Tiene delante un complicado compromiso la SD Eibar. Afronta el segundo partido de esta cuarta temporada en la primera estadía en la élite el combinado armero, un encuentro francamente especial. Y es que no va a ser otro que un derbi vasco el que será el primer partido de la campaña en Ipurua, frente a un equipo histórico y siempre peligroso como lo es el Athletic de Bilbao. Un equipo que por su modelo de club, tiene un mercado limitado y por tanto, una plantilla que apenas suele sufrir cambios entre temporada y temporada. Y en las filas de los leones, destacan un par de hombres, especialmente, en la faceta ofensiva, y en el que más hay que centrarse, es Iñaki Williams.

Nacido en Bilbao, lleva años y años formando parte de la entidad rojiblanca. No fue hasta la campaña 2014-15, de la mano de Ernesto Valverde, cuando dio el salto al primer equipo, gracias en parte a la lesión de Aritz Aduriz y la ausencia de alternativas al killer del Athletic. Desde aquel mismo día, quedó patente en todo el fútbol español su capacidad para generar peligro, tanto por su excelente condición física, como por su habilidad con el balón. Es un auténtico portento físico, con muy muy buena zancada, que acelera muy rápido y alcanza unas velocidades francamente altas, lo que tanto en banda como en punta lo convierte en un jugador peligrosísimo.

Además, tácticamente, también es un jugador más que correcto. Muy habilidoso ganando la espalda a la defensa y hábil marcando y lanzando los desmarques. Por último, y como previamente se ha adelantado, técnicamente y con el balón en los pies, también es un jugador a tener en cuenta. Es un gran regateador, hábil con los recortes. Además, a esto lo respalda su ya mencionada también condición física, lo que le permite tras realizar un regate, marcharse en velocidad. Todas estas cualidades junto a su olfato goleador, que va creciendo poco a poco, pese a no ser un anotador puro; lo convierten en probablemente el jugador más peligroso del Athletic.