La distancia con los equipos que le antecedían en la clasificación en lugar de reducirse aprovechando los pinchazos de estos, como todos los franjirrojos desearían, podría verse incrementada si los madrileños no lograban la victoria, viendo la salvación cada vez más lejos. Por otra parte, el encuentro suponía el cierre del 2018 en cuanto a la competición liguera se refería, por lo que la presión de concluir el año con un buen resultado se añadía a todas las circunstancias anteriores.

Las dudas respecto al trabajo del entrenador franjirrojo, por escasas que resultaran, no iban a desaparecer fácilmente, más si cabe si los resultados del equipo no acompañaban, por lo que un mal resultado podría incrementar la desconfianza en el entrenador vallecano y desencadenar un final que ningún rayista se imaginara y desearía.

Además de estos asuntos no tan positivos, existía una razón que supondría una gran alegría para todos los aficionados franjirrojos. Los jugadores tenían en sus manos la posibilidad de brindarle a su hinchada una segunda victoria consecutiva, lo que, después de la interminable espera que todos sufrieron para lograr el primer triunfo en Vallecas tras su regreso a la máxima categoría del fútbol español, resultaría del agrado de todos.

Para poner punto y final al año futbolístico el técnico local había recibido la buena noticia de poder contar para el duelo contra el Levante de la totalidad de su plantilla, a excepción del lesionado de larga duración Elustondo, circunstancia desconocida en las últimas semanas debido a las molestias de ciertos integrantes del equipo pero que, por fortuna, habían remitido de una vez por todas.

Enfrente sobre el terreno de juego, los vallecanos iban a tener a un equipo que no estaba realizando una mala temporada hasta la fecha, alejado de las posiciones más temidas por todos y situado más cerca de los puestos europeos que del descenso, todo ello gracias al buen trabajo llevado a cabo por el equipo en las jornadas que se llevan disputadas.

En los minutos previos al arranque del choque el técnico local Michel iba a llamar la atención de gran parte de los interesados en el partido en el momento de decidir la alineación que iba a presentar sobre el terreno de juego. Para sorpresa de muchos, el técnico vallecano iba a apostar de inicio por una nueva disposición táctica de sus jugadores, estableciendo una línea defensiva compuesta por cinco miembros, con tres centrales y dos laterales que iban a desempeñar también la función de carrileros. Esta novedad resultaba del agrado también de algunos, pues desde jornadas anteriores venían reclamando al entrenador rayista que apostara por esta disposición defensiva para tratar de disminuir el peligro en ataque de los rivales, así como los goles encajados.

Desde el pitido inicial, el Rayo salió muy enchufado y decidido a lograr la victoria en el partido para concluir el año con un buen sabor de boca. Tras un fuerte susto sobrepasado el minuto cinco en forma de clara ocasión visitante que lograba desbaratar el portero franjirrojo, los vallecanos se hacían con el dominio del juego y se sucedían sus aproximaciones al área del Levante. Así, mediado el primer tiempo, después de una gran jugada del rápido y habilidoso lateral izquierdo Álex Moreno, los madrileños lograban ponerse por delante en el marcador gracias a un gol en propia portería del Levante, desatando la alegría en el Estadio de Vallecas al mismo tiempo que la ansiedad de los franjirrojos por anotar el gol que les adelantara en el partido se reducía. Después de ver cómo los rayistas anotaban un tanto, los valencianos se mostraron decididos a igualar el luminoso incrementando su presencia en el juego. Sin embargo, la buena imagen transmitida por el Rayo proseguía, consiguiendo acabar con los intentos de ataque del Levante y tratando de aumentar distancias en el resultado. De este modo, se llegaba al descanso con el ajustado resultado de 1 - 0 a favor de los vallecanos.

Tras la reanudación del partido, el Levante trataba de llegar con más claridad a la portería local, pero estos ataques concluían con remates un tanto imprecisos, en parte gracias a la buena labor la de novedosa defensa rayista. Por su parte, los franjirrojos iban a disponer de buenas ocasiones para incrementar su ventaja. Pese a este magnífico trabajo defensivo, en el minuto 60 los visitantes en una contra pillaban descolocados a los defensores madrileños y conseguían igualar el marcador, poniendo así fin a la resistencia del Rayo. Este gol encajado iba a suponer un golpe duro para todos los rayistas. En cambio, la decidida actitud y predisposición de los locales por cerrar el año con victoria les iba a permitir reaccionar de inmediato. Instantes después, el capitán vallecano Embarba iba a disponer de una buena ocasión para volver a adelantar a su equipo. Iba a ser un poco antes del minuto 70, sin que hubieran pasado ni diez minutos desde que el Levante igualara el marcador, cuando el goleador del Rayo Raúl de Tomás iba a volver a poner por delante a su equipo al introducir en la portería visitante un balón suelto en el área después de otra gran cabalgada por banda del veloz Álex Moreno. Los locales conseguían reaccionar positivamente al mazazo del gol encajado y los rayistas no veían tan lejos la victoria. Pese a los intentos desesperados del Levante por rescatar un punto, el efectivo trabajo de la defensa del Rayo iba a permitir a los madrileños concluir el año con victoria y darle de esta forma una alegría a su afición.

El encuentro concluyó con el trabajado triunfo de los vallecanos con un ajustado marcador de 2 - 1.

De vital importancia para que los locales se llevaran la ansiada victoria resultó el gran trabajo defensivo llevado a cabo por los jugadores franjirrojos, incluyendo la solidez y seguridad transmitida por la novedosa línea defensiva dispuesta por Michel para este partido, integrada por cinco miembros, algo no muy del gusto del técnico pero que sí que había sido sugerido por algunos para así tratar de disminuir el número de goles encajados. De esta forma, se pudo constatar que esta alternativa táctica podría resultar favorecedora para el Rayo, permitiendo que los goles encajados se redujeran y se potenciaran las cualidades de los jugadores que hasta el momento estaban actuando como laterales, Advíncula y Álex Moreno, dos hombre que se caracterizan por su velocidad y fortaleza física, cualidades que pueden destacar y ser útiles en una defensa de cinco miembros con dos laterales que actúen de carrileros, tal y como sucedió frente al Levante con estos dos jugadores.