'Siempre quedará Murcia' es lo que ha debido pensar Hervin Ogenda para fichar por el Real Murcia tras empezar su carrera profesional en el Paris Saint Germain y no conseguir regularidad en ningún equipo. El joven futbolista francés de 22 años, libre después de rescindir con el PEC Zwolle holandés, llevaba un par de semanas entrenándose a prueba con el conjunto grana hasta que ha recibido el visto bueno del club para ocupar de aquí a lo que resta de temporada una de las dos fichas sub23 que tenía disponibles el equipo de la capital del Segura. 

El jugador, formado en la cantera del PSG tras aterrizar en 2012, rápidamente se convirtió en una de las piezas más valoradas del actual transatlántico francés. Tanto fue así que realizó su debut con el primer equipo esa misma temporada, en la que disputó nueve minutos en la victoria parisina en la primera ronda de la Copa de Francia frente al Arras. Al curso siguiente su protagonismo fue en aumento, teniendo la oportunidad de hacer acto de presencia en ocho encuentros, seis de Liga, y uno de Copa y Supercopa, coincidiendo en el terreno de juego con Ibrahimovic, Verratti, Matuidi y Thiago Silva, entre otros. 

Tras comprobar la dura competencia que existía en el equipo parisino, decidió marcharse cedido al Bastia, conjunto que ya militaba en la Ligue 1. Allí jugó dieciséis encuentros y tampoco fue capaz de ver puerta ni de dar asistencia alguna. Después de esta aventura en la isla de Córcega regresó a París. La temporada 14/15 tampoco fue buena para él, porque apenas disfrutó de minutos en un club al que cada vez llegaban más jugadores de alto nivel, pero aún así aprovechó los que dispuso propiciando su estreno goleador frente al Lorient y sirviendo un tanto frente al Niza. El extremo no se rendía, quería triunfar en la ciudad de la luz, pero al iniciarse el mercado invernal Ogenda y el PSG separaron definitivamente sus caminos.

El destino para probar suerte de nuevo fue Holanda, concretamente el PEC Zwolle, que se hizo con sus servicios por 300.000 euros, una entidad con más de cien años de historia pero de perfil bajo que sorprendió a propios y extraños alzándose con la Copa en 2014. Tampoco sería este el lugar donde Hervin Ogenda demostraría su teórico potencial. Disputó tres choques con el primer equipo, en los que tan solo sumó cincuenta y ocho minutos sobre el verde. Con el filial completó los tres encuentros que jugó, llegando a marcar en uno de ellos. 

Militar ahora en varias categorías por debajo le puede servir de ayuda para demostrar que no se quedó en una eterna promesa, que es un jugador útil para cualquier equipo. Por el contrario, el tiempo de inactividad, la adaptación a un país y equipo nuevo y los pocos meses que restan para la finalización de la temporada juegan en su contra. Sin duda alguna es un atractivo más para el grupo IV de Segunda B, que está siendo muy igualado y cuya recta final de campeonato se presenta trepidante.