Antes del choque que se le avecina, donde se juegan seguir contando con opciones reales para lograr la permanencia, el conjunto canario ha decidido reunirse para almorzar, este miércoles. Una comida, que ha tenido lugar en la Marisquería Rías Bajas, situada en la zona puerto de la capital grancanaria. 

No es secreto para nadie que, si la UD Las Palmas encalla en el Ciutat de València, sus posibilidades quedarán en una quimera. Por esto, a los amarillos solo le vale ganar para seguir contando con opciones de salvarse. Una derrota significaría quedar a 10 puntos de la permanencia. Con un empate, los canarios quedarían a 7 puntos que resultarían muy complejos de recortar.

La plantilla al completo, ha decidido unirse para almorzar y lograr aislarse de la presión que está suponiendo para ellos jugarse la salvación en el partido del domingo.

Además, el conjunto isleño, viene de unas semanas donde ha quedado en entredicho su profesionalidad a la hora de estar comprometido con una difícil situación. A este problema que ha generado un ambiente convulso, se une la separación, en cuanto a puntos, de los amarillos con respecto al equipo granota, que ha conseguido sumar 7 puntos de los últimos 9 posibles.  

Es por esto, que los grancanarios no pueden ir a disputar el partido a Valencia, donde contarán con el hándicap de jugarse la temporada en noventa minutos,  con la presión de un ambiente repleto de despropósitos y pesimismo.  

Esta situación complicada, ha llevado al equipo a una unión necesaria, donde trataron de llenarse de optimismo antes del 'match ball' que supone el próximo encuentro ante el Levante. Por ello, después del entrenamiento que tuvo lugar a las 10:30 el miércoles en Telde, y tras la rueda de prensa protagonizada por el mediocentro, Vicente Gómez, el equipo puso rumbo al restaurante con el objetivo de hacer grupo.