El Villarreal CF cayó derrotado en la visita al feudo armero. El Eibar se impuso por la mínima ante un rival directo por jugar competición europea la temporada que viene. El gol de Kike García en la primera parte bastó para que los tres puntos se quedarán en el País Vasco. La lucha por Europa está muy ajustada. El billete costará caro y eso bien lo sabe el Villarreal.

Uno de los principales problemas del conjunto dirigido por Javier Calleja en Ipurua fue la salida de balón. El equipo se vio superado en numerosas ocasiones por la presión alta y asfixiante del conjunto armero durante algunos compases del encuentro. Esto le impidió al Villarreal desarrollar buena parte de su fútbol. Bien es cierto que el cuadro amarillo no supo lidiar con algunos tramos del partido. Especialmente cuando el equipo local apretaba. Los armeros jugaban en casa. Ipurua se está convirtiendo en un hueso duro de roer para todo aquel que la visita. El Villarreal es una de las numerosas víctimas.

El oxígeno amarillo

La entrada de Carlos Bacca y Pablo Fornals dio otro aire al equipo. Cabe destacar que Javier Calleja apostó por hacer hasta cinco rotaciones en el partido. Bacca y Fornals fueron dos de ellos. La incorporación de ambos jugadores al terreno de juego provocó que cambiara la tónica del encuentro. Pasó a tener más el esférico y atacar la portería visitante, aunque sin encontrar el premio del gol.

Bacca fue el primer cambio. Entró por un desaparecido Unal en el minuto 55.  Fornals, en cambio, fue el tercer cambio. Sustituyó a un también ausente Cheryshev en el minuto 73. Ambos fueron la esperanza de que el equipo consiguiera al menos el empate. Sin embargo, fue tarde para reaccionar y un rival directo por el objetivo consiguió recortarle tres puntos vitales.