuto 43 el Oviedo daría el primer susto al conjunto rojiblanco, con un gol anulado a Toché a la salida de un córner, en esta ocasión el linier acertó con su decisión.

El encuentro llegaba al descanso de la misma manera que empezó, con ocasiones para ambos equipos y con mucho ritmo, estaba siendo un partido muy bonito para cualquier espectador.

Diez minutos para olvidar

Daba comienzo la segunda mitad sin ningún cambio en las alineaciones, pero sí que hubo un cambio de actitud por parte de los hombres de Fernando Hierro, y nada más iniciarse la segunda mitad, a los cuarenta segundos, el Oviedo botaba un córner al área defendida por René y tras una buena peinada al primer palo, el balón le llegaba a Toché en el segundo palo para empujar el balón y poner el primer gol en el marcador con toda la segunda mitad por delante.

A pesar de ir por delante, el Oviedo no bajó el ritmo y a los ocho minutos iba a llegar el segundo varapalo para el Girona, un contraataque del Oviedo encabezado por Johannesson, el lateral diestro que se corrió todo el campo con el balón controlado, acabó con un fabuloso pase entre centrales que recibiría Toche para plantarse solo frente a René y cruzarle el balón para superar al meta gaditano.

Reacción tardía

Fue a partir de este segundo gol del delantero oviedista cuando el Girona mejoró su actitud y contrarrestó el empuje de los asturianos. Esa actitud se notó cuando en apenas diez minutos el Girona realizó cinco disparos a puerta, muchos de ellos en ocasiones claras de gol, como la que tuvo Pere Pons al plantarse ante Juan Carlos y disparar al cuerpo del meta oviedista.

En ese momento Juan Carlos subsanó de manera magistral el asedio gerundense y salvó a su equipo de un sufrimiento excesivo en los minutos finales.

Los cambios tardaron el llegar

En el minuto 72 llegaron los movimientos de Machín, el técnico soriano dio entrada en el terreno de juego a sus dos hombres más ofensivos con los que contaba, Fran Sandaza y Cristian Herrera, quizás llegaron demasiado tarde los cambios o quizás Fernando Hierro impuso muy bien su consigna, pero los movimientos del Girona no surgieron efecto. El Oviedo supo jugar muy bien los minutos finales con el crono a favor y con la situación con la que todo equipo desearía llegar a los instantes finales. Los últimos minutos fueron un constante de posesión del Oviedo y con ataques llenos de nerviosismo por parte del Girona, sin crear algún peligro notorio en la meta de Juan Carlos.

A punto de poner la puntilla

En el último minuto de juego, el Oviedo estuvo a punto de ponerle la puntilla al encuentro, sino fuera por la bandera del asistente de Alberola Rojas, que señaló fuera de juego de Fernández cuando éste ya había convertido el tercer gol para su equipo, en esta ocasión el defensa oviedista estaba en línea, es decir, el gol debió subir al marcador, aunque ya no tendría transcendencia en el resultado.

Toca renacer en Montilivi

Partido para olvidar lo antes posible, el Girona debe olvidar este encuentro y centrarse en el de la próxima jornada frente al Rayo. La próxima semana el Girona debe conseguir la victoria para recuperar las buenas sensaciones ante su público.

Después de esta derrota la afición del Girona se plantea una cuestión: ¿El Girona tiene realmente un equipo para estar en primera?