Enero, pleno mercado de invierno, muchos equipos están reforzando sus filas añadiendo a grandes jugadores para mejorar el equipo. Viendo la falta de gol que el aficionado madridista veía en Chamartín, exigía a gritos un delantero capaz de volver loca a la defensa rival y anotar los goles que antaño se fallaban. Pero las insistentes negativas de Zinedine Zidane a traer a algún jugador al Real Madrid ha calado entre los madridistas, que viendo que se acerca el final del mercado de invierno, han cesado en sus peticiones. Además, ha ayudado el gran momento de forma de Gareth Bale.

En estas tres semanas del mes de enero, el galés está demostrando de todo lo que es capaz, con su gran partido ante el Deportivo de la Coruña, liderando al equipo blanco cuando más lo necesitaba, al tener a su estrella enfadada consigo mismo por querer marcar y dar al público del Santiago Bernabéu los goles que no pudo dar. En el partido ante los gallegos, Bale se echó el equipo a su espalda, se movía, pedía el balón continuamente, se ofrecía... 

Ante el Celta de Vigo también trabajó como el que más, esa vez de delantero centro. Ante el Deportivo hizo la labor de extremo derecho y aun así con un trabajo de sobresaliente. Ambos duelos tienen algo en común, el galés se dejó la piel en el campo. Se pudo ver a un Gareth Bale dejando claros destellos de calidad, pases medidos, internadas al área, remates... Bale ya es el máximo anotador del Real Madrid en lo que va de año con sus dos goles ante el Celta de Vigo, dos goles ante el Deportivo y un gol al Numancia.

Gareth Bale se ha convertido en el segundo goleador de la temporada tras Cristiano Ronaldo. El luso tiene una marca de 18 tantos en lo que llevamos de temporada mientras que el galés lleva nueve goles repartidos en: seis goles en La liga; un gol en la Champions League; un gol en Copa del Rey y un gol en la Copa Mundial de Clubes. En asistencias iguala a Marcelo con cinco pases de gol. Todo ello lleva a pensar que 2018 será el año del Expreso de Gales.