"El FC Cartagena informa de la rescisión del contrato del técnico Alberto Monteguado". Así empezaba el comunicado que colgaba la entidad en su cuenta oficial de Twitter haciendo público un secreto a voces: Monteagudo no será el entrenador del club albinegro la próxima temporada. 

Tras dos temporadas y media, un liderato, dos playoffs, un casi ascenso y muchas tardes de gran juego, el técnico natural de Valdeganga cierra una etapa al frente del banquillo del conjunto portuario como ninguna de las dos partes deseaba, sin dejar al club en el fútbol profesional y con la afición dividida en torno a su figura. 

Aseguraba Manolo Sánchez Breis, director general de la entidad, días después de que se frustrasen definitivamente las opciones del soñado ascenso, que "sería injusto que Monteagudo no fuera el entrenador del Cartagena la próxima temporada". Y a tenor de los hechos se puede afirmar que el fútbol en esta ocasión no ha sido justo con el entrenador manchego.

El Cartagena completó una temporada regular sobresaliente, finalizando como líder de uno de los dos grupos más complejos y duros de la división. Pero el destino tenía escrito que este no iba a ser su año. Majadahonda y aquel fatíditico minuto noventa y siete quedarán siempre en la memoria de los aficionados. El efesé estuvo a veinte segundos de retornar a la categoría de plata del fútbol español de la mano de Monteagudo, pero un gol de Míchel Zábaco en propia puerta lo echó todo por tierra. 

Tras este terrible mazazo ya no quedaron fuerzas, ni físicas ni psicológicas, para superar dos rondas más. El Extremadura, un equipo con una plantilla potentísima y venido a más en el playoff, superó por la mínima al conjunto cartagenerista colándose así en la élite del fútbol patrio. 

A pesar de todo, el club expresó "el agradecimiento al técnico por el gran trabajo realizado" y "le deseó la mejor de las suertes tanto en su futuro profesional como personal". Ahora, el Cartagena deberá encontrar otro técnico que establezca una nueva ruta para alcanzar el objetivo.