Eran las cinco de la tarde y el termómetro bajo cero cuando comenzó a rodar el balón en el Lokomotiv Stadium. Con el frío como principal protagonista, después de la ventaja de tres goles conseguida por el Atlético de Madrid en el Metropolitano, el conjunto rojiblanco se encargó de calentar el gélido ambiente ruso con una manita al Lokomotiv.

El partido comenzaba con unos primeros quince minutos muy tranquilos, en los que el Atlético de Madrid tenía el control total del partido, dominando la posesión y con un Lokomotiv ejerciendo una presión alta en campo rojiblanco.

La primera ocasión del partido llegaba por parte del Atlético, concretamente de los pies de Fernando Torres con un disparo en el minuto cinco que bloqueaba bien Kochenkov.

El conjunto rojiblanco estaba tocando bien el balón, y en una salida desde su campo llegó el primer gol con la firma de Correa. En el minuto dieciséis, tras una buena jugada combinativa con Koke, que dejó al argentino en la frontal del área, donde se deshizo del defensa y batió al portero con un disparo cruzado a la base del poste izquierdo. El Atlético aumentaba la ventaja que tenía de la ida y demostraba su superioridad.

La respuesta del Lokomotiv no tardó en llegar porque en el minuto veinte conseguía empatar el partido con un potente disparo desde fuera del área de Rybus que Werner no pudo ver debido a la acumulación de jugadores en el área por el córner que precedía al gol. Antes del tanto, el Lokomotiv había realizado dos disparos consecutivos que hicieron trabajar al joven portero rojiblanco.

Tras el gol del empate, el Atlético volvió a coger las riendas del partido, pero esta vez el balón no duraba mucho en sus pies, ya que el Lokomotiv estaba presionando muy fuerte y se hacía con el esférico rápidamente. Los rusos tenían claro que estando cerca del área rojiblanca tenían que probar fortuna disparando con potencia, y así llegó una segunda ocasión que se fue rozando el larguero.

En los últimos minutos de la primera parte el Atlético de Madrid dominaba el partido, jugando en el último cuarto del campo y produciendo muchas ocasiones de gol, sobre todo con las ayudas ofensivas de Filipe Luis y Juanfran que no dejaban de colgar centros al área.

Buena primera parte de los hombres de Simeone, mostrando una buena versión con el balón y con peligro en ataque, a pesar del gol encajado.

Con el inicio del segundo tiempo llegó el monólogo futbolístico del equipo rojiblanco, dominio total y absoluto del juego que se tradujo en, nada más y nada menos, que cuatro goles.

El primero de la segunda parte llegó en el minuto cuarenta y seis de los pies de Saúl tras una buena jugada de toque. El propio Saúl inicio una conducción desde el centro del campo hasta la frontal del área, donde descargó en banda a Filipe y este se la devolvió de primeras al punto de penalti para que el número “8” del Atlético diera, con el interior, un pase a la red que suponía el 1-2.

Las ocasiones para el Atlético se sucedían con disparos potentes desde la frontal y pases en profundidad, la autoridad rojiblanca era indiscutible y el Lokomotiv cada vez estaba más apagado. El cambio de Farfán por Eder hacía al equipo ruso muy predecible y le mantenía muy retirado de la portería defendida por Werner.

En el minuto sesenta llegaba la mala noticia del partido, la lesión de Filipe Luis, que tenía que abandonar el terreno de juego después de llevarse una fuerte patada de Eder, el cual se disponía a golpear el balón justo en el momento que Filipe metía la pierna y se llevaba el fuerte impacto en el tobillo.  Su lesión obligó a la entrada de Lucas en el terreno de juego.

Mientras Filipe Luis se dolía en el suelo, se producía el cambio de Saúl por Griezmann. El francés le metió una marcha más al ataque rojiblanco y fue determinante a la hora de desestabilizar a la defensa rusa.

El propio Griezmann fue quien provocó el penalti en el minuto sesenta y cuatro tras ser agarrado por el portero una vez que se había ido de este en velocidad. El encargado de transformar el disparo desde los once metros fue Fernando Torres, engañando al portero con un tiro por el centro. El Atlético se ponía 1-3 y dejaba sentenciada la eliminatoria.

Tras el tercer gol rojiblanco desapareció el Lokomotiv y el Atlético empezó a disfrutar del partido, haciendo una demostración de toque más propia de un rondo de entrenamiento que de un partido europeo.

Tocando llegó el cuarto gol rojiblanco y el segundo en la cuenta personal de Torres en el minuto setenta. El tanto vino a pase de Correa, que dejó sólo al “9” en el punto de penalti, que con calma definió al palo derecho firmando su doblete y demostrando que aún tiene goles que marcar en este equipo.

Con 1-4 y el partido totalmente controlado, el Atlético fue a por más y no dejó de increpar el área rival, Torres buscaba su tercer gol y el resto de compañeros no paraban de servirle balones para intentar lograr ese hat-trick que, finalmente, no llegó.

Parecía que todo estaba dicho, pero no, faltaba la obra de arte del encuentro. El quinto gol de la tarde lo marcó Antoine Griezmann picando el balón por encima del portero y colándolo por la misma escuadra, una delicia de gol precedido por un pase magnífico de Correa que antes se había deshecho de su marca con un espectacular sombrero.

Este último gol reflejaba como el equipo se había divertido jugando este partido, demostrando que el equipo tiene toque y gol.

Finalmente, el Atlético de Madrid se marchó del Lokomotiv Stadium con un 1-5 que le da el pase a cuartos de final teniendo un global de 1-8 y le coloca como un de los principales favoritos a levantar el título en Lyon.