Se presumía que el mayor problema del Espanyol de cara a esta presente temporada sería la defensa. Sin embargo, tras doce jornadas disputadas el problema y bloqueo de los pericos está siendo el ataque. Y no será por falta de efectivos arriba y por nombres: Gerard Moreno, Leo Baptistao, Sergio García, Pablo Piatti, Hernán Pérez... más de un equipo de Primera División soñaría con disponer de alguno de estos hombres.

Sin embargo, los de Quique Sánchez Flores solo han anotado 9 goles en este arranque liguero, y que además están repartidos en los tres mismos jugadores; Gerard Moreno (4), Leo Baptistao (3), Piatti (1) y otro en propia puerta. Números muy pobres para un equipo que quiere aspirar a terminar en el Top 8 de Liga.

Con este mal arranque goleador, la plantilla blanquiazul ha igualado su segundo peor arranque goleador de lo que llevamos de Siglo XXI, igualando la temporada 2011-12 y tan solo por encima de la 2009-10 en la que los catalanes solo llevaban 8 goles anotados tras 12 jornadas. Además, da la casualidad que en todos estos precedentes se acabó acudiendo al mercado de invierno para traer nuevos referentes en ataque: Kalu Uche y Osvaldo, respectivamente. Ambas temporadas terminarian con los espanyolistas en la mitad baja de la tabla, pero sin sufrir para salvarse.   

En cambio, si comparamos con la temporada pasada, a estas alturas de campeonato liguero el equipo de Quique tenía 14 goles anotados, cinco más que ahora, y 15 puntos, mientras que actualmente tienen 13. Cabe destacar, para urgar todavía más en la herida, que tras 12 jornadas disputadas de la temporada pasada, los pericos tenían hasta 6 goleadores distintos; los tres actuales más Víctor Sánchez, Diego Reyes y Hernán Pérez.

Sin duda, el inicio liguero del Espanyol no está siendo ni mucho menos el esperado por gran parte de los aficionados periquitos, pero es que tampoco se puede pedir mucho más con lo poco eficaz que se està siendo de cara a puerta. A los de Quique no les queda otra que empezar a cambiar la dinámica en ataque para empezar a escalar posiciones en la clasificación y volver a enganchar a la afición y, sobre todo, ilusionarla.