La ida entre Pontevedra y Murcia en Pasarón parecía haber dejado vista para sentencia la eliminatoria. El 1-3 cosechado por los de Mir auguraba un encuentro tranquilo en el feudo grana, al que apenas acudieron una veintena de hinchas gallegos que confiaban en la machada. No se logró la anhelada remontada y los pimentoneros consiguieron mantener vivo el sueño del ascenso, pero el guion en Nueva Condomina no fue el esperado y el cuadro local sufrió durante unos minutos para terminar de apear a los de Luisito.

A pesar de que se esperaba a un Pontevedra que saldría a tumba abierta a por el gol tempranero, los primeros compases del partido fueron más bien de alternancias entre ambos equipos. El Real Murcia prefirió estar bien plantado sobre el terreno de juego y esperar su oportunidad antes que lanzarse a sentenciar la eliminatoria. Vicente Mir volvió a apostar por Javi Saura en el centro del campo y ganó, pues la presencia del que fuera canterano grana en esa zona dio frescura y velocidad al equipo. Por su parte, Adri Cruz desempeñó, mientras estuvo en el césped, las labores de contención para escudar a un David Sánchez que volvió a demostrar por qué es uno de los bastiones de la plantilla para lograr el objetivo.

Sin ocasiones claras durante el primer cuarto de hora, el Pontevedra intentó dar un paso adelante y estuvo cerca de sorprender a los locales en el ecuador del primer periodo. Una buena jugada de los de Luisito en la frontal del área dejó solo ante Simón a Eneko Eizmendi, que vio cómo el guardameta pimentonero le sacó su disparo a bocajarro para evitar el primero de la tarde. Poco después respondería el Real Murcia por medio de Rayco, que tampoco acertó a perforar la meta de Edu con su remate de cabeza.

A pesar de estos instantes en los que el partido parecía despertar, ninguno de los dos conjuntos fue capaz de inquietar las respectivas porterías en los siguientes minutos. A ello contribuyó el escaso acierto que ambos mostraron en las acciones a balón parado, en las que los de Mir intentaron gustarse a base de jugadas ensayadas que no terminaron de cuajar. Al técnico grana no le gustaba lo que estaba viendo y decidió meter a Armando en lugar de Cruz, que ya llevaba tarjeta amarilla. El centro del campo murcianista ganó fluidez y se dejó notar en los últimos suspiros de la primera mitad, que se cerró prácticamente con un remate desviado de Guardiola que levantó el ‘uy’ de la grada.

El Pontevedra siembra los nervios

Tras la reanudación se vio a un Pontevedra más lanzado y sin presión al no tener nada que perder en los 45 minutos restantes. Tal fue su empuje que, a los seis minutos de dejar los vestuarios, Eneko conseguía adelantar a los suyos con un disparo cruzado después de que Golobart no acertara a despejar el esférico en el área pequeña. El 0-1 sembró los nervios en la Nueva Condomina, tanto a la afición como a los propios jugadores, que se mostraron dubitativos durante los instantes posteriores al tanto, en los que el propio Eneko estuvo cerca de aumentar la renta si no hubiera sido por el acierto de Simón bajo palos.

Poco a poco, los de Mir se repusieron del palo y buscaron con ahínco la igualada, que estuvo a punto de llegar en una acción en la que Armando mandó el balón por encima de la meta de Edu. La acción vino precedida de un pase de Guardiola, que no se atrevió a chutar con su pierna mala. El cuadro grana retomó la manija del encuentro y fue apagando los momentos de lucidez del Pontevedra, que acabó fiándolo todas sus opciones al contragolpe. Después de varios intentos frustrados, llegaría el empate gracias a Guardiola, que batió a Edu después de una gran jugada de Elady tras sortear a tres defensas. El jumillano se resarcía así de una jugada previa en la que el colegiado le negó un penalti más que claro tras una entrada de un zaguero pontevedrés.

Aunque la eliminatoria quedaba así bastante encarrilada, el Real Murcia quería más y no renunció a la victoria en ningún momento. Pudo llegar desde el punto de penalti por medio de Curto, pero Edu le adivinó las intenciones y sacó el derechazo del de Tortosa con una soberbia parada. Sin embargo, de poco le valdría a los de Luisito mantener el empate. Los instantes finales del choque estuvieron marcados por las continuas protestas de ambos bandos, que se terminaron saldando con la expulsión del técnico visitante. Guardiola tuvo en sus botas el 2-1 en dos lances más, pero no fue capaz de superar a Edu por segunda vez.

El Valencia Mestalla, nuevo escollo

A pesar del conato de machada gallega, el conjunto pimentonero acabó confirmando lo que se esperaba tras el resultado de la ida, tras lograr un global de 4-2 ante el Pontevedra, seguirá en la pelea por retornar a la categoría de plata del fútbol nacional. Una vez terminados todos los encuentros de cuartos de final, ya se conoce que su rival será el Valencia Mestalla, que logró eliminar al Celta B de Borja Iglesias con un global de 6-3. 

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