Los donostiarras esperan al club madrileño con ganas de venganza, quieren aprovechar la buena racha de la que disfrutan para darle la vuelta a las estadísticas en las que se encuentran, según los últimos tres encuentros disputados en empate técnico.

Remontándonos a octubre de 2016 cuando ambos clubes jugaron en Butarque y en el que los vascos se llevaron la victoria a casa mientras que, en enero del año pasado, en Anoeta se desarrolló un partido tenso que finalizó con un empate simbólico a 1.  

Sin embargo, la última vez que se vieron las caras los jugadores de amboas equipaciones, la balanza se decantó a favor de los de Madrid que vieron como un Real en horas bajas se hundía hasta el fondo sin saber muy bien cómo pdor volver a flote.  Esto sucedió el pasado mes de enero, una de las épocas más oscuras del club txuri-urdin aunque ahora puede que las tornas cambien a favor de los vascos y consigan, tal y como han conseguido en las últimas jornadas, mantener la buena racha ascendente con la que llevan jugando semana tras semana.

Además, los donostiarras tienen otro factor clave a su favor, los vientos de cola del Leganés que, partido a partido, paracen llevarlos hacia los peores puestos de la tabla quedándose a las puertas de un descenso que, de durar la Liga, alguna jornada más, pudiera haber sido fatídico para los madrileños.  Mientas tanto, los realistas escalan posiciones, pero con cautela, ya que está muy lejos de anteriores logros como los de la temporada pasada en la que se consiguieron colocar en puestos de Europa League y mantenerse en ellos durante un buen número de partidos.

Esta radiografía de la realidad futbolística entre ambos clubes, hace que el partido del próximo sábado a los 12:15 en Anoeta sea uno de los más esperados para unas aficiones que confían, ahora más que nunca, en sus respectivas equipaciones. 

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