Jorge Pombo comenzó el año jugando con el filial, en el cual era uno de los jugadores más destacados. Pero, tras la derrota del primer equipo frente al Sevilla Atlético (1-2), el club anunció la destitución del entonces técnico Raúl Agné. El Real Zaragoza apostaba por César Láinez, por aquel entonces técnico del filial, para intentar salvar la categoría. Ese fue, posiblemente, el punto de inflexión que necesitaba la carrera profesional de Jorge Pombo.

El nuevo técnico zaragocista se mostraba claro en sus intenciones e introducía varios cambios en el once en su debut frente al Elche, como la entrada de Álvaro Ratón en la portería o la titularidad de Jorge Pombo, quién le devolvió la confianza con un golazo que contribuyó a la victoria del cuadro maño por 0-3 en el feudo ilicitano. A partir de entonces, el jugador zaragocista -aún con ficha del “B”- se convirtió en indiscutible y se ganó la renovación por cuatro temporadas. Su contribución a final de la campaña fue de dos goles, el ya mencionado frente al Elche y frente al Rayo Vallecano en La Romareda (1-1).

Este verano, ya con ficha del primer equipo, el jugador debía dar un paso al frente. Demostró personalidad heredando el dorsal ‘8’ de un mito del zaragocismo como es Cani. Tras una buena pretemporada, el jugador comenzó la campaña 2017/2018 como titular, pero con el paso de las jornadas fue perdiendo peso en las alineaciones, llegando incluso a quedarse fuera de varias convocatorias. Pese a ello, tanto en el cuerpo técnico como en el club confían plenamente en sus capacidades, como el propio Natxo ha dejado claro en más de una ocasión. Actualmente su balance esta temporada es de dos goles, frente al Granada en Copa y frente al Rayo en Liga, ambos en La Romareda.

Por tanto, el año del jugador deja luces y sombras y un amplio margen de mejora para Pombo, quien debe ser uno de los referentes del zaragocismo, tanto en el presente más imnediato como en el futuro más próximo.