A falta de siete jornadas para la finalización del curso 2018-2019, la Sociedad Deportiva Eibar atraviesa la estocada decisiva con un colchón de puntos (nueve unidades por encima de la última plaza que pierde la categoría). No obstante, los dirigidos por José Luis Mendilibar cuentan con el desafío inmediato de certificar su boleto en la Primera División para la próxima campaña obteniendo así el sexto curso consecutivo en la categoría de oro después del ascenso obtenido en el 2014.

Una producción fructífera se observaba en el rendimiento del equipo guipuzcoano que en la jornada precedente visitó el Santiago Bernabéu. La ventaja inicial fue aprovechada por los vascos por intermedio de Marc Cardona. Sin embargo, la lesión de Iván Ramis desestabilizaba a la estructura armera y esta circunstancia provocó una reconfiguración de la línea defensiva, con Sergio Álvarez de zaguero. En consecuencia, el Real Madrid dio el paso hacia adelante para darle la vuelta al tanteador y dejar los tres puntos en la capital. 

La enfermería, un problema

Las lesiones en el primer equipo del Eibar, al presente, se convirtieron en un dolor de cabeza para armar el once. Mendilibar tuvo que echar mano al fondo del armario durante la triple jornada liguera en el lapso de seis días. Con la baja confirmada de Anaitz Arbilla por el resto de la temporada, acompañaron al navarro una lista interminable de futbolistas: Pape Diop (ruptura fibrilar en el isquiotibial izquierdo), Iván Ramis (rotura en el bíceps femoral derecho, Rubén Peña (lesión en el isquiotibial de la pierna derecha), Pedro Bigas (ruptura en el sóleo) y Pedro León (distensión en el sóleo).

Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.
Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.

En consecuencia, el panorama se presenta con dificultades para el entrenador vizcaíno del combinado eibarrés, ya que en la zaga defensiva cuenta con sólo un central puro (Paulo Oliveira), mientras que los otros tres se encuentran lesionados. Allí, existen dos alternativas; optar por la introducción de Sergio Álvarez como hipotético zaguero o esperar a última hora la evolución de Bigas. Del mismo modo, una circunstancia similar ocurre en el lateral derecho. Con Rubén Peña entre algodones, entre Pablo de Blasis y Jordi Calavera se halla el sustituto del oriundo de Ávila.

El paso hacia adelante

Con 21 puntos en disputa, los azulgranas deben dar el golpe en la mesa para no dejar pasar la oportunidad para obtener la permanencia. El desequilibrio en la producción armera se evidencia, ya que existe una incongruencia entre los partidos disputados en el Estadio municipal de Ipurúa. Como locales, los del País Vasco consiguieron 29 unidades (60% de eficacia), cediendo sólo 19 puntos en esta condición. Por el contrario, a domicilio, los eibarreses obtuvieron diez unidades (22% de eficacia) concediendo 25 puntos.

En el horizonte cercano, a los guipuzcoanos se les presenta la primera puesta a prueba (Real Sociedad en Anoeta el próximo domingo) para romper la racha de once compromisos sin conocer la victoria fuera de casa, puesto que no logran los tres puntos a domicilio desde el seis de octubre de 2018 (jornada ocho en Montilivi ante el Girona, 2-3). En caso de obtener un resultado positivo, el elenco vasco se acercaría al objetivo con once o 12 puntos sobre 18 posibles.

Foto: Óscar Alonso-VAVEL-.
Foto: Óscar Alonso-VAVEL-.

A continuación, tras el derbi guipuzcoano, viene la visita del Atlético Madrid (Ipurúa, 20 de abril), después la Sociedad Deportiva Huesca (El Alcoraz, 23 de abril) y Valencia (Mestalla, 28 de abril). En efecto, al igual que en la triple fecha precedente, los vascos disputarán tres juegos en ocho días. Por último, tras esa seguidilla, los siguientes contrincantes serán Real Betis (Ipurúa, cuatro de mayo), Villarreal (Estadio de la Cerámica, 11 de mayo) y Barcelona (Ipurúa, 18 de mayo). 

Equipo con carácter y fútbol

Para sacar adelante la permanencia, los vascos tienen que continuar con la dinámica positiva de esta temporada, sobre todo en condición de local reducto en el que han podido someter a equipos como el Real Madrid y Real Sociedad, entre otros. Está claro que a los de Mendilibar les sienta más cómodo enfrentarse a equipos que tengan esquemas ambiciosos como los de la décima posición hacia arriba. Ejemplo de ello fueron las producciones en el Ramón Sánchez Pizjuán, Benito Villamarín, Wanda Metropolitano, en los cuales el equipo fue valiente, intenso y actuó sin complejos. Por el contrario, los equipos de más abajo se lo pusieron más difícil y fueron los que más atascaron a los guipuzcoanos (Huesca, Rayo y Celta les vencieron).

Sin dar muestras de debilidad, esa es la mayor fortaleza que posee este Eibar, de jugar de tú a tú, ya sea el Barcelona o el Huesca. Un conjunto íntegro que obtuvo sus puntos a base de esfuerzo, dinámica y la cuota de fútbol. Compacto en sus líneas sin una distancia considerable entre cada una de ellas, con laterales largos en proyección, centrales posicionados en la medular, juego interior para centrar por fuera y el doble nueve como su artillería pesada en el goleo, además de los tándems que se configuran entre los laterales y los extremos, o el apoyo de los centrocampistas que también llegan a gol. Llevando a cabo cada una de estas premisas que viene pregonando desde su arribo Mendilibar, los de Éibar tendrán más posibilidades de certificar el objetivo.