El F. C. Barcelona se podría definir actualmente en términos de jugadores con nombres propios, que se encargan de trasladar al césped un estilo de juego basado en tener el máximo control del balón. Y no es el once titular, sino futbolistas claves en determinadas partes del campo. Sin ellos, el juego del Barça se resiente. Con una alineación que casi siempre es la 4-3-3, Luis Enrique coloca a sus laterales muy abiertos y tanto Neymar como Messi bastante tirados a las bandas. Aunque dada su calidad, ambos poseen libertad para moverse por otras zonas del ataque o incluso del mediocampo (cuando bajan a recibir para sacar al equipo ante una presión alta del rival). 

Gerard Piqué se encarga de iniciar el juego y defensivamente es el mejor del club catalán. Cuando no está, la zaga lo nota. Su prolongación es Sergio Busquets, un auténtico centrocampista defensivo con buen manejo del esférico y que da al equipo el equilibrio necesario en las transiciones defensa-ataque, y a la inversa. Iniesta y Rakitic completan la zona que anticipa a la delantera culé formada por la MSN. Este tridente es uno de los más temidos por su voracidad goleadora y la mejor baza del Barça. Son insustituibles. Por eso, la baja del brasileño en el clásico seguro que tendrá influencia. 

Mover el balón rápidamente de un lado a otro del campo, aprovechar las incursiones entrelíneas de Messi e Iniesta, el poderío de Luis Suárez en las disputas con los centrales y la recuperación tras pérdida resultan claves. De lo contrario, los culés sufren y mucho. Varios equipos ya han demostrado esta temporada que si les ganan la posesión o atacan al contragolpe terminan sacando resultados positivos. Los últimos han sido Málaga y Juventus.

El próximo puede ser el Real Madrid. Otra faceta importante es la estrategia a balón parado, aunque el Barça no la explota demasiado. Mucho cuidado deberán tener contra los blancos y sobre todo, con Sergio Ramos. 

Un estilo en crisis

La filosofía del Barcelona actual de Luis Enrique difiere en algunos detalles -y por supuesto, en algunos jugadores que ya no están- del equipo que entrenaba Pep Guardiola en la mejor época de los catalanes que se recuerda. Un estilo de juego que nació de los pies de uno de los mejores centrocampistas que ha tenido el fútbol español, Xavi Hernández. El conocido como "tiki-taka" que practicaba el Barça en esos años de gloria y éxito fue también trasladado a la selección española, con Vicente Del Bosque. Aunque de uno a otro equipo existían importantes diferencias de plantilla, táctica y estrategia, el hecho de tener el máximo de posesión respecto al rival para ganar partidos se convirtió en un auténtico ADN Barça.

Sin hacer más referencia al pasado culé, Luis Enrique logró armar un equipo renovado para llevarlo de nuevo a lo más alto durante un tiempo. Pero esta temporada, los resultados no están acompañando a un estilo de juego que se desintegra conforme los entrenadores rivales analizan, buscan y encuentran las claves para frenar a los catalanes. Los equipos ya saben cómo jugar ante el F. C. Barcelona. A unos les sale mejor, a otros peor. En muchas ocasiones aparece la MSN, pero en otras no.

Las soluciones desde el banquillo no sirven de revulsivo. Y esto último resulta sorprendente ya que el pasado curso Luis Enrique no contaba apenas con fondo de armario y logró títulos, mientras que este año tiene una plantilla más amplia pero no están aportando lo deseado. André Gómes, Denis Suárez, Paco Alcácer, Digne o Arda Turan llegaron para dar aire fresco y solucionar la falta de jugadores en ciertas posiciones. El Camp Nou aún les espera. De momento, no han dado la talla y uno de ellos tendrá una oportunidad de oro en el clásico.

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Sobre el autor
Iván Sevilla Fernández
Estudiante de Periodismo en la Universidad de Murcia. Amante del fútbol y de la vida. Con muchas ganas de aprender y crecer como persona y periodista.