Diez puntos de un total de 42 son los que el equipo que dirige Jémez ha conseguido de los últimos encuentros de liga disputados. La UD Las Palmas se encuentra en una más que delicada posición en la tabla, penúltima, en los puestos de descenso, solamente por encima del Málaga.

Por su parte, la Real busca seguir almacenando victorias en sus almenas y sumando, partido a partido, el tridente de puntos. Los canarios solo piensan en una victoria que les suba la moral y consiga ponerles en una mejor situación que la que tienen actualmente; ya han gastado gran parte de todo el cartucho, les quedan los posos de aquellas tácticas que, o bien no se han atrevido a poner en práctica, o bien, no han conseguido cuajar en ningún otro momento.  

Paco Jémez llegó a las islas con la esperanza de ser el que levatara el vuelo de este ave fénix, pero, por lo que se ha comprobado en los meses que lleva al frente del club isleño, desde Ayestarán no han sido capaces de remontar. La única ocasión en la que se vieron un poco más cerca de la luz que había al final de su particular túnel fue en Anoeta, donde empataron contra la Real. No obstante, parece que la luz no fue lo suficientemente cegadora y los desterró de nuevo al principio de la partida.

A este encuentro, los canarios llegan en una posición muy delicada con la baja de Momo como eslabón perdido de aquí a final de temporada, debido a la lesión que se produjo en el pasado partido contra el Levante. Todavía se puede observar el daño que las salidas de históricos como Jonathan Viera, Vitolo, Lemos o Remi dejaron entre el césped y los vestuarios del Estadio de Gran Canaria. La UD Las Palmas recibe tocada a los donostiarras, pero no por ello con menos ganas por vencer a uno de los clubes que, aunque parecen haber invertido su tendencia, estuvo en una situación similar hasta no hace muy poco.