Dos décadas ligadas al club. Fernando Roig es el presidente más veterano del fútbol profesional. 20 años desde que firmó el contrato de compra de las acciones de Pascual Font de Mora

Veinte años desde que Fernando Roig decidiera comprar el Villarreal el 14 de mayo de 1997: "Físicamente me encuentro bien, pero son 20 años. Mucho tiempo sí, y espero estar 20 años más, y de presidente, por supuesto. Mientras las fuerzas me permitan seguir haciendo las cosas con sentido común, sí me lo imagino. Lo que está por venir es mucho mejor que lo que hemos disfrutado en el Villarreal".

Poco a poco, el presidente ha situado a Vila-real y al Villarreal en el mapa del mundo: "Sí. El proyecto que queríamos hacer era este. Visualicé un campo como este que tenemos. Ahora solo estamos viendo una cuarta parte de lo que será. En mi mente tenía claro que el estadio debía situarse donde estaba y la Ciudad Deportiva muy cerca de Vila-real. Siempre fue esta mi idea.

A Fernando Roig se le pregunto también por el capital social del Submarino: "No sabía si iba a costar más o menos. En esa inversión se incluye la construcción del Estadio de la Cerámica, una inversión que ha hecho el Villarreal y cuya propiedad es del pueblo de Vila-real. Tenemos una residencia para 100 niños… Hay mucha inversión, terrenos, etcétera, pero al final la diferencia es el capital social, que creo es ahora de 134 millones".

Hay que ser muy ambicioso en esta vida para llegar lejos y eso es lo que ha logrado Roig: "Tienes que ser ambicioso para estar donde estamos. No soportaría estar en un ambiente de crispación. Puedes tener un accidente como tuvimos el año del descenso, porque lo hicimos mal, pero la gente fue respetuosa, salvo quien hace comentarios de todo tipo y nunca está feliz. El 99% está de acuerdo con la gestión, con hacer una cosa grande en una provincia que quiero que se sienta cada vez más identificada con un proyecto que lo tiene todo para que se sumen más".

El error del Villarreal en el cual esta más arrepentido: "Le pusimos mucha ilusión a la reforma del estadio y la emprendimos con muchas prisas por la vorágine de jugar la Liga de Campeones. Y tuvimos un descontrol administrativo. Seguro que ahora lo hubiera hecho más tranquilamente. Los plazos nos urgían y nos vimos obligados a levantar el césped en seis días y quizás por las urgencias cometimos algún error que pueda tener alguna repercusión. Pero en general aprendes de tus fallos y quien toma decisiones se equivoca. La diferencia está en el porcentaje de equivocaciones y aciertos, pero todos nos equivocamos. En el Villarreal, por supuesto, también".