La tarea era compleja para los de El Clariano, que no dependían de sí mismos para colarse entre los cuatro primeros y poner así el broche de oro a una temporada ya de Matrícula de Honor para los de Vicente Parras, que, en el año de su regreso a Segunda B, han conseguido consolidarse en la categoría de bronce y pelear por las cotas máximas hasta el último suspiro del curso.

El Ontinyent necesitaba ganar y esperar que no lo hicieran Cornellà y Ebro. Con eso en mente, más de 2.000 aficionados llenaron las gradas de El Clariano, aunque algunos de ellos, llegados desde Alcoy, apenas a 25 kilómetros, le daban también tinte blanquiazul a las gradas.

Bañuz, infranqueable

Noticias inmejorables radiaban los transistores que escuchaban la mayoría de los presentes en las gradas del vetusto coliseo ontinyentí. El Atlético Baleares ponía tierra de por medio en su duelo ante el Ebro y, a la par que certificaba su permanencia, eliminaba a los maños de la lucha por la promoción.

El milagro estaba un poco más cerca para el Ontinyent, que, sin embargo, no olvidaba que ganar el derbi ante el Alcoyano era condición indispensable para optar al asalto de la cuarta plaza. Por eso los locales saltaron al césped con una marcha más en su juego. El empuje local se tradujo en dos tempraneros saques de esquina que no comportaron mayor peligro para la portería alcoyanista.

Sin embargo, los primeros minutos del partido serían también los mejores del Alcoyano, sobre todo en lo que a su participación ofensiva se refiere. De hecho, Álvaro Campos, que se tuvo que retirar del partido en el descanso por lesión, detuvo en el minuto 12 un cabezazo de Mario Arques e instantes después vio como un disparo de Kilian fregaba su portería.

Aquí terminó el caudal atacante del Alcoyano. A partir del primer cuarto de hora, coincidiendo con un disparo de Sascha que atrapó sin problemas el meta ilicitano alcoyanista, el Ontinyent estiró sus líneas y trató por todos los medios de adelantarse en el marcador. Sin embargo, la zaga blanquiazul y un segurísimo Bañuz, anulaon los constantes centros de los laterales.

El último cuarto de hora del primer acto fue de claro dominio local, que cercó el área alcoyana en busca de un tanto que mantuviera vivas sus esperanzas. Juanan, cuando el reloj indicaba que se había disputado media hora de derbi, probó suerte con un disparo que se marchó muy desviado. Acto seguido, Russo conectó un cabezazo que lamió el poste de la portería de Bañuz.

Ya en los últimos compases del primer acto, la más clara para los locales en el surgió de las botas del exalcoyanista Fran Machado. El mediapunta conectó un potente disparo que rozó Bañuz con la yema de los dedos y posteriormente se estrelló contra el travesaño. En la última acción del primer tiempo, de nuevo Bañuz le negó el gol a Sascha.

Con el ánimo menguado

La última bala en la recámara del Ontinyent era tratar de conseguir un gol rápido en el inicio del segundo acto para poder seguir optando a lograr un milagro cada vez más distante. Por eso, los primeros instantes de la reanudación fueron para los de El Clariano, que intensificaron su presión y se hicieron con el control del esférico.

No obstante, el dominio local estuvo en todo momento muy controlado por una zaga blanquiazul experta, fiable, veterana y con oficio, algo de lo que ha adolecido en buena parte de la temporada pero que es una constante desde el aterrizaje de Mario Barrera en el banquillo del Alcoyano. A su buen desempeño le acompaña la actuación excelente de Miguel Bañuz, clave para que el Deportivo no sufriese más desdichas de las que ya ha padecido.

La radio, que seguía trayendo buenas noticias desde Palma de Mallorca, alertó de dolorosas novedades desde Morvedre. Un gol del Cornellà certificaba la cuarta plaza de los catalanes y, a la vez que mandaba al Atlético Saguntino a Tercera División, lastraba las esperanzas del Ontinyent de colarse en los playoffs de ascenso.

Con el ímpetu local bajo mínimos y un Alcoyano que tampoco pisó el acelerador, el derbi estaba condenado al empate sin goles final. Y eso sucedió. Los últimos minutos del partido, del derbi y de la temporada, transcurrieron en el centro del campo, lejos de las áreas y, consecuentemente, sin ocasiones que reseñar.

Final a una temporada desigual para los dos equipos en liza. El Ontinyent se clasifica para la próxima edición de la Copa del Rey pero se le escapa la opción de colarse entre los cuatro primeros tras no pasar del empate en el derbi ante el Alcoyano, además de la victoria del Cornellà en Sagunto, que ya le dejaba matemáticamente sin opciones.

El Alcoyano, por su parte, pone fin a una temporada bipolar pero decepcionante en su conjunto. Los números de descenso en El Collao y de playoff fuera de casa, contrariamente a lo que viene siendo habitual, han condenado al Deportivo, con miras mucho más altas al principio de temporada, a conformarse con sellar la permanencia en la penúltima jornada. Telón bajado de la 2017/2018.