Muñiz sigue escribiendo historia. No había logrado nunca vencer, mientras estaba en primera, el primer partido de ninguna temporada. Y con el ilusionante reto de defender la categoría, el calendario marcaba un enfrentamiento que acabaría dominando el Levante, frente al Villarreal. Los pupilos de Juan Ramón López Muñiz dieron una demostración de fútbol, con Bardhi, Campaña y Lerma como principales artistas. Y es que los granotas fueron de inicio a fin superiores a un Villarreal plagado de bajas, y que siquiera fue capaz de realizar un disparo entre los tres palos, o durante algún tramo del encuentro, tener controlada la posesión.

Empezaría el encuentro siendo marcado por la tónica que imperaría durante los noventa, casi cien por los minutos de descuento, minutos que duró el encuentro. Y fue la de el Levante atrevido, con ganas, y con los baluartes de Campaña y Bardhi en ataque, y Lerma en defensa; atacando con valentía, rozando el gol con cada llegada. Además, se reconcilió a lo grande con el fútbol Iván López, tras dos años de sequía y varias temporadas sufriendo lesiones. Y es que unos atrevidos acercamientos protagonizados por Morales, en estado de gracia, de vuelta el de hace dos temporadas, pusieron en marcha las primeras alarmas en la zaga amarilla. Los granotas no estaban achantados, iban a por los tres puntos. Un espeso Alegría no paraba de recibir cueros, uno tras otro, que llegaban de las bandas tras espectaculares internadas tanto de Jason, como de Morales, e incluso de Toño e Iván, excelentísimos en todas las facetas del juego.

Además, una presión alta y potente, con Campaña y Bardhi realizando toda clase de ayudas, y Lerma simplemente imperial -al igual que la zaga-, anularon toda clase de intentonas de los visitantes. Solo en una acción aislada llegó a generar peligro el equipo visitante, cuando un saque de esquina acabó en un remate de Rodri, que se fue bastante cerca del palo diestro de la puerta de Raúl, que no tuvo casi nada de trabajo en todo el partido. Se llegaría al descanso sin goles y sin muchos disparos, sin embargo, no porque el Levante no llegara al área, sino porque eran tan rápidas las acciones, que un lento Alegría no era capaz de llegar a rematar unos pases francamente bien colocados y con muy malas intenciones para los intereses del Villarreal.

Y había algo de temor en la grada por si el primer tiempo resultaba ser un espejismo, pero lejos estuvo de ello. Y es que igual, o mayor aún, sería el dominio de los levantinistas en el segundo tiempo. Empezaron con dos tiros, de Lerma y Campaña, desde la frontal, que no llegaron a coger puerta, aunque sí preocuparon al cancerbero. Buscaba Fran Escribà solucionar la nula capacidad de generar peligro de sus hombres relegando al banquillo a Sansone con el salto de Leo Suárez al verde, aunque poco más que echarle ganas pudo éste, pues el Villarreal simplemente no podía contrarrestar el dominio granota.

Según pasaron los minutos, y con la retirada de Bardhi del verde, el ritmo del encuentro fue bajando, aunque el equipo de Orriols seguía llegando sin dificultades, sin permitir contras y sin sufrir atrás. Retiró Escribà a Carlos Bacca, completamente anulado por Chema y Postigo, para dejar solo arriba a Unal y meter a N´Diayé, un cambio defensivo que dejaba claro que los castellonenses se conformaban con el empate. Entonces, sacó Muñiz a Ivi y Boateng, la caballería. Y cerca del final del partido, una de tantas internadas de un volcado Levante, acabó en penalti a favor, eso sí, uno que no era. Morales, capitán del equipo por la ausencia de Pedro López, fue el encargado de ejecutarlo. No le tembló el pulso y con un tiro a la mitad derecha de la puerta, anotó el único y definitivo tanto del encuentro. Los tres puntos se quedan en un Ciutat, que ya espera al Deportivo de la Coruña.