La Sociedad Deportiva Eibar ha sido durante gran parte de la temporada, la verdadera sorpresa de La Liga. El conjunto vasco ha deslumbrado a propios y extraños durante esta campaña en la élite del fútbol español, mostrando un fútbol dinámico y atrevido. Sin embargo, en las última semanas el efecto ha mermado de manera llamativa. ¿Qué ha cambiado por Guipúzcoa en las últimas fechas? A continuación desgranamos los detalles de lo que ha sido y lo que es La Sociedad Deportiva Eibar en este curso. 

El Eibar es defensa

No es ningún secreto que una de las claves del éxito para el Eibar es su fiabilidad defensiva. En lo que va de temporada el equipo de Mendilibar ha recibido un total de 43 goles, y ha conseguido dejar la portería a 0 hasta en 8 ocasiones, lo cual le ha permitido sumar un total de 17 puntos de los 40 totales que alberga hasta la fecha, situándose en la clasificación general de equipos goleados como el séptimo, empatado con Girona y Celta de Vigo. 

El sistema de juego que viene utilizando Mendilibar se basa en un 4-4-2 donde es difícil adivinar que jugadores van a componer el once cada semana. Es habitual en el técnico hacer cambios tanto en los laterales como en la pareja de centrales, aunque bien es cierto que los más habituales se corresponden con Arbilla, Ramis, Junca y Capa. Aunque como bien hemos apuntado, adivinar una alineación en lo que respecta a la zona defensiva es complejo cuando tratamos con Mendilibar. 

Lo que si es un patrón claro y reconocible es la actuación de los futbolistas que componen la parcela defensiva en La Sociedad Deportiva Eibar, sean unos u otros. Laterales abiertos, casi como extremos, con tendencia al ataque constante. Y centrales con una pauta sencilla: Complicaciones, las justas. No es un equipo que se desviva por salir jugando desde atrás y tiene claro que lo primero es asegurar que la pelota esté lejos de su área. 

En lo que respecta puramente a defender podemos considerar al equipo  guipuzcoano como rocoso e intenso. Con una presión de equipo general cuando no tiene la pelota perseverante y donde además tiene cabida el juego duro cuando es necesario. No es un equipo con tendencia a hacer demasiadas faltas pero si es cierto que no duda en cortar el juego si la situación de encuentro lo requiere. 

Las cualidades defensivas por alto de jugadores como Arbilla o Ramis, así como la velocidad de Capa o Juncá aportan al equipo un rigor defensivo que le permite salir al césped con la seguridad de ser un conjunto equilibrado en defensa y con jugadores de nivel en cada zona del campo. 

El Eibar no es estabilidad

Uno de los hechos que han provocado el pequeño bajón del Eibar a lo largo de la temporada ha sido la compenetración del todo el equipo. Nombre a nombre, La Sociedad Deportiva Eibar es un equipo donde cualquiera de sus futbolistas podría no desentonar en conjuntos de alto nivel en La Liga, sin embargo en ciertas ocasiones el entendimiento en el campo entre  futbolistas parece escasear, lo cual provoca errores en la salida de balón, a la hora de tirar el fuera de juego o simplemente equivocaciones en la zona de último pase.

Este hecho se puede comprender bien si observamos como ha sido la planificación del equipo eibarrés este verano. La plantilla ha variado de forma notable si la comparamos con la del curso pasado, con 12 incorporaciones nuevas en verano y 3 en invierno. Y sobretodo, con más de 14 salidas entre los mercados estival e invernal. Viendo estos datos, es complicado creer que el equipo haya logrado una estabilidad para llegar a los 40 puntos y estar aún vivo en la pelea por Europa. 

La Sociedad Deportiva Eibar es sello Medilibar

La realidad en cualquier equipo es que si se quiere triunfar lo primero que debe inculcarse es un estilo. Un sello que defina el cómo, el cuándo se hacen las cosas. Y en el Eibar esa firma la pone un entrenador que sabe muy bien lo que es el fútbol. Un técnico como José Luis Mendilibar.

Desde que llegara al conjunto vasco en la temporada 2015/16, el míster ha tenido muy claro cuales son las limitaciones de su equipo y también ha sido muy realista con las virtudes de su plantilla. Este hecho le ha llevado a saber sacar lo mejor de cada uno de sus futbolistas a lo largo de todas estas temporadas. 

Es un entrenador que entiende a la perfección los momentos por los que discurre un partido y sabe variar el estilo en los instantes adecuados. Por ello, podemos ver en ocasiones a un Eibar combinativo y en otras circunstancias observamos como el balón largo a la espalda de los centrales o la subida de los laterales para hacer daño con juego directo, son sus armas. 

Tener un entrenador que sepa ver el fútbol según pasa, sin un plan fijo sino adaptable a la realidad, es un punto de partida del que no muchos equipos pueden presumir. Un ejemplo claro es el Betis de Setién, su próximo rival, que vio como la mayoría de sus rivales le tomaron el pulso al pasar quince jornadas debido a la monotonía de su juego, fuera cual fuera la circunstancia del partido. 

Eibar es igual a entrega

Más allá del acierto que pueda o no tener el Eibar dentro del terreno de juego, hay un detalle que nadie puede negar en el conjunto blaugrana: Su entrega. Es un equipo que pelea hasta el último minuto y cada partido se convierte en una pelea donde rara vez se les doblega sin sudar tinta china. Si antes hablábamos de lo difícil que es el hecho de que un equipo funcione con tantos cambios en los distintos mercados, ahora cabe destacar el compromiso que adquieren rápidamente todos los jugadores al pisar Ipurúa y que queda reflejado en cada partido. 

Este es un detalle claro y evidente de la buena mano que existe dentro del cuerpo técnico, el cual sabe inculcar desde el primer minuto a todos sus jugadores, la responsabilidad que es jugar con La Sociedad Deportiva Eibar. 

Últimas semanas

En lo que respecta exclusivamente al partido frente al Betis, podría decirse que el Eibar llega en un momento tibio. En sus últimos cinco encuentros, ha conseguido un total de 5 puntos, de 15 posibles, ganado tan solo 1 de ellos y empatando otros 2, el último frente a la Real Sociedad en un partido donde la igualdad fue la tónica dominante y ninguno de los dos conjuntos supo imponer su superioridad a lo largo de los 90'.

Actualmente el equipo guipuzcoano se sitúa como 10 clasificado con 40 puntos y el partido en el Benito Villamarín será una de sus últimas opciones de poder engancharse al tren europeo de cara a las últimas jornadas. Una derrota en Sevilla podría suponer poner fin a los objetivos de esta campaña y comenzar a planificar ya el próximo curso.