Desde la llegado del técnico cordobés, Paco Jémez, se ha podido notar que ha cambiado la actitud y la responsabilidad de los jugadores en el terreno de juego. Ahora, el aficionado empieza a reconocer parte de esa UD perdida que luchaba cada encuentro y disputaba cada balón como si la vida le fuera en ello.

En la primera vuelta de la temporada, la portería que defendía, alternativamente, Leandro Chichizola y Raul Lizoain, llegó a tener una sangría de goles en cada partido, llegando a ser, el equipo más goleado de la Liga Santander.

Con la llegada de los refuerzos en el mercado invernal, la UD Las Palmas ha enriquecido su juego defensivo de manera sensacional, consiguiendo incluso, la portería imbatida en tres ocasiones, cosa que no ocurría en el equipo amarillo hacia tiempo. A falta de gol, fichajes como Aguirregaray, Gálvez y Gaby Peñalba, le han dado un plus de motivación y compromiso al vestuario canario. Destacando, su gran parte de culpa en la mejora defensiva del cuadro amarillo.

Un muro contra la mejor delantera de La Liga

En el encuentro de ayer entre la UD Las Palmas y el FC Barcelona, disputado en el estadio de Gran Canaria, pudimos comprobar a una UD comprometida y decidida a no dejar escapar el empate conseguido por Jonathan Calleri desde el punto de penalti. Los amarillos se pusieron el mono de trabajo y no permitieron que jugadores de la talla de Leo Messi, Dembélé, Coutinho, ó el propio Luis Suárez, inquietaran la portería de un magnífico Leandro Chichizola. El meta argentino cuajó otro gran partido y ya son varios los que el arquero está demostrando que no se ha equivocado Paco Jémez en su decisión de ponerlo de titular.

En los últimos minutos del partido, el asedio culé fue infernal hacia la portería amarilla. Pero los canarios supieron contrarrestar tanta intensidad ofensiva con una gran entrega en cada balón dividido y con un gran sacrificio en los esfuerzos en no dejar sobrepasar al Barcelona dentro de su área.

Igualados con el Levante

Celebración del gol de Jonathan Calleri. Foto: La Liga

Al acabar el encuentro entre el Alavés y el Levante, los aficionados amarillos se iban contentos a sus casas, a sabiendas que, la UD Las Palmas igualaba a puntos con el Levante. El cambio de actitud refuerza su gran apuesta por conseguir el objetivo de la salvación. El vestuario canario sabe que todavía no está terminado el trabajo y que tiene que seguir remando, todos juntos, para lograr la permanencia.

El éxito amarillo tiene nombre propio, la defensa. Aunque la consagración de la mejora del equipo pasa por enriquecer el juego ofensivo con goles, el equipo amarillo sabe que el objetivo se consigue a base de puntos. Y que la UD esté ahora mismo empatado con el decimoséptimo clasificado, solo significa una cosa, solidez defensiva.