Jornadas atrás, el Celta podría no haber supuesto un gran problema para los donostiarras.  Sin embargo, tras estos últimos encuentros disputados, la Real se encuentra en una grave situación de desventaja, donde, empatados a puntos en la tabla ambos equipos, los gallegos se encuentran cuatro posiciones sobre los txuri-urdin y sin asomo de tener el más mínimo fallo que los pueda condenar a estratos inferiores.

Mientras tanto, los vascos se encuentran en una situación bastante compleja cosechando alguna que otra derrota y, el problema no se encuentra tanto en en número de derrotas, sino en la magnitud de las mismas ya que las derrotas se deben, principalmente, a una falta de comunicación entre los jugadores y cuerpo técnico además, de una confluencia de diferentes factores que han llevado al equipo a hundirse después de haber tenido uno de los mejores comienzos ligueros de la historia del club.

El juego del Celta ha cambiado mucho desde la última vez que se vieron las caras ambas plantillas.  Los gallegos han sabido cómo conseguir un fútbol más certero y menos sensacional.  Los tiros del Celta son más usuales que antaño y llegar a portería no se ha fijado como una tarea imposible en muchos de las jugadas disputadas.

Ambas plantillas llevan marcados, por el momento, 33 goles cada una, siendo solo superados por el líder, el Barcelona Fc con 52 y el Valencia con 40.

Lo que sí que podemos asegurar es una tarde de fútbol en estado puro donde ambos rivales den mucho juego sin caer en un espectáculo burdo en el que el deporte brille por su ausencia, como ocurre en otras ocasiones.  

El partido con el que dio comienzo la temporada liguera para ambas equipaciones, el disputado en Balaídos, puede ser un buen termómetro para medir cómo irán los tiros en esta ocasión.