El parón por selecciones vuelve a llamar a la puerta y el Barcelona se ha vestido de gala para la ocasión. Ni la intensa lluvia en la ciudad Condal ni la actualidad política en Cataluña evitaron que los de Ernesto Valverde firmaran tres puntos frente al siempre complicado Sevilla, cuyo inicio de temporada cuenta con más sombras que luces de la mano de Berizzo. Con un doblete de Paco Alcácer, los azulgranas se mantienen como intachables líderes del torneo doméstico.

Gritos de "Llibertat!" (libertad) durante todo el partido

El Camp Nou, que registró una gran entrada a pesar de todo, volvió a ser más reivindicativo que nunca exigiendo libertad y justicia para los ocho ex consejeros del gobierno catalán encarcelados y los presidentes de Ómnium Cultural y ANC a lo largo de los 90 minutos. Desde el club, con una posición en favor de la democracia, quisieron mostrar respaldo con un mosaico en los prolegómenos del choque. 

Los carteles fueron repartidos en los aledaños del estadio | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Los carteles fueron repartidos en los aledaños del estadio | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Una puesta en escena de altura

La copiosa cantidad de agua que cayó durante la tarde en la capital catalana no fue un impedimento para que el Barcelona entrara muy cómodo al partido. Ernesto Valverde diseñó un híbrido 4-3-3 de entrada, con Paco Alcácer y Luis Suárez abandonando constantemente los costados para mutar al 4-4-2 en rombo y combatir el 4-2-3-1 propuesto por Berizzo desde el banco sevillista. En líneas generales, los azulgranas dominaron el primer tiempo e incluso pudieron aumentar el electrónico en más de una ocasión. Se asentaron rápidamente en campo rival y activaron la presión tras pérdida para así evitar que el Sevilla pudiera desplegarse. Al son de Leo, incomensurable, el equipo poco a poco fue encontrando los espacios en la parcela ofensiva y a generar peligro contra el entramado defensivo. Ya antes de cumplir los primeros cinco minutos, el Barcelona dispuso de hasta tres ocasiones claras de gol. Primero el astro argentino, con una rápida conducción diagonal que Kjaer se encargó de taponar cuando se disponía a armar el disparo. Después Busquets, tras una acción trenzada por el sector zurdo y, por último, Luis Suárez, que buscó ser ese habitual pícaro delantero con un remate por encima del meta sevillista, que atrapó sin problemas. El uruguayo nuevamente se mostró peleado con el gol y estuvo por debajo del nivel esperado. 

Messi, 600 partido con el Barcelona | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Messi, 600 partido con el Barcelona | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Andrés Iniesta, que regresaba a la convocatoria y al once inicial, probó fortuna con un disparo desde el balcón del área que estuvo muy cerca de encontrar portería cumplido el primer cuarto, ese en el que el Barça tuvo entre ceja y ceja la meta sevillista. Pero sería Paco Alcácer, eternamente discutido y sin apenas protagonismo en estos primeros meses de competición, quien, superado el ecuador de los primeros 45 minutos, recogiera el balón dentro del área aprovechando un error de cálculo de Escudero al balón profundo de Luis Suárez para superar al meta sevillista con un toque raso muy sutil. A partir de ahí, el Barça dejó de ser tan insistente a nivel ofensivo y empezó a hacer circular el balón buscando ser profundo por dentro y amplio por las alas. Sin apenas ocasiones claras por parte de los dos rivales, el colegiado señaló el camino a vestuarios. 

Con emoción hasta el final

El Sevilla estaba anestesiado y -parecía- sin capacidad de reacción alguna. El Barça seguía mostrándose autoritario con y sin balón y las sensaciones del primer tiempo invitaban a pensar en que los de Valverde podían sentenciar de un momento a otro con un segundo tanto. Pero entonces emergió Pizarro, excelso junto a N'Zonzi en el doble pivote, en el corazón del área a la salida de un córner para asestar un duro golpe antes de llegar a la hora de juego. Piqué, que había errado en el marcaje en la acción del gol, se animó en la jugada posterior con un disparo desde las proximidades del área que la madera acabó escupiendo.

Piqué, nuevamente junto a Umtiti en el eje de la zaga | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Piqué, nuevamente junto a Umtiti en el eje de la zaga | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Pero, aun así, la respuesta no se hizo de rogar. Paco Alcácer, de nuevo, volvió a ser el héroe: remató de manera precisa un gran centro lateral de Rakitic desde el sector diestro para devolver la ventaja en el marcador. El txingurri, que ya tenía el cambio preparado, decidió que fuera el ex valencianista quien abandonara el terreno de juego por Gerard Deulofeu en busca de ganar un punto de profundidad. Y el de Torrent se llevó la ovación de la noche tras un inicio de curso complicado. Berizzo también movió ficha desde el bando rival con Nolito y Ben Yedder, pero el Sevilla nunca generó la sensación de poder trastocar el guion del partido. Leo Messi, en su partido 600 con la elástica del primer equipo, buscó sentenciar el duelo cumplida la media hora de la segunda parte con un disparo colocado desde la media luna que David Soria atrapó sin problemas. Ya en la recta final, Rakitic cayó dentro del área tras un contacto con Escudero, pero el colegiado no apreció nada punible. En la noche de Paco Alcácer y el partido 600 de Leo Messi, el Barcelona sigue cosechando resultados prácticamente inmejorables mientras continúa la búsqueda de sí mismo en el aspecto táctico.