La crisis que está atravesando el Madrid de Lopetegui es más que evidente. Que este equipo no tiene identidad y que no consigue levantar cabeza es un hecho que cada jornada que pasa se puede contrastar con una mayor certeza. Muy lejos queda ya aquel partido ante la Roma dónde se comparó a estos mismos jugadores con la Quinta del Buitre o el Madrid de Di Stéfano. Muy lejos quedan ya esas tres Champions consecutivas al mando de Zinedine Zidane. Y más lejos aún, concretamente en Turín, se encuentra el máximo goleador de la historia del conjunto blanco que se encargaba de solucionar este tipo de partidos.

Un Madrid sin gol

La pegada ya no es uno de los atributos de este Madrid. De hecho, necesitaron 480 minutos para marcar un tanto. La segunda peor racha goleadora en los 116 años de historia de la entidad de Chamartín -la primera fue en 1985 con 495 minutos- Marcelo acabó con ella ante el Levante pero el punto débil sigue pasando por ahí. Se decía que los cincuenta goles que marcaba Cristiano Ronaldo por temporada se repartirían, tras su salida, entre el resto de los jugadores de la plantilla. Sin embargo, parece que no es el caso. Falta gol. Falta hambre. Falta la esencia del Real Madrid.

Es cierto que lo intentaron de todas las maneras posibles y que lucharon hasta el final para conseguir puntuar. Es cierto que se encontraron con la madera hasta en tres ocasiones y que le anularon dos goles. En la portería rival hubo un Goliat, pero entre los blancos no se encontraba ningún David. El Real Madrid no se puede permitir sacar cuatro puntos de los últimos quince. No se puede permitir que una plantilla que hace unos meses rubricó su dominio en Europa por tercer año consecutivo ahora deambule sin rumbo entre un mar de dudas.

Segunda victoria del Levante en 14 visitas al Bernabéu

¿Qué sucede en defensa? ¿Por qué los rivales tienen tanta facilidad para marcar? ¿Por qué al Madrid le cuesta tanto ver puerta? ¿Quién es el líder de esta plantilla? ¿Por qué no se fichó en verano tras la salida de Cristiano? Seguramente estas sean muchas de las preguntas que ahora se plantea un Julen Lopetegui más discutido que nunca. La continuidad del entrenador vasco, del que nadie puede dudar su compromiso por el club, se tambalea. Dentro de tres días el Madrid se la juega en Champions ante el Viktoria Pilsen y en ocho ante el Barcelona en el Camp Nou. Y, lo que parece una obviedad, es que estos resultados marcarán la trayectoria de la fina línea que separa a Lopetegui del abismo.